27/12/2017

François de Beaumont y Navarra


General y burócrata colonial, gobernador del Río de la Plata y del Paraguay entre 1601 y 1602

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FRANÇOIS DE BEAUMONT Y NAVARRA


François de Beaumont y Navarra nació en Pamplona, en 1545.

En 1598, marchó al Virreinato del Perú, siendo designado teniente de gobernador de Buenos Aires y de Asunción, a las órdenes de su gobernador directo Diego Rodríguez Valdéz y de la Banda. Beaumont sucedió a Valdéz en el cargo de gobernador interino, en enero de 1601. En abril, el cabildo de Santiago de Jeréz le informó el estado fatal en que se encontraba y por tal motivo necesitaba del permiso para su urgente traslado. A finales del mismo año los colonos votaron para el cargo de gobernador interino a Hernandarias, pero no consiguieron que Beaumont cediese el poder. En agosto de 1602 entregó el mando de la gobernación a Hernando Arias de Saavedra por virtud de una real provisión.

Beaumont volvería a ser nombrado gobernador interino por el virrey y la Real Audiencia de Lima, en junio de 1614, por lo cual partió de Lima el 4 de julio del mismo año, para llegar seis meses más tarde a la ciudad de Santa Fe, adonde tomaría posesión de su nuevo cargo.

En 1615, reasumió en forma breve e interinamente el cargo desde el 8 de enero hasta el 3 de mayo. Murió en Buenos Aires en 1620.

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MAPA DEL VIRREINATO DEL PERÚ


Pertenecía a la familia de los Beaumont que descendía del infante Luis de Navarra, conde de Beaumont-le-Roger, quien fuera hijo de la reina Juana II y bisnieto paterno de Felipe III de Francia el Atrevido de la Casa de los Capetos.

Su hijo fue el homónimo Francés de Beaumont y Navarra, señor de Arazuri, de Montalbán, de Acotáin y de Esparza, además de caballero de la Orden de Santiago y comendador de Los Santos. Tenía una hermana mayor llamada Luisa de Beaumont y Navarra quien heredó los señoríos paternos de Arazuri y Montalbán que se casó con Prudencio de Avendaño y Gamboa, VIII señor de Villarreal de Álava y demás Estados, y con quien concibió dos hijos: Diego de Avendaño Gamboa y Beaumont. Además Francés tenía un primo llamado también Francés de Beaumont y Navarra, IV vizconde de Arberoa y III barón de Beorlegui. Su abuelo paterno era Juan de Beaumont y Navarra, señor de Arazuri, Estúñiga, Piedramillera y Valdelana, hijo natural de Luis de Beaumont y Navarra. Su tatarabuela fue Juana de Navarra, I condesa de Lerín y I señora de Sada y de Eslava, descendiente del rey Carlos III el Noble.

escudo armas beaumont

ESCUDO DE ARMAS DE BEAUMONT


24/12/2017

Casa-Palacio de Zumaia


La Casa-palacio de Zumaia está ubicada en el corazón del casco antiguo de Zumaia, muy próxima a la iglesia parroquial. En el pasado fue casa solar de la poderosa familia Zumaia-Ganboa, una de las veinticuatro casas de Parientes Mayores de Guipúzcoa, y una de las más adineradas de la villa.

Aunque actualmente está muy transformada, todavía muestra algunos elementos originales de la primitiva construcción del siglo XV, como son el arco apuntado de la antigua entrada, una ventana lobulada y los sillares de arenisca de la parte inferior del edificio.

FRONTAL DE LA CASA ZUMAIA

14/12/2017

Toponimia interpretativa de Juan de Perochegui


Otro de los apologistas del siglo XVIII que continuó defendiendo las tesis vasco-cantabristas fue el coronel Juan de Perochegui. Militar de origen navarro nacido en Ainhoa (Laburdi). Escribió Origen de la nación bascongada y de su lengua, que publicó en Barcelona en 1760, y reeditada en posteriores ocasiones.

En tan ilustrado Siglo de las Luces, Perochegui aseguraba que el vascuence tenía su origen en el patriarca bíblico Noé y en el lugar de Babilonia, y que fue traído hasta las tierras vascas por Túbal y sus compañías. Incluso se atrevió a dar la fecha exacta de "ciento cuarenta y tres después del Diluvio, que corresponde al de 1800 de la Creación del Mundo". Por tanto, el vascuence no solo fue la primera lengua del mundo, sino que además es la lengua divina que Dios otorgó a Adán y única en hablarse en el mundo hasta la confusión de Babel. Así, escribió que no sólo fue:
"... la lengua primitiva de España y Francia, sino también la propia y nativa del Patriarca Noé; y por consiguiente la primera del mundo, y aquella mesma que infundida por Dios a nuestro Primer Padre Adán, fue la única hasta la mezcla y confusión de la Torre de Babel."

ORIGEN DE LA NACIÓN BASCONGADA Y DE SU LENGUA

Para demostrar el origen babélico del vascuence desde el diluvio universal hasta su época, se basó en las etimologías de varios pueblos. Un ejemplo es el del topónimo Huarte, donde Hurte-a significa "diluvio" y también "año". Como el diluvio universal duró un año, concluyó que ambos términos habían quedado sinónimos y reducidos a una sola voz.

Intentó aclarar la importancia de estos cántabros especiales, los vascongados, en el conjunto de la nobleza de España:
"Cantaberria es nobilísima, belicosa y fuerte, hidalga in abstracto, río caudaloso de nobleza, solar indicativo y demostrativo de nobleza: antiquísimo seminario de la nobleza de España."

Según este autor, los vasco-cántabros fueron el origen de la nobleza española y francesa:
"... los vascongados se hacen acreedores de los más elevados aplausos, tanto en España como en Francia, en donde sin excepción de la excelsa Casa de Bourbon, síncope de Buruon, a las más heróicas casas que ha habido en ambas monarquías les vino su origen de la estirpe de la nación vascongada, la que excede con muchos quilates a la griega y a la romana..."

Durante el primer Congreso de Estudios Vascos (Bilbao, 1919), a propósito de estas etimología escribió el interviniente Urquijo:
"La falta absoluta de método y el entusiasmo patriótico llevan a nuestros abuelos y Dios quiera no lleven a los menos instruidos, o a los más ciegos de nuestros contemporáneos, a proponer las etimologías más estrambóticas y a sostener las hipótesis más grotescas."

Su paisano Pío Baroja se reía de estas ideas de Perochegui:
"Por poco no salen de la nación vasca el Imperio de Persia o el de la China."

