17/09/2024

Crónica de la expedición de Pedro de Ursua y Lope de Aguirre, por Javier Ortiz de la Tabla



El Dorado: Crónica de la expedición de Pedro de Ursúa y Lope de Aguirre
Javier Ortiz de la Tabla, Alianza Editorial (2007), 176 páginas

De los numerosos episodios terribles que caracterizaron el transcurso de la conquista del continente americano, pocos han llamado tanto la atención a historiadores, literatos, psiquiatras e incluso cineastas como la expedición de Pedro de Ursúa y Lope de Aguirre por el Amazonas. Fue una aventura que se emprendió teniendo como objetivo el hallazgo de El dorado, mito en el que confluyeron realidades y fantasías, anhelos e intereses de diversos grupos humanos. Testigo presencial y superviviente afortunado del alzamiento de Fernando de Guzmán y Lope de Aguirre fue Francisco Vázquez quien escribió su crónica hacia 1562, cuando los hechos estaban todavía muy recientes en su memoria.

El final de esta dramática relación que retrata como pocas la hoy casi inimaginable experiencia de aquellos hombres llegados a un continente virgen lo marca la muerte del fuerte caudillo de los marañones, solo, vencido y abandonado por todos los suyos, lejos de volver a pisar tierras peruanas, como pretendía.

La presente edición de Javier Ortiz de la Tabla aporta, además de un cuidadoso texto, numerosos datos sobre la azarosa vida del audaz rebelde Lope de Aguirre.

13/09/2024

Plan de defensa territorial para Vascongadas y Navarra en el siglo XVI


Desde que los Reyes Católicos iniciaron una nueva política exterior expansionista, que culminó con la unión de Navarra a la Monarquía española en 1512, dio comienzo un vasto programa de fortificaciones para proteger el territorio peninsular de posibles agresiones externas. Este plan alcanzó prácticamente a todas las zonas de la periferia y que tuvo su mayor esfuerzo con los reyes Carlos V y Felipe II.

Durante el reinado del emperador Carlos V, la amenaza francesa se cernía sobre Navarra, el Rosellón y las Provincias Vascongadas, por lo que allí se dirigieron los esfuerzos de fortificación, que fueron continuados por su hijo Felipe II, quien además inició la fortificación de las plazas de los Pirineos centrales.

La amenaza de los piratas berberiscos y de los turcos obligó a Carlos V a fortificar el litoral del Mediterráneo, e igual política siguió Felipe II. Durante el reinado de este último, se realizaron la mayoría de las plazas fuertes y fortificaciones en las fronteras y costas americanas de su creciente impero.

PAMPLONA, 1521

Tras su incorporación a la Monarquía de España en 1512, el Reino de Navarra fue fortificado para rechazar los previsibles intentos franceses de invasión. Las primeras obras se realizaron en Pamplona, donde estuvieron trabajando a lo largo del siglo Luis Pizaño, Juan Bautista Calvi, Juan Bautista Antonelli, el Fratín, Cristóbal de Rojas y Antonio Herrera.

Posteriormente se fortificaron Estella, Tudela, Olite, Lumbier y Sangüesa. Logroño fue fortificada por Juan Bautista Calvi.

La ausencia de una flota francesa capaz de atacar con éxito el litoral del Cantábrico y la fachada del Atlántico motivaron la práctica ausencia de fortificaciones en estas zonas durante el siglo XVI. Carlos V no realizó obras de fortificación en estas costas, ya que la amenaza provenía de los ataques piratas de Barbarroja, y estos se circunscribían al Mediterráneo. Además, en aquellos años Francia no disponía de una flota de guerra capaz de oponerse a la española al mando de Andrea Doria, por lo que no se temían ataques marítimos. No obstante, se trabajó con ahínco en las Provincias Vascongadas para frenar las amenazas territoriales de la vecina Francia.

BILBAO, SIGLO XVI

En la costa vascongada, durante el reinado de Carlos V, las fortificaciones de las plazas de Fuenterrabía y San Sebastián fueron proyectadas por el Prior de Barletta y por Benedito de Rávena. Posteriormente, el Fratín comenzó las obras en Fuenterrabía, que fueron continuadas por Leonardo Turriano y el capitán Luis Pizaño, a mediados del siglo XVI.

Las obras de San Sebastián fueron comenzadas por el capitán Luis Pizaño a mediados del siglo XVI y continuadas por el Fratín y Spanocchi. Además, Spanocchi realizó las trazas de las plazas de Guetaria, Pasajes, Higuer y Beovin.

En Cantabria, Vespasiano Gonzaga, capitán general de Navarra, visitó las fortificaciones de Santander, donde se encontraba el Fratín trabajando como ingeniero, no solo en esta ciudad sino también en el puerto de Santoña. Por último, Cristóbal de Rojas fue el autor del proyecto y construcción del Fuerte de San Martín, en el puerto de Santander.

