De Zumaya-Zumaia a Markina-Xemein


Zumaya-Zumaia, en la desembocadura del río Urola, es una localidad plagada de vestigios jacobeos, como la playa y la ermita de Santiago, que ya se cita en el siglo XV, junto a la que se encuentra el museo Zuloaga, que contiene valiosas obras de arte debidas a Goya, El Greco, Zurbarán, etc. Ambos edificios componen un hermoso conjunto enclavado en un tranquilo parque junto a la playa. Es notable la sólida iglesia parroquial de San Pedro, de estilo gótico vasco y construida en dos fases entre los siglos XIII y XVI, en cuyo interior destaca el retablo de Juan de Antxieta (s. XVI), única obra de este escultor vasco en Guipúzcoa.





ZUMAIA


Entre Zumaia y Deba, se encuentra Itziar, con una iglesia plateresca (s.XVI) levantada sobre restos de una construcción románica con ventanas ojivales. Junto con la del Juncal, la imagen de la Virgen de Itziar (s. XIII) es una de las más antiguas de Guipúzcoa, ambas fueron muy visitadas por los peregrinos que seguían la costa. Esta iglesia contiene un interesante retablo plateresco atribuido a Andrés de Araoz.

Itziar pertenece al municipio de Deba, pero podría ser una de las localidades más antiguas de Guipúzcoa, pues podría tratarse del Tricio Tubólico citado por los romanos.

En este tramo, entre Zumaia y Deba, se extiende una de las franjas costeras menos conocidas y más hermosas de la provincia. Su paisaje, por sus grandes lienzos de acantilados, contituyen una de las panorámicas más hermosas y espectaculares de la costa.

Esta zona de costa tiene un gran valor ecológico, pues se trata de una de las escasas zonas de rasa marea de estas características en Europa. En baja mar, deja al descubierto una extensión de más de medio millón de metros cuadrados que alberga un rico ecosistema. Es la denominada plataforma de abrasión desarrollada por la acción del oleaje, forma playas como la de Endata, Aitzuri y Sakoneta, relativamente preservadas hasta ahora, y que se esconden bajo acantilados de hasta 100 metros de altura.




COSTA ENTRE ZUMAIA Y DEBA


Ya en Deba, resulta obligada la visita a la iglesia parroquial de Santa María La Real (s. XVI) siguiendo las pautas del estilo gótico vasco. Son de gran interés la portada (s. XIV-XV) con tallas de los doce apóstoles a tamaño natural, el parteluz con la imagen de Cristo, el atrio cubierto, el claustro (s. XVI) que es un ejemplo de gótico tardío con ventanales apuntados y calados en piedra. Existen numerosas blasonadas, y en sus alrededores, atractivos valles como Lastur, célebre por sus vacas bravas de reducida envergadura o por las cuevas de Ekain, descubiertas en 1969, ricas en pinturas rupestres.

Cruzando el río Deba, que antaño fue navegable hasta Alzola, los peregrinos abordaban el último tramo de su complicada travesía costera, dirigiéndose hacia las estribaciones del monte Arno, límite entre Guipúzcoa y Vizcaya, a través de Motrico-Mutriku.

En el barrio de Astigarrabia de esta villa se halla el más antiguo de los templos que se conservan en Guipúzcoa, la iglesia de San Andrés, ya que en 1931, Manuel de Lekuona encontró un ventanal prerrománico de estilo visigótico, oculto por el altar mayor. En 1968, se confirmó que bajo la actual iglesia se hallaba un templo románico y, en un tercer nivel, el visigótico.






MOTRIKU-MOTRICO


Bajando de Arnoate entraban los peregrinos a Vizcaya buscando el valle del Artibai, por Markina-Xemein; villa fundada en 1355 por don Tello, hermano bastardo de Pedro I el Cruel, por privilegio firmado en Bermeo, y dotado del fuero de Bilbao.

De su configuración urbana típicamente medieval, con calles paralelas y cantones, y de su funcionalidad defensiva, con su núcleo amurallado, puede verse todavía hoy claros ejemplos. Quedan en la villa importantes muestras de su pasado esplendor: de época medieval, la torre de los Barroeta y de época más tardía, los palacios renacentistas y barrocos de antiguos linajes afincados en ella como, por ejemplo, la torre de Mugartegui.

Su parroquia de Santa María, o Andra Mari, es de época tardía, 1510, aunque construida sobre una anterior documentada con el apelativo de Xemeingan (monasterio), de estilo gótico vasco, y cuenta con tres naves y seis potentes columnas. Destaca en el trayecto el megalito natural de la ermita de San Miguel de Arretxinaga, donde los restos medievales, constatados arqueológicamente, pueden datarse en el siglo XI-XIII.

En su cemeterio neoclásico se resumen las concepciones del pensamiento ilustrado. Es una mezcla de dos clasicismos: el griego, en la composición y en las columnas que se apoyan directamente en el suelo simbolizando el deseo radical de igualitarismo; y el egipcio, manifestado en la puerta de acceso y la capilla.

A algunos kilómetros de Markina-Xemein, fuera del Camino de Santiago, la villa de Lequeitio-Lekeitio, en la costa vizcaína, muestra en su trazado un bello ejemplo de urbanismo rural en el que destaca por su singularidad la plaza Mayor, de estilo neocáscio. Esta plaza asoma al mar, lo que supone una ruptura con el esquema tradicional urbano de las poblaciones pesqueras, que requiere resguardar y proteger los edificios frente a las inclemencias de la naturaleza.






LEKEITIO

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