PATRIARCA NOÉ

Como prueba de que el vascuence fue en tiempos pretéritos la lengua de todos los españoles, dicho autor utilizó de forma imaginada múltiples topónimos de toda España, cuyas etimologías explican el origen vasco:
  • Cantabria = Cataberría (canción nueva)
  • Burgos = Burugois (cabeza temprana)
  • Galicia = Galizia (perder el pavor)
  • Extremadura = Extaramaura (no lleva agua)
  • Andalucía = Landa-lucea (campo dilatado)
  • Murcia = Mur-rucia (raso, pelado)
  • Valencia = Hual-oncia (depósito de aguas)
  • Cataluña = Catalona (buen pedazo)
  • Ampurdán = Lanpurudá (es un puro trabajo)
  • Urgel = Hur-el (agua acaba de llegar)
  • Aragón = Araegon (allá se ha de estar)

Francia entera refleja en su toponimia idéntico origen vasco, pues también fueron vascos los antiguos galos. Por ejemplo, el nombre de la Casa real Bourbon, viene del vascuence Buroun, que significa "cabeza buena", y los francos "abundancia". Así pues, dedujo topónimos como los siguientes:
  • Languedoc = Langueroc (trabajar nosotros mismos)
  • Guienne = Eguiena (la más verdadera)
  • Gascuña = Gauscón (bueno para de noche)
  • Normandía = Horma-andia (helada grande)
  • Picardía, Lorena, Alsacia, etc.

ORIGEN DE LA NACIÓN BASCONGADA Y DE SU LENGUA

12/12/2017

Francisco de Alesón


Historiador, eclesiástico jesuita, coautor junto con José de Moret de la obra Annales del Reyno de Navarra, y cronista del Reyno de Navarra en 1687

ANNALES DEL REINO DE NAVARRA, POR FRANCISCO DE ALESÓN

Francisco de Alesón nació en Viana, Navarra, en 1634.

Ingresó en la Compañía de Jesús en 1650. En Pamplona, se dedicó a predicar y a enseñar filosofía en el colegio de la Anunciada desde 1662. Predicó durante cuatro años en diversos colegios de la Compañía hasta su ingreso en 1688.

Fue rector de los colegios de la Compañía de Jesús en Soria, San Sebastián, Segovia, Loyola, entre 1689 y 1692; y en Pamplona, entre 1692 y 1694. Impulsó las obras de la basílica de San Ignacio de Loyola y de la iglesia de San Ignacio de Pamplona, inaugurada el 1 de octubre de 1694.

En 1693, escribió, junto con Francisco Matute, el impreso Traslado del Papel que escribieron los Padres Guardián de San Francisco y Rector de La Compañía a los demás Prelados de las Religiones de Pamplona.

Fue nombrado viceprovincial de la Compañía de Jesús en Castilla, en 1695, y rector de Valladolid, en 1698, y de Salamanca, en 1701. Estas actividades fuera de Navarra disgustaron a los diputados del reino que suspendieron el salario de Alesón durante cuatro años, lo cual generó una rivalidad con el virrey, el marqués de Solera.

Cuando falleció el padre Moret, en 1687, la Diputación de Navarra le designó segundo cronista del reino, "por ser el sujeto más a propósito, para continuar los Anales de Navarra". Sin embargo su nombramiento no agradó al papa Inocencio XI que no deseaba que los jesuitas "se empleasen en escribir historias seculares". Tras la muerte de este papa, en 1689, Alesón entró oficialmente a desempeñar el cargo.

ANNALES DEL REINO DE NAVARRA, POR FRANCISCO DE ALESÓN

Francisco de Alesón revisó los dos primeros tomos, que dejó redactados Moret, "cubriendo los blancos que tenía". En 1704, salió por fin de imprenta el tercer volumen de los Annales de Navarra de Moret, corregido por Alesón y ampliado con Escolios y Adiciones.

En 1709, publicó el Tomo Quarto De los Anales De Navarra O Primero De Su Segunda Parte, que comprende diez libros distribuidos en capítulos; el primero comprende dieciséis y el último siete que van desde Natural demasiado ardiente del nuevo rey D. Carlos II hasta Enfermedad arrebatada de la reina D.ª Leonor. Su muerte y lugar de su sepultura.

En 1715, anciano y enfermo y poco antes de su muerte, publicó en Viana el Tomo Quinto De Los Anales de Navarra O De Su Segunda Parte, que abarca veinticuatro libros del XI al XXV que comienzan con Sucesión del rey D. Francisco Febo en el Reino de Navarra y termina con Cómo el Emperador fue inculpado en el saco que se sigue de Roma… Conversión de San Ignacio de Loyola. Principios que tuvo la Compañía de Jesús referido al año 1527 en que se produjo el saqueo de Roma por las tropas de Carlos I.

Dado el estado de salud de Francisco Alesón, el impresor Francisco Picart trasladó su taller hasta Viana para la publicación de este último libro.

ANNALES DEL REINO DE NAVARRA, POR FRANCISCO DE ALESÓN

Alesón poseyó grandes conocimientos lingüísticos y en Los honores fúnebres que hizo el Real Consejo de Navarra a la piadosa memoria del Rey Philippo IV (Pamplona, 1665) estampó su elogio funeral en griego, latín, castellano, portugués, toscano, francés y vascuence.

Otras obras suyas son: Historia de Navarra, desde la muerte de Juana de Francia y Gramática Greco-Hispana.

Murió en Logro, en 1715, dejando varios manuscritos que según declaración propia debían de constituir un sexto volumen de los Anales.

Juan Alesón, hermano de Francisco, fue auditor general de presidios de Orán, en 1715.

05/12/2017

La farsa de la autodeterminación, por Santiago Abascal


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LA FARSA DE LA AUTODETERMINACIÓN,
POR SANTIAGO ABASCAL

La farsa de la autodeterminación. El Plan Ibarretxe: al asalto del País Vasco y España
Santiago Abascal Conde, Editorial Áltera, Barcelona (2007), 377 páginas

El Plan Ibarretxe es el último asalto a la soberanía nacional. Presentado como una reforma estatutaria, sus adalides ya han advertido de que, a través del ejercicio de un supuesto "derecho de autodeterminación", será sometido a un ilegal referéndum. En estas páginas, se denuncia el Plan Ibarretxe, despojado de todos los ropajes y eufemismos con que lo adornan sus promotores, como una declaración de independencia del nacionalismo vasco que pretende desbordar el sistema constitucional.

