A las diez saldrá de la Casa Consistorial el Regimiento general, llevando el Síndico de turno el pendón del Señorío, yendo precedido de todos los Caballeros Apoderados en Juntas generales y Señores Padres de Provincia, con acompañamiento de músicas, clarines y atabales, y se dirigirá procesionalmente a la casa morada de S. M. el Rey y recogiéndolo pasarán al Estrado, que se halla só el árbol de Guernica.
Una vez allí, se celebrará el Santo Sacrificio de la Misa y durante ella y ante la Santa Hostia Consagrada, S. M. se dignará prestar el
juramento de guardar y hacer guardar los fueros, buenos usos y costumbres del Señorío. El Rey colocando su mano derecha sobre el Ara Sacrosanta, pronunció con voz solemne, clara y de manera que toda la concurrencia lo pudo oír, el siguiente juramento:
JURO POR DIOS Y ESTA SANTA HOSTIA CONSAGRADA GUARDAR Y HACER GUARDAR,
OBSERVAR, CUMPLIR Y EJECUTAR INVIOLABLEMENTE LOS FUEROS, LIBERTADES,
FRANQUEZAS, EXENCIONES, PRERROGATIVAS, BUENOS USOS Y COSTUMBRES QUE
HA TENIDO Y TIENE ESTE M.N. Y M.L. SEÑORÍO DE VIZCAYA.
Retirándose S. M. al solio después de que el Sacerdote le contestó.
"SI ASÍ LO HICIEREIS, DIOS OS LO PREMIE, Y SI NO OS LO DEMANDE."
Terminada la Misa la concurrencia, que hasta entonces se contuvo por la santidad del Augusto Sacrificio, prorrumpió en vítores y aclamaciones incesantes al Señor de Vizcaya y Rey de las Españas, tanto, que fue difícil restablecer el silencio, que, por fin se obtuvo para proceder a la solemne proclamación de S. M. como SEÑOR DE VIZCAYA.
El Caballero Síndico Procurador general D. SERAPIO DE PÉRTICA, adelantándose con el estandarte en la mano, intimó silencio al pueblo y en voz muy alta dijo:
NOBLES VIZCAÍNOS:
¡Oíd, oíd, oíd!
¡Vizcaya, Vizcaya, Vizcaya!
¡Por el Señor D. Carlos VII de este nombre,
Señor de Vizcaya, y Rey de Las Españas!
¡Que viva y reine con gloriosos triunfos
por dilatados y felices años!
Confirmación de los fueros de Vizcaya
Real Decreto
Queriendo perpetuar en este M.N. y M.L. Señorío de Vizcaya la manifestación del placer que experimente al verme entre sus leales y siempre fieles
naturales, especialmente en este memorable sitio, donde mi augusto predecesor el Señor Fernando V, de feliz memoria, confirmó a los vizcaínos sus antiguos fueros y privilegios, y no pudiendo hacerlo de un modo más expresivo ni más conforme a los justos deseos del país que imitando a mi augusto predecesor, he venido en confirmar y confirmo los fueros y privilegios de Vizcaya, por este mi real decreto, que servirá de recuerdo perpetuo al día plausible de su fecha, en el que al frente de las autoridades del Señorío y de sus hijos armados en defensa de mis soberanos derechos les doy esta sorpresa y terminante prueba de mi agradecimiento a sus servicios, que la repetiré cuando las circunstancias permitan prestar el juramento recíproco entre mí y el Señorío, con las formalidades señaladas en los mismos fueros.
Dado en la Antigua, so el Árbol de Guernica a 7 de setiembre de 1834
Yo el Rey.
Luis de Villemur (secretario)
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