José Antonio Aguirre y la alianza con los nazis alemanes
El siguiente comunicado fue publicado por el Euskadi Buru Batzar tras la caída de Francia en manos Alemanas:
Por las relaciones que unen a Alemania y España creen los vascos que en general el triunfo de Alemania sería la consolidación del Régimen actual y por lo tanto de la desastrosa situación en que se encuentra en estos momentos el País Vasco.
Nosotros no compartimos esa opinión, porque creemos en el talento político del Führer, en su sagacidad, en su alto espíritu de comprensión esperamos que en el nuevo orden a establecer en Europa y particularmente en España, el problema vasco será tenido en cuenta:
1-Porque a Alemania le interesa la pacificación de España y no puede escapar a su recto sentido que no hay pacificación posible sin una solución favorable a los vascos.
2-Porque el problema vasco está íntimamente ligado al problema racial alemán y por lo tanto, es lógico y natural esperar que el Führer lo acoja y lo resuelva con la mayor simpatía.
3-Porque nos damos perfecta cuenta de que las simpatías de Alemania en España están en decadencia, y por lo tanto es de extrema importancia para el Führer recoger y captar nuevas simpatías si no quiere perder toda su influencia en España.
Las razones de este informe, el cual viene a poner de manifiesto que las altas cotas de indignidad que alcanzó el Partido Nacionalista Vasco con la traición de Santoña no son un caso aislado en la historia de dicha formación, debemos buscarlas en los contactos que habían venido manteniendo los separatistas vascos con personajes importantes del Tercer Reich desde 1940.
Tras la caída de Francia, Ribbentrop envía a este país a varios expertos en asuntos raciales como Karl Bouda y Werner Best, con la misión de estudiar la viabilidad de dividir el Estado Francés en varios estados más pequeños, atendiendo a criterios de diferenciación racial. Entre esos estados se encontraría la región de Vasconia, con la dificultad añadida de que la mayor parte del hipotético territorio de la misma no se hallaba en suelo francés, sino que formaba parte de la nación española. Esto no amilana a José Antonio Aguirre, presidente del gobierno autónomo vasco gracias a unas elecciones cuanto menos dudosas, quién desde su exilio en Bélgica ordena a destacados dirigentes del PNV que incrementen los contactos con los nazis.
Así, a partir del verano de 1940 tendrá lugar una serie de reuniones con los alemanes, en las que estarán presentes el presidente del Euskadi Buru Batzar, Doroteo Ciaurriz, y el hermano de Sabino Arana, Luis Arana. Como consecuencia de las mismas aparecerá el informe señalado con anterioridad y también otras manifestaciones de varios organismos nacionalistas. Por ejemplo, el sindicato ELA-STV dirá, refiriéndose al régimen de Hitler que “es un totalitarismo culto, frente al soviético, grosero y criminal. Euskadi y Alemania están condenadas a entenderse”. Eugenio Goyeneche (investido doctor Honoris Causa por la Universidad del País Vasco en 1982), miembro del PNV y amigo personal de Bouda y Best, llega incluso a redactar un proyecto de Estatuto para unificar la región de Vasconia e insertarla en la Europa nazi.
Debería sorprender que un partido que durante décadas no ha cesado de sacar a colación el bombardeo de Guernica, bombardeo de unas dimensiones mucho menores que las que se han llegado a afirmar, no tuviese ningún tipo de problemas en estrechar relaciones con el régimen nazi. Debería sorprender, pero lo cierto es que no sorprende, ya que esta formación es la misma que se había rendido en 1937 al fascismo italiano, dejando a merced de Franco a miles de soldados del Ejército del Norte republicano. Y, a pesar de todo, Aguirre no iba a parar ahí.
A finales de 1940 y después de pasar varios meses en Bélgica, donde le sorprendió el ataque alemán, el presidente del gobierno autónomo vasco decide emprender el viaje al territorio del Tercer Reich. Gracias a las gestiones del PNV, Aguirre obtiene un pasaporte falso emitido por Panamá que le permite viajar por Alemania. Durante los meses siguientes intentara conseguir de los alemanes lo que ya había pretendido de los italianos: un estatus especial para las provincias vascas bajo el paraguas protector de los nuevos amos de Europa. Con ese fin, intentará conseguir -sin éxito- entrevistas con Wilhelm Canaris y con Joachim von Ribbentrop.
El empeño de líder del PNV se verá frustrado por el hecho de que los alemanes están entonces más pendientes de la proyectada ofensiva contra la URSS que de los asuntos del oeste europeo. Además, el wolframio que les llegaba de España, indispensable para las industrias de guerra germanas, hacía que los jerarcas nazis fueran reacios a tomar partido por alguien como Aguirre, ya que el hacerlo sin duda habría desequilibrado en su contra sus relaciones con Franco.
De la estancia del mandatario del PNV en Alemania podemos destacar un par de entradas en su diario:
21 de febrero de 1941
Hoy le toca el turno a la Alemania de Hitler. En el campo social se ha realizado una gran obra. Parece una copia de lo que hicieron y algún dia harán mis compatriotas. Todavía es corta la obra al lado de lo que mis compatriotas tenían y tienen preparado: casa, salario familiar, etc. Cómo se equivocan los que juzgan la obra de Hitler.
27 de marzo de 1941
… he visto pasar al ministro de exteriores japones Matsuoka, precedido y seguido de gran acompañamiento. Iba con el el general Oshima. He llegado hasta la cancillería donde un numeroso público esperaba la salida de Hitler y el ministro japones después de su entrevista. Ha durado dos horas y media. He esperado, firme en pie, con intenso frió el momento. Salen al fin Hitler, Ribbentrop y Oshima. Yo estaba a 50 metros. Tenía en mi mano unas banderolas nazis y japonesas que nos han repartido gentilmente unos miembros de las SS. He disfrutado mucho.
Bandera de un batallón del Ejército vasco, establecido en el cuartel Salaberri de Barakaldo en 1936. La esvástica figura en otras banderas del nacionalismo vasco de la década de 1930.
Para concluir, hagamos una breve referencia a la ultima hazaña protagonizada por el presidente del Partido Nacionalista Vasco antes de abandonar Europa. En julio, José Antonio Aguirre parte desde el puerto de Göteborg (Suecia) rumbo a América junto a su esposa y sus dos hijos. Los pasaportes necesarios para el viaje se los había robado anteriormente a dos parejas de judíos. La justificación que él mismo esgrime es la siguiente: “yo era más desgraciado que ellos”.
Fuente Principal: Los mitos del nacionalismo vasco, José Díaz Herrera
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