Sin embargo, el Plan Ibarreche es sólo la última de las numerosas intentonas nacionalistas para destruir la unidad nacional de España desde la reclamación perpetua de un presunto "derecho de autodeterminación", verdadera presa de este libro.

Estas páginas constituyen un ataque frontal a los argumentos nacionalistas, que utilizan la historia, obviándola, e instrumentan la democracia, violándola. Es, además, este libro una brutal acusación, profundamente documentada, contra el tribalismo nacionalista que, incapaz de asumir la doble identidad de un pueblo que es tan vasco como español, niega la condición mismas de vascos a quienes se opongan al proyecto separatista.

Pero éstas no son las páginas de una negación, del "no" a la autodeterminación. Este libro, escrito por Santiago Abascal y prologado por José maría Aznar, representa una gran afirmación: la firme defensa del derecho de los vascos y del resto de españoles al mantenimiento de la indivisible unidad territorial, cultural y social de nuestra plural nación española.

02/12/2017

God Damn you Lezo: la película




En 1741, la mayor flota jamás reunida en la historia hasta el desembarco de Normandía partió de Jamaica con la misión de invadir Cartagena de Indias. Eran 195 naves y 28.000 hombres al mando del mejor almirante de la Armada inglesa, pero no contaban con que se enfrentaban a Blas de Lezo y Olavarrieta.

01/12/2017

Ruta Ignaciana del arte religioso en la Guipúzcoa interior


Guipúzcoa es una tierra volcada al mar y, en apariencia, más dada el trabajo que a la devoción. Sin embargo, en su interior, de abruptos perfiles abiertos a cuchilladas por los ríos, esconde numerosos lugares para el cobijo de la fe. Son templos como los santuarios de Loyola y de Arantzazu, o la ermita de La Antigua, todos encajados en parajes bellísimos y levantados con dispares estilos arquitectónicos. Es conocida como la Ruta Ignaciana, en honor al patrón de esta provincia: San Ignacio de Loyola.

MAPA DE LA RUTA IGNACIANA

El primero con el que topa el viajero si viene desde el Cantábrico es el Santuario y Basílica de San Ignacio de Loyola. Es un complejo monumental y religioso construido en el barrio de Loyola de la villa de Azpeitia, a orillas del río Urola.

Destaca por su rotunda y magnífica estampa que, pese a la grisácea uniformidad de la piedra (el mismo color que el cielo plomizo de estas tierras), la primera mirada se dispara hacia la majestuosa cúpula de 65 metros de altura. Fue diseñada el arquitecto italiano Carlos Fontana, discípulo de Bernini, aunque la levantaron maestros vascos.

La entrada a la basílica, con su cúpula circular y profundamente decorada, produce una sensación de majestuosidad. A pesar de que las obras de construcción se iniciaran en 1689, no se remataron hasta finales del siglo XIX.

BASÍLICA DE SAN IGNACIO DE LOYOLA

Muy cerca, casi escondida, como al margen de todo el complejo que se ha levantado a su alrededor, está la llamada "santa casa". Robusta, como toda construcción que fue mitad vivienda y mitad fortaleza, se ubica la Casa-torre solariega de los Loyola, donde nació San Ignacio de Loyola en 1491, patrón de Euskadi y fundador de la Compañía de Jesús, que en realidad se llamaba Iñigo López de Loyola. Este era hijo del señor de Loyola, Beltrán Ibáñez de Oñaz, cabeza del bando de los Oñacinos, y de la ondarresa Marina Sánchez de Licona, miembro de una importante familia oñacina vizcaína.

La Compañía de Jesús se convirtió en una poderosa institución que tenía mucha influencia en la cúpula dirigente católica. Ignacio, su fundador, fue nombrado santo y, como era lógico, su casa natal pasó a ser un lugar de devoción.

En esta casa fortaleza retrocedemos cinco siglos en el tiempo para descubrir cómo era la vida cotidiana de la noble familia. La cocina, las habitaciones, el oratorio o la sala de armas muestran el lado humano del santo, y la ponen contrapunto a la espiritualidad de la basílica.

BASÍLICA DE SAN IGNACIO DE LOYOLA

Tras dejar Loyola, el camino lleva a Azkoitia, una villa señorial en el valle del río Urola, que conserva un importante grupo de casas solariegas. Un poco después la carretera se adentra en un paisaje más abrupto con curvas. Al final, el valle de Urola suaviza el perfil de la montaña y abre el hueco necesario para que se levanten dos localidades, Zumarraga y Urretxu, separadas por el sutil fluir del agua.

El casco antiguo de Urretxu gira alrededor de la plaza Iparraguirre, donde se levantan casas solariegas y el bello palacio Ipenarrieta-Corral.

Zumarraga es célebre por ser la cuna de Miguel López de Legazpi, conquistador de Filipinas y fundador de Manila. Su ayuntamiento, con fachada de estilo neoclásico, tiene un precioso salón de plenos modernista. En esta villa se encuentra otro de los lugares santos de peregrinación por Ignacio de Loyola y punto clave de nuestro recorrido en la ruta de los tres templos, la Ermita de Santa María La Antigua. Está considerada como la catedral de las ermitas vascas.

Los primeros indicios de la iglesia datan del año 1366 y fue parroquia de Zumarraga hasta 1576, año en el que la iglesia municipal pasó ser la de Santa María de la Asunción, en el centro del pueblo.

Situada en una colina, esta ermita es todo lo contrario al santuario de Loyola. El edificio no impresiona ni se impone en el paisaje, debido a su sencillez y austeridad. Es un templo románico de los siglos XII y XIII construido sobre un antiguo fuerte defensivo, con elementos góticos añadidos. Dice la leyenda que su pétrea piel le fue otorgada por los gentiles vascos, seres mitológicos, que con ayuda de hondas, lanzaron desde la cumbre del monte Aizkorri las piedras para su construcción.

Más espectacular aún que la leyenda es la vista interior del templo. La madera de roble se convierte aquí en vigas, tirantes, tornapuntas, jabalcones y zapatas, y sin utilizar ni un solo clavo. Al menos, hasta la rehabilitación de 1990, que introdujo el uso de este elemento.

Sobre tan bella osamenta, la ermita tiene cabezas femeninas y figuras geométricas dibujadas. Si se fuerza la vista, se puede apreciar el recuerdo pictórico de una escena de caza con un dragón. Son dibujos casi infantiles, sencillos y hermosos. Como hermosa es la imagen que preside el templo: una escultura de la Virgen sosteniendo a su hijo en el brazo izquierdo, y con una manzana en la mano derecha. Su enigmática sonrisa nada tiene que envidiar a la de la Gioconda.