SAN SEBASTIÁN-DONOSTIA, SIGLO XVI

08/09/2024

Martín García-Loygorri e Ichaso


Militar héroe de la batalla de Alcañiz durante la Guerra de la Independencia española e impulsor de importantes reformas en el Cuerpo de Artillería

MARTÍN GARCÍA-LOYGORRI E ICHASO

Martín García-Loygorri e Ichaso nació en Corella, Navarra, en 1759, perteneciente a una noble familia, que presuponía descendencia de los reyes de Navarra.

En 1772, cuando tenía trece años, ingresó en el Colegio de Artillería establecido en el Alcázar de Segovia, del que saldría como número uno de su promoción.

A lo largo de su vida intervendría activamente en veintisiete acciones de guerra, cinco sitios y una defensa de plaza.

Su primera intervención militar en la defensa de Melilla de 1777, contra el ejército del sultán de Marruecos. De 1801 a 1807 participó en las campañas de Portugal.

El 23 de mayo de 1809, tomó parte en la batalla de Alcañíz de la Guerra de la Independencia contra los franceses. Con su heroico comportamiento, logró salvar la vida de muchos alcañizanos, evitando la destrucción de la ciudad cuando todo parecía perdido. Dispuso con enorme acierto la ubicación de las diecinueve piezas de artillería con que contaban las fuerzas españolas. Con gran serenidad y sangre fría, esperó a que las tropas enemigas estuvieran casi encima para ordenar lanzar un ataque más duro, desbaratándolas y poniendo en huida a 10.000 soldados franceses cerca de Teruel.

martín garcía loygorri busto artillería museo
BUSTO Y CARTAS DE MARTÍN GARCÍA-LOYGORRI

Su decisiva intervención fue premiada con la Cruz Laureada de San Fernando, siendo el primer artillero en conseguir la más prestigiosa recompensa militar española. Además, fue ascendido a mariscal de campo.

Durante el resto de su carrera fue adquiriendo sucesivos cargos y condecoraciones: teniente general, vocal de las Asambleas de las Reales Órdenes de San Fernando y San Hermenegildo y de la Junta Militar de Indias, y caballero profeso de la Orden Militar de Santiago.

Desde 1810 y hasta 1822, ocupó el cargo de director general del Cuerpo de Artillería, así como del Real Colegio de Artillería.

Este artillero navarro se encontraba ya en Madrid desde 1814, donde los franceses ya habían sido expulsados y se vivía una reconstrucción generalizada. Entonces, centró su gestión en la recuperación y mantenimiento de la artillería española tras la Guerra de la Independencia. Especialmente relevantes fueron sus servicios a la reorganización del Cuerpo, maltrecho después de tan larga y traumática campaña, destacando entre otros la institucionalización de la Junta Superior Facultativa como máximo órgano jerárquico artillero; la creación de los escuadrones a caballo y los batallones de tren; y la redacción y puesta en vigor de la Ordenanza para la artillería en las posesiones de Ultramar.

ARTILLEROS ESPAÑOLES EN LA BATALLA DE SOMOSIERRA

García Loygorri luchó además por la vuelta del Colegio de Artillería desde Baleares a su sede original, el Alcázar de Segovia, efectuando las gestiones de la reparación del edificio y recuperando su carácter científico-militar con un elevado nivel docente. Para ello editó un nuevo reglamento, amplió y mejoró sus equipos e instalaciones, e inauguró un gran laboratorio de química y otro de ciencias naturales. También procedió a la compra del Gabinete de Mineralogía del gran naturalista Casimiro Gómez Ortega, uno de los más importantes de Europa en su tiempo, que ha llegado hasta nuestros días.

Según palabras del comandante general del Cuerpo de Artillería, Martín García Loygorri:
"Cuando una educación noble e ilustrada despeja el entendimiento y fortalece el corazón, aunque no alcance a transformar en héroes a todos los jóvenes que la recibe tiene una gran probabilidad de predisponer a muchos y de conseguir algunos."

En 1816, impulsó la segunda edición del importante Tratado de Artillería, de Morla, que tendría notable influencia en varias generaciones de artilleros. Puso en vigor la Ordenanza para Ultramar, reorganizó este cuerpo y fundó la Junta Superior Facultativa, máximo órgano artillero.

Murió en Madrid, en 1824.

MARTÍN GARCÍA-LOYGORRI

03/09/2024

Real Universidad de Oñate


UNIVERSIDAD DE OÑATE

La Universidad de Oñate fue fundada en 1548, por el obispo y humanista Rodrigo Mercado de Zuazola, natural de Oñate, con el nombre de Universidad "Sancti Spiritus", "... un colegio en que haya maestros y estudiantes, (...) adonde se lea gramática y artes y canones y aya exercicio de letras".

El proyecto comenzó el 6 de enero de 1542, cuando su gran promotor Zuazola realizó una donación de sus rentas y bienes para la financiación, formada por 297.687 maravedíes, sus rentas de Vitoria, Salvatierra, Alegría y Oñati, todos sus libros, joyas, y numerosos objetos de culto en plata. Dos años antes, el 23 de abril de 1540, la del papa extendida en Roma permitía su fundación.