ERMITA DE MIRANDAOLA

El camino sigue y deja a un lado Legazpi, una de las villas más antiguas de Euskadi, cuyo templo religioso más destacables es la Ermita de Mirandaola. Cerca de esta villa está la ferrería de Mirandola, donde intentan mantener viva la tradición de este oficio y hacen demostraciones para los visitantes.

La carretera asciende hasta pasar el último escollo montañoso antes de llegar a Oñati, la villa monumental que el pintor Ignacio Zuloaga bautizó como la "Toledo vasca". En el rico conjunto monumental de la villa destaca sobre todo la sobria Universidad plateresca de Sancti Espiritus.

UNIVERSIDAD SANCTI ESPIRITUS DE OÑATE

Oñati queda atrás en el valle del mismo nombre, y la carretera vuelve a alzarse por la sierra de Aizkorri hasta llegar al Santuario de Nuestra Señora de Arantzazu, levantado en honor a la patrona de Guipúzcoa. Este no es un templo clásico, ya que Arantzazu es vanguardia en su totalidad. Su estructura contiene tres torres de piedra labradas y el friso de la fachada, con catorce apóstoles, una imagen de la Piedad.

En el interior, el altar tiene seiscientos metros cuadrados de madera tallada y policromada; en la cripta hay pinturas, y en los muros, vidrieras polimorfas. Todo se debe al genio coral de un grupo de artistas: Oteiza, Chillida, Sainz de Oiza, Laorga, Núñez, Basterretxea, Álvarez de Eulate, etc.

El emplazamiento tiene una historia más clásica, incluida una aparición de la virgen allá por 1468. Luego vendría la ermita, la calzada para llegar al recóndito lugar, los franciscanos y las guerras, que se empeñaban, una y otra vez, en destruir el pequeño santuario. Hasta que en 1959 se inició la construcción del templo actual.

La historia es similar a la de otros santuarios, pero aquí ha tenido un colofón vanguardista. Lo curioso es observar en el altar la figura de la virgen de Arantzazu, una talla en piedra del siglo XIII. Entre tanta grandiosidad, la virgen mide solo 36 centímetros.

SANTUARIO DE ARANTZAZU

28/11/2017

Batalla de Roncesvalles de 778: vascones contra francos


EL ENFRENTAMIENTO ENTRE CAROLINGIOS Y SARRACENOS

A principios del siglo VIII, el ejército de los musulmanes de Tariq ben Ziyad se presentó en la península Ibérica iniciando la conquista del Reino Hispano-visigodo. En pocos años, consiguieron someter a la totalidad de las tierras del extinto reino, pero pronto su impulso conquistador  encontró un freno en las montañas cantábricas.

La situación fue de otra manera en el noreste: en el año 713, los ejércitos musulmanes llegaron al valle medio del Ebro, donde gobernaba un conde de origen hispano-visigodo, Casio, que ante la amenaza, decidió convertirse al islam y someterse al califa de Omeya para mantenerse el poder. Así surgió la dinastía de los Banu ibn Qasi. Pamplona era ocupada por Muza en 718 y obligada a pagar tributo a los gobernadores musulmanes que establecieron un protectorado.

Los musulmanes encontraron abierto el camino hacia Francia. Cruzaban los montes Pirineos en 720 a través del puerto de Roncesvalles con el propósito de invadir el Imperio carolingio y conquistar Europa. Primero atacaron Toulouse, continuaron hacia Tours, capital del ducado vasco-aquitano. Pero, en 732, fueron derrotados por Carlos Martel en la batalla de Poitiers, quien frenó las ansias expansivas musulmanas.

Tras aquella derrota, los vascones tenían asegurada su independencia en las montañas, pero el valí Uqba recondujo la situación instalando una guarnición militar en dicha Poitiers, entre el 734 y 741.

Los francos, no obstante, sacaron las consecuencias oportunas y se propusieron establecer un cordón protector en el Pirineo, apoyaron a los cristianos rebeldes de las montañas y así surgió la Marca Hispánica: una decena de condados dependientes de la Monarquía carolingia que abarcó desde Pamplona hasta Barcelona. De estos condados nacerían posteriormente los reinos de Navarra y de Aragón y los condados de Cataluña.

Durante este periodo, finales del siglo VIII, aún no existían reinos hispánicos en el Pirineo. La única monarquía cristiana era la de Asturias, surgida de la resistencia de Pelayo. El rey era Alfonso II el Casto, noveno de este reino, hijo del asturiano Fruela y de la dama vasca doña Munia. Sus dominios se extendían desde Galicia hasta Álava, y llegarían siglos más tarde hasta Lisboa. Desde Oviedo, su capital, se proclamó "emperador de toda España".

Alfonso II intercambió embajadas con Carlomagno, el emperador carolingio, pues era su aliado en la lucha contra el islam. Durante su reinado, se descubrió la tumba del apóstol Santiago, siendo Carlomagno uno de los primeros peregrinos en visitar la ermita de Santiago en Compostela.

En el otro lado del frente, el poder musulmán conoció una de sus frecuentes fragmentaciones: los emires de los territorios del norte se rebelaron contra el califa Omeya de Córdoba. Un punto clave de la rebelión fue Zaragoza. Ese fue el motivo por el que Carlomagno decidió adentrarse en territorio español. En una de estas expediciones tuvo lugar la batalla de Roncesvalles.

BATALLA DE RONCESVALLES

LA ALIANZA MILITAR ENTRE SULAYMAN Y CARLOMAGNO

La resistencia de Pelayo de 722 en Covadonga y aquella victoria de Carlos Martel de 732 en Poitiers frente a los invasores musulmanes generó esperanzas y fe a los núcleos cristianos del norte peninsular para iniciar la heroica empresa reconquistadora.

En este periodo el Condado de Pamplona mantuvo una relación de alianza con la dinastía de los Banu ibn Casi. Era una familia de renegados, godos o hispanorromanos, cuyo antepasado Casio, del que toma el nombre, había sido conde en la región del Ebro. Sometidos a Muza, abrazaron la causa del Islam; uno de ellos era valí o gobernador de Pamplona el 792 y otro defendió Zaragoza frente a Carlomagno.

Mientras tanto, el Imperio de los francos vivía su esplendor cultural en el llamado Renacimiento carolingio. Carlomagno dominaba en grandes territorios de Europa occidental, defendidos en sus fronteras por "marcas", es decir, comarcas bajo su órbita de influencia, como en el caso peninsular lo fue la Marca Hispánica. También Aquitania, al norte del Pirineo occidental había sido sometido recientemente.

En 777, los carolingios consigueron una importante victoria frente a los sajones en Paderborn, que finalmente fueron sometidos. Allí, Carlomagno recibía la visita personal de Sulayman ibn al Arabí, más conocido como Sulayman Ibinalarabi, valí de Barcelona, para informarle sobre el destronamiento de la dinastía de los Omeyas en Damasco y el advenimiento de los Abasíes de Bagdad en el territorio de Arabia.

El único superviviente de los Omeyas fue Abd al-Rahman I. Había huido de aquella ciudad y refugiado en Córdoba. Con la ayuda de un ejército de bereberes y yemeníes a se apropió de Al-Ándalus, proclamando su Emirato independiente de Córdoba. Para esto, tuvo que eliminar al emir de Córdoba, Yusuf al-Fahri, partidario de los abasíes.

El valí de Barcelona dejó claro a Carlomagno que fue partidario de al-Fahri y que ambos tenían un enemigo en común: el nuevo emir de Córdoba. Además, entre sus compañías estaban Abd al-Rahman ibn Habib, el yerno del asesinado emir de Córdoba, y Hussayn ben Yahia, valí de Zaragoza y descendiente de uno de los compañeros de Mahoma.

Entonces, le propuso una alianza militar para invadir el Emirato de Córdoba y derrocar a Abd al-Rahman. A cambio, se colocarían bajo la órbita de influencia del propio rey carolingio y le entregarían algunas de las ciudades del norte de España como Barcelona, Zaragoza o Jaca.

Así lo escriben las crónicas:
¡Nada temáis! Enviad a Carlos, orgulloso y altivo, palabras de servicio fiel y de gran amistad. Le daréis osos, y leones y perros, setecientos camellos y mil azores mudados, cuatrocientas mulas, cargadas de oro y plata y cincuenta carros, con los que podrá formar un cortejo: con largueza pagará así a sus mercenarios. Mandadle decir que combatió bastante en esta tierra; que a Aquisgrán, en Francia, debería volverse, que allí lo seguiréis, en la fiesta de San Miguel, que recibiréis la ley de los cristianos; que os convertiréis en su vasallo, para honra y para bien. ¿Quiere rehenes?, pues bien, mandémosle diez o veinte, para darle confianza. Enviemos a los hijos de nuestras esposas: así perezca, yo le entregaré el mío. Más vale que caigan su cabezas y no perdamos nosotros libertad y señorío, hasta vernos reducidos a mendigar.
La idea de una campaña en España llegó a seducir a Carlomagno, quien encontró en el pacto con Sulayman la posibilidad de aumentar la Marca Hispánica hacia el interior peninsular. Probablemente, encontraría hacia el sur muchas poblaciones cristianas impacientes por sacudirse el yugo mahometano.

CONDADOS DE LA MARCA HISPÁNICA, INICIOS SIGLO IX


LA CAMPAÑA DE CARLOMAGNO EN LA MARCA HISPÁNICA

Al año siguiente, en el 778, Carlomagno reunió un numeroso ejército compuesto por soldados francos, reforzados por los de todos los pueblos sometidos: francos orientales (ripuarios) y occidentales (sálicos), borgoñones, provenzales, aquitanos, septimanos, lombardos y bávaros, estos últimos dirigidos personalmente por el duque Tasilón. Este ejército cruzo el Pirineo, dividido en dos contingentes: uno liderado por Carlomagno, junto a sus grandes barones como el conde de Palacio Anselmo, el senescal Ekkehart, y sobre todo el conde Roldán, que pasó por Navarra; y el otro grupo, dirigido por su hijo Carlomán y el condestable Geilón, por Huesca.

Carlos se dirigió hacia Pamplona. Esta ciudad, la principal de los vascones de Navarra, estaba en manos mahometanas. Sulayman mantenía su pacto, la ciudad fue tomada por las armas y los gobernadores musulmanes rindieron vasallaje y fidelidad al emperador Carlos el Grande, aunque mostrando hostilidad. Pero, a este primer éxito, siguió la primera decepción ya que Carlomagno comprobó como los vascones, aunque cristianos, no acogían a los francos como libertadores, sino como invasores.

Mientras que el ejército de Carlomagno seguía su avance por el curso del río Ebro hasta las puertas de Zaragoza, el ejército de Carlomán avanzaba por el este hasta Barcelona, donde la población cristiana se mostró más accesible a los francos. El valí Sulayman cumplió con su pacto, entregando rehenes y partió de Barcelona con Carlomán hacia Zaragoza. Allí se reunieron ambos ejércitos francos.

Al Hussayn ben Yahia era el valí de Zaragoza. Era también un enemigo del emir Abd al-Rahman, pero no tenía intención de entregar su ciudad. Zaragoza era una ciudad hermosa y rica, la más importante del noreste peninsular, que acogía a gentes de todas las religiones. Unas murallas infranqueables la protegían.

No se sabe con seguridad las razones de aquel cambio de planes. Por una parte, Sulayman y Hosein se habían enemistado durante el transcurso de tiempo desde el pacto hasta la llegada. Además, los francos y los árabes poseen una cultura y una mentalidad muy diferentes, y cada bando considera al otro como algo bárbaro con el que no puede entenderse.

Ante los muros de Zaragoza, los francos iniciaron un asedió que duró algunos meses. Los zaragozanos resistían y los sueños de conquista de los caballeros francos se debilitaban. Algunas ciudades, Huesca entre ellas, se sometieron. Tuvo intenciones de negociar con Hosein ben Yahia, pero estas no fructificaron.

ASEDIO A PAMPLONA POR CARLOMAGNO

Llegaban malas noticias desde Sajonia. Aprovechando la ausencia del Ejército carolingio en su Imperio, los sajones se sublevaron. El monarca Carlos reconocía que esta campaña estaba siendo un fracaso, pues no habían conseguido ninguna victoria militar relevante y ningún territorio nuevo estaba siendo cristianizado. Tras dar la orden de retirada, siguió otra de destrozar todo lo posible en torno a la ciudad. Lógicamente, el emperador tuvo la sensación de haber sido engañado por Sulayman, por lo que fue apresado junto con algunos de sus hijos y otros magnates musulmanes como rehenes.