Zuaola seguía el ejemplo de otros humanistas contemporáneos que habían fundado centros de enseñanza en diversos puntos de la geografía española: el Colegio de Santa Cruz en Valladolid, por el cardenal Mendoza; la Universidad de Alcalá de Henares, por el cardenal Cisneros; o el Colegio de Santiago Alfeo en Santiago de Compostela, por el arzobispo Alonso de Fonseca.

En 1543, comenzaban las obras de construcción del edifico a orillas del río Ubao, con el patrocinio del emperador Carlos V, y con la participando del maestro cantero Domingo de la Carrera y el escultor Pierre Picart. Impartían teología, leyes, cánones, artes y medicina.

UNIVERSIDAD DE OÑATE

Es uno de los edificios más relevantes del Renacimiento vasco, de estilo plateresco en transición al manierismo puro, y es la primer Universidad en territorio vasco.

La universidad fue estrictamente católica hasta que en 1869, tras la Revolución liberal de 1868, albergó la Universidad libre. Más tarde pasó a manos de los carlistas, quienes fundaron la Real y Pontificia Universidad Vasco-Navarra. A finales de siglo se convirtió en la Universidad libre católica, pero cerró sus puertas en 1901.

En la actualidad, desde 1989, el edificio acoge el Instituto Internacional de Sociología Jurídica. En 1931 fue declarado Monumento Histórico-Artístico Nacional y es Bien de Interés Cultural.

La Universidad de Oñati tuvo a Barrio Mier, hombre de confianza de Carlos VII, de decano de Derecho y al dramaturgo Álvarez Cienfuegos de alumno, o el teólogo Lope Ochoa de Oro Iturralde. Pero sin dudas su hombre insigne fue su fundador, Rodrigo Mercado de Zuazola, gran humanista y promotor del arte y de la cultura en Oñate y del Renacimiento en Guipúzcoa. Fue doctor en leyes y cánones en su villa natal en pleno Renacimiento, que desempeñó varios altos cargos en las jerarquías de administrativas y eclesiásticas de la Monarquía española.

UNIVERSIDAD DE OÑATE

Presenta la tipología habitual de este tipo de edificios formada por planta cuadrada articulada en torno a un sobrio claustro central, distribuido en dos pisos de arquerías de medio punto y decorado con medallones que representan a diversos personajes. Al rededor del patio se distribuyen las diferentes dependencias: las lectorías (aulas), el estacionario, el teatro (salón de actos), los despachos, la biblioteca, la capilla, la cocina, el refectorio y las habitaciones para colegiales y estudiantes.

El edificio está realizado en piedra de Oa procedente de las canteras de Zerain, y ocupa una superficie de 1.732 metros cuadrados. Sus arquitectos fueron, posiblemente Rodrigo Gil de Hontañón o Diego de Siloé.

Sobresalen las gárgolas de estilo gótico en los aleros y las enjutas con escudos y medallones que portan efigies de figuras históricas y mitológicas, incluyendo al emperador Carlos I de España y su esposa Isabel de Portugal. La caja de la escalera que comunica las dos plantas se cubre con un artesonado de inspiración mudéjar.

La ornamentación de la fachada principal fue encargada al escultor Pierres Picart, quien realizó los relieves que enmarcan la puerta de entrada. El retablo plateresco tiene gran parecido a la del Convento de las Dueñas de Salamanca. Es un diseño clásico renacentista, compuesto por un arco de medio punto flanqueado a ambos lados por dos pilastrones se añadieron después. Estas dos pares de columnas sobre podium sostienen un entablamento empotrado en el muro, que presenta una rica ornamentación plateresca esculpida con figuras de bulto, relieves y columnillas, y prolongadas con torrecillas que fueron inspiradas en el Colegio de Santa Cruz de Valladolid.

UNIVERSIDAD DE OÑATE

La iconografía del retablo representan valores y virtudes que resultan de la síntesis pagana y cristiana. Son las esculturas de San Jerónimo y San Agustín (patrones de la teología y la filosofía), ciencias que junto a al derecho canónigo y civil se impartían en la universidad.

Sobre el arco de la puerta de entrada aparece se coloca un segundo arco-hornacina con la escutura que representa al fundador, el obispo Zuazola, arrodillado y rezando, imagen que copia de su modelo su la capilla fúnebre en la iglesia de San Miguel de Oñate.

A ambos lados se encuentran sus escudos de armas, y por encima el del Imperio español, que en tiempos de su fundación era Carlos I. Este Habsburgo hizo de Zuazola patrono y protector de la universidad.

En las esquinas de las torres laterales se sitúan otros dos pilastrones algo más altas que las de la portada.

El patio de la Universidad desprende un clasicismo y belleza de proporciones. Contiene dos pisos de arcos de medio punto, apoyados en columnas inspiradas en el orden compuesto romano, cuando en la mayoría de los edificios de la época se mantenía aún el arco carpanel en el piso superior, o algún otro detalle de recuerdo goticista.

UNIVERSIDAD DE OÑATE