Si bien consiguieron un cuantioso botín de guerra de los gobernadores sarracenos, este no financiaba a toda aquella expedición. La tropa quedó disconforme, produciéndose saqueos por cada villa y ciudad por la que pasaban en el camino de vuelta. En Pamplona, derribaron las murallas, asaltaron la ciudad y saquearon todo cuanto pudieron. En ella vivía una población formada en su mayoría por vascones paganos, aunque también unas minorías de cristianos e islámicos.

Carlomagno y sus huestes subestimaban la capacidad de reacción que pudieran tener los pamploneses y los vascones de las tierras aledañas. Aún le esperaba más pues, en el camino, los hijos de Sulayman sorprendieron a los guardias y consiguieron escapar sin su padre. Estos reorganizan sus fuerzas militares y fueron en busca del Ejército carolingio para sorprenderles en su huida.

Cuando cruzaban los Pirineos en dirección a Francia por el estrecho paso de Ibañeta, Carlomagno encabezaba la vanguardia de su estirado Ejército, mientras que Roldán y los principales nobles estaban situados en la retaguardia. Sus soldados caminaban lentamente en los ascensos, el porte del botín y de la armadura resultaban pesadas, y el calor del verano debilitaba más aún. Entonces, una coalición de vascones de la montaña, de pamploneses, y de tropas musulmanas encabezadas por los hijos de Sulayman emprendió un ataque sorpresa a la retaguardia del Ejército franco a la altura del actual Roncesvalles, aunque otras fuentes la sitúan en Valcarlos.

MONUMENTO A LA BATALLA DE RONCESVALLES


LA BATALLA DE RONCESVALLES DE 778

Roncesvalles es un punto fronterizo entre España y Francia, una cima en la cordillera pirenaica. En aquel paso, el 15 de agosto del 778 sucedió la batalla de Roncesvalles.

Los vascones, 
aunque en clara inferioridad numérica, eran conocedores de aquellos bosques y caminos. Aprovecharon el factor sorpresa y el terreno para posicionarse con ventaja ante un ataque cerrado entre rocas y árboles, mejor resguardados entre cimas y laderas. Las tropas carolingias desfilaban fatigadas por el desfiladero y estiradas en estrechas filas, debido a la extrema dureza de las fuertes pendientes rocosas entre bosques.

Los asediantes coaligados lanzaron una lluvia de dardos, flechas y piedras contra la retaguardia. La emboscada resultó efectiva: los francos no están acostumbrados a luchar en las montañas, se encontraron dispersos en una larga hilera, sus cascos y corazas eran resistentes pero pesadas, era más resolutiva la puntería de unos arqueros resguardados entre rocas.

Tras la lluvia de flechas, los atacantes se aproximaron, descendían, corrían detrás de las rocas, saltaban, se precipitaban sobre los caballeros, caían sobre las basternas, golpeaban a sus conductores y se producían combates cuerpo a cuerpo; había caballos heridos cuyos relinchos desencadenaban el tumulto, gritos de reagrupamiento, caballeros sin montura que acababan siendo degollados por los montañeses.

En este asalto murió Roland, duque de la marca de Bretaña (las fuentes castellanas le han llamado Roldán o Rolando), junto a los Doce Pares de Francia, entre ellos Anselmo, conde de la casa real, y el senescal Eggihard. Este noble se encargaba de custodiar la retaguardia. Según la épica, hizo sonar el cuerno para llamar al rey en señal de auxilio, pero el grueso de sus tropas continuaron el camino hacia la llanura pasando San Juan de Pie de Puerto, punto de inicio de una Ruta Jacobea hacia Santiago de Compostela que se estaba formando por los peregrinos europeos, especialmente franceses.

Los vascones vengaron los saqueos que realizaron en sus tierras, los musulmanes liberaron a Sulayman. Carlomagno nunca más volvió a pisar tierra hispánica.

MONUMENTO A LA BATALLA DE RONCESVALLES


LAS REPERCUSIONES DE AQUELLA EMBOSCADA

Aquella batalla desencadenó diversas repercusiones tanto en los reinos de la península Ibérica como en el Imperio carolingio. Esta fue la primera derrota militar que sufrió el Imperio de Carlomagno, gran emperador de Europa en la Alta Edad Media. Esta debilidad fue animando a otras marcas en su domino a sublevarse en su contra. Fue también un impulso reconquistador para los hispanos, pues asegurarían ahora la frontera del Pirineo frente al invasor franco y pondrían la mirada al sur para reconquistar las tierras al moro.

Mil años después, se repetiría este espíritu de resistencia y lucha contra los franceses, esta vez encabezados por el emperador Napoleón Bonaparte, en los sitios de Gerona y Zaragoza, en la llamada del tambor del Bruc, en la batalla de Bailén, en el levantamiento madrileño del 2 de Mayo, y en tantos otros heroicos sucesos de España.

El emir de Córdoba, Abderramán I, para evitar futuras incursiones carolingias y cortar rebeldías islámicas, se presentó ante Zaragoza en el 791; derrotó a los rebeldes y marchó contra sus aliados vascones. Conquistó Calahorra, luego Pamplona, sometió al valí Ibn Velasco bajo su órbita de poder y volvió a Córdoba con rehenes, quedando los vascones sometidos bajo soberanía de los Omeyas durante cerca de veinte años.

En el plano literario, los poemas y narraciones épicos describieron el suceso con todo el romanticismo medieval de la época. Destaca la Chansón de Roland en francés. Pero Roldán, sobrino de Carlomagno, se convertiría inmortal gracias a la literatura. Hoy en día, varios puertos, pasos o brechas llevan su nombre a lo largo de todo el Pirineo.

MUERTE DE ROLDÁN EN RONCESVALLES

26/11/2017

Tiburcio de Redín y Cruzat


Gobernador General de Armada y Mariscal de Campo de Tercios durante el primer tercio del siglo XVII

Retrato Tiburcio Redín Cruzat Ricci Museo Prado
TIBURCIO DE REDÍN Y CRUZAT

Tiburcio de Redín y Cruzat nació en Pamplona, en 1597. Era el Barón de Bigüezal, caballero de la Orden de Santiago y hermano de Martín de Redín, el gran maestre de la Orden de Malta.

Desde joven combatió en los Reales Tercios de Infantería españoles para combatir en las Guerras de Italia junto con sus hermanos. Fue ascendido a alférez por sus méritos en el asalto de la fortaleza de San Andrés, en el sitio de Vercelli.

En 1620, siendo capitán de mar y guerra, estuvo al mando de uno de los galeones que hacían la travesía atlántica hacia el Nuevo Mundo.

En 1624, se le destinó a Portugal, al mando de una Compañía de Piqueros de Infantería, bajo las órdenes del marqués de Hinojosa, siendo nombrado Caballero de Santiago.

Participó en una campaña contra los filibusteros en 1629, durante la cual enfermó y obtuvo licencia para retirarse a Pamplona un año después.

En la Armada del Océano prestó apoyo a Antonio de Oquendo, donde mantuvo algunos combates navales. En alguno de estos enfrentamientos resultó herido en un brazo y en el pecho. Felipe IV le recompensó su demostrada valentía, nombrándole gobernador general de la Armada de Cataluña, en 1635, y mariscal de campo en 1636.

palacio redín pamplona escudo armas
ESCUDO DE ARMAS Y PLACA HONORÍFICA EN EL PALACIO DE REDÍN

Aunque en su vida militar había cumplido con su misión sirviendo a la patria en las acciones encomendadas, su vida sufrió una profunda y repentina transformación. A sus 40 años, había descubierto su vocación misionera para seguir el camino clerical que habían seguido la mayoría de sus hermanos. Decidió buscar la paz espiritual e ingresó en un convento, siendo admitido en la Orden Capuchina de Tarazona, en 1637, tomando el nombre de fray Francisco de Pamplona.

En un viaje al norte de África, el buque en que viajaba junto a otros frailes fue visto por un navío holandés, que inmediatamente se puso a dar caza al español. Entonces, Tiburcio de Redín tomo el mando del barco, comenzó a dar órdenes, entraron en combate y después de que se impuso la superioridad española, los holandeses escaparon. Algún tiempo después solicitaba formar parte de las misiones venezolanas.

En 1645, marchó en una expedición al Congo y, posteriormente, a Roma para conseguir el apoyo de Inocencio X en las diferencias entre italianos, franceses y españoles por las concesiones misionales en territorio otomano, y con Portugal, por las concesiones africanas.

En 1647, embarcó para América, donde llevó a cabo una muy importante labor misional. Murió en Venezuela en 1651.

PALACIO DEL REDÍN Y PLACA DE LA CALLE DEL REDÍN EN PAMPLONA

16/11/2017

Escudo vizcaíno de Pedro de Fontecha y Salazar


Pedro de Fontecha y Salazar fue un jurisconsulto alavés, nacido en Nograro en la década de los 80 del siglo XVII. Fue abogado del Real Consejo, apoderado en las Juntas del Señorío de Vizcaya y consultor del Señorío, es decir, oficial defensor de Vizcaya, cargo que desempeñó desde 1718.

Vivió en una época donde las Provincias Vascongadas y Navarra pasaron a ser consideradas "provincias exentas", es decir, pasaron a ser contempladas como excepciones a la norma, y estas también empezaron a verse a sí mismas como "especiales". Se trataba de los únicos territorios peninsulares con jurisdicción separada, fronteras arancelarias, fiscalidad propia y sistema de defensa propio. En estas circunstancias se produjeron conflictos de jurisdicción con la Monarquía de los Borbones, en los cuales destacaron las obras doctrinales destinadas a la defensa del ordenamiento propio elaboradas por juristas como Fontecha.

Se encargó de defender la jurisdicción separada del pequeño Señorío de Vizcaya con respecto al Reino de Castilla, no ya en relación a otros entes jurisdiccionales similares de una porción de la península Ibérica, sino en el concierto de una pluralidad de reinos y coronas insertos en la estructura inmensa que había adquirido el Imperio español en el siglo XVIII.

ESCUDO DE LA MÁS CONSTANTE FE Y LEALTAD

A mediados del siglo XVIII escribió el Escudo de la más constante fe y lealtad del muy noble y leal Señorío de Vizcaya, que es una exposición general del ordenamiento jurídico-político vizcaíno, pero iniciada por un conflicto jurisdiccional ocasionado por el nombramiento de un juez arancelario especial por la Monarquía.

Fontecha se situó en el contexto del pensamiento sobre la estructura de la España imperial, sin dejar de incorporar a su libro todo el conjunto de argumentos que, a mediados del siglo XVIII, estaban plenamente integrados en el tradicional cuerpo ideológico-doctrinal vizcaíno:

1. el tubalismo

2. el monoteísmo originario

3. la insumisión ante las potencias invasoras

4. la independencia siempre mantenida

5. la adhesión voluntaria a Castilla

Siguiendo las tesis del Tubalismo, Fontecha describió a Túbal como un hombre lleno de virtudes, magnánimo, sabio en astronomía, matemáticas y filosofía natural; fue el primer en poblar España con su mujer, hijos y otras compañías por el año 1800 de la Creación del mundo, 131 años después del Diluvio Universal, y 2162 antes del nacimiento de Jesucristo, y lo hizo con gobierno templado, siendo justo y estableciendo leyes escritas en verso.
"Dúdase qual fuesse el primer assiento de Túbal en España; pero la mas comun, y segura opinion es, que llegó á los Pirineos, y Tierras de los Vascones, y de sus finitimos los Guipuzcoanos, Alabeses, Vizcainos, y Montañeses, por donde comenzó la primera población, y de allí se derramaron, y repartieron sus gentes á otras Provincias."
Para demostrar que los descendientes de Túbal y sus compañía provenían de Armenia y el lugar de la Torre de Babel, buscó coincidencias en la toponimia vasca y navarra con otros del de Próximo Oriente:
"... esta regiones oy dis despues de tantos siglos, y tantas mudanzas, se conservan en Rios, y Montes muchos nombres de los de la Religion de Armenia, primer Solár del Mundo, donde assentó la Arca de Noé despues del Diluvio General..."

ESCUDO DE LA MÁS CONSTANTE FE Y LEALTAD

Por ejemplo, la provincia de Armenia Ararat lleva casi el mismo nombre que el monte Aralar sito entre Guipúzcoa y Navarra; el monte Gordeya entre Álava y Vizcaya lleva casi idéntico topónimo que el monte Gordéyo en Armenia, en el que paró el arca de Noe; el río Aráxes (anterior término), que desemboca en Orio, lleva la misma hidronimia que el Aráxes que nace en el mismo monte que el Eufrates y desemboca en el Caspio; otro río, el Arga, que pasa por Pamplona, lleva parecida terminología a la del río Arago que pasa por Armenia. De esta manera trataba de explicar que aquellas compañías de Túbal pusieron nombre a ríos y montes que poblaron en Vascongadas y Navarra en honor a los de su lugar de origen.

Además de traer leyes civiles, Túbal también trajo las religiosas para practicar un monoteismo previo al Cristianismo:
"Assentado el principio cierto, que Túbal pobló en Cantabria, sus primeros pobladores quedó en Vizcaya, y Provincias vecinas establecida la Divina Ley. Hombre tan sabio como Túbal conservó el culto del Verdadero Dios, y le enseñó á sus Hijos; y que assí estos, como los que trajo en su compañia, professaron su Religion en Cantabria..."
Aquel verdadero Dios fue llamado por Abraham, Jacobo e Isaac en su vascuence como Jaun-goycoa, que significaba "Señor de Arriba", el primer Dios de los Vascongados, predicado por Túbal, y más tarde por el apóstol Santiago y otros.

Con párrafos como estos, Fontecha argumentaba la defensa del mantenimiento de los Fueros del Señorío. Para ello, ya se había documentado de las aportaciones de otros juristas e historiadores mitómanos de los dos siglos anteriores como fueron Monet, Gabriel de Henao, Esteban de Garibay Juan Cortes Osorio, etc.

Los argumentos jurídicos de Fontecha continuaron en línea con la fidelidad y dependencia a la Corona de Castilla, centrando sus alegaciones en la idea de la vinculación de Vizcaya a Castilla en plano de igualdad. Así, para Fontecha, la función defensiva de Vizcaya para la Monarquía se proclama con satisfacción e incluso sirve para justificar la situación de exención fiscal "... mucho más caro le resultaría a la Monarquía si tuviera que sufragar los gastos materiales y personales con que los vizcaínos cumplían esta función defensive".

MESOPOYAMIA

05/11/2017

Juan de Salcedo


Conquistador de las islas Filipinas y cofundador de la ciudad de Manila junto a Miguel López de Legazpi y Martín de Goiti, conocido como el último de los conquistadores

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JUAN DE SALCEDO JUNTO A MARTÍN DE GOITI

Juan de Salcedo nació en México en 1549, siendo nieto del guipuzcoano Miguel López de Legazpi y hermano menor de Felipe de Salcedo.

El 1 de mayo de 1566, con 18 años de edad, partió desde la costa del Pacífico comandando junto a su hermano Felipe una flotilla de tres buques enviadas por el virrey novohispano Enríquez de Almansa con destino a las islas Filipinas. Se trataba de tres galeones cargados de víveres, soldados, colonos y misioneros al mando de Juan de Isla, con el objetivo de proporcionar de asistencia y refuerzo a la expedición de Miguel López de Legazpi para la colonización de las Indias Orientales.

En agosto del mismo año llegaba a Cebú, trayendo la gran noticia de la llegada de Urdaneta a México y que, por tanto, la expedición de tornaviaje había sido completada con éxito, según el trazado que él mismo había planeado.

En 1569, el adelantando Legazpi solicitó al capitán Juan de Salcedo y al maestre de campo Martín de Goiti la organización de una expedición para la colonización de la isla de Luzón. Era una isla más estratégica para la organización de rutas comerciales entre China y América y también más segura que Cebú y Panay, donde existían posibles amenazas portuguesas y sarracenas. El objetivo era llegar a la bahía de Manila y evaluar su puerto como posible base comercial y militar, así como el grado de hostilidad de los nativos del Sultanato de Luzón.

Marchaba como segundó al mando tras Goiti en una misión que le implicó en varios enfrentamientos contra los gobernantes nativos y la destrucción del sultanato musulmán entre los años 1570 y 1571.

canoa embarcación tradicional islas molucas filipinas
CANOAS FILIPINA Y MOLUQUEÑA

El 8 de mayo de 1570, llegó a la bahía de Manila, en la parte de Cavite. Allí acampó junto al resto de la expedición durante unas semanas con la intención de formar una alianza con los jefes musulmanes, así como la de mostrar sus deseos de colaboración con los residentes y comerciantes de Borneo, China o Japón.

Pero todo terminó en una serie de batallas contra los caciques locales Tariq Suleiman (islámico), Rajah Matanda (hindú) y Lakan Dula (taoísta) de los reinos en Luzón.

Tras tomar sin dificultades la fortaleza de Manila, continuó su expedición de castigo a través del río Pasig, donde sufrió duros combates. El control definitivo de la isla lo consiguió en la bahía de Bangkusay, frente al puerto de Tondo, infligiendo una dura derrota a los rajás y su ejército de nativos tagalos. El 6 de junio de 1570, Salcedo controlaba la ciudad de Manila y para su defensa hizo construir la fortaleza de Santiago.

Pero esta toma de la ciudad de Manila consiguió un levantamiento de tribus nativas en las islas adyacentes, generando una guerra de guerrillas durante los próximos diez meses. Salcedo organizó una serie de incursiones terrestres formada por una pequeña infantería de arcabuceros mientras Goiti los apoyaba por mar con su armada. Desembarcaban en la costa y se adentraban en el interior para quemar los sembradíos y reorganizando a los nativos en poblados españoles a los que sometía a la soberanía española.

Los enfrentamientos terminaron con el acuerdo de paz entre el gobernador Legazpi y el rajá Matanba, así como de colaboración con las autoridades nativas de Luzón.

EXPEDICIÓN DE JUAN DE SALCEDO

Entre los años 1571 y 1572, Juan de Salcedo demostró sus dotes militares en la toma de Cainta y Taytay. Llevaba a su servicio 80 soldados y alguna artillería. Unos doscientos pueblos del interior fueron ocupados casi todos después de fructuosas negociaciones.

Tres meses antes de la muerte de su abuelo Miguel López de Legazpi, comenzó la conquista de Bocos y Cagayán, las regiones más septentrionales de Luzón. En la parte de Pangasinán, sorprendió a un junco chino cargado de esclavos nativos a los que concedió la libertad. Estos actos, norma permanente de Legazpi, dieron buenos frutos. El joven Salcedo supo sortear emboscadas de toda índole y luchar con valentía.

Para consolidar la ocupación de aquella extensa región estableció una base de apoyo, al norte, en Vigan, demarcación de Bocos. Previamente había convencido a los indígenas de la necesidad de su protección. Construyó un sólido fuerte donde dejó una guarnición bien armada con 27 soldados al mando del alférez Hurtado. Exploró las costas del norte de Luzón con sólo 17 soldados. El 21 de agosto de 1572, regresaba a Manila después de haber naufragado y haberlo salvado los nativos. Fue cuando conoció la muerte de su abuelo.

A comienzo de 1574, Manila sufrió el ataque de 3.000 piratas chinos y guerreros liderados por corsario Lim ah Hong, que sitió el Fuerte de Santiago. En la defensa moría su maestre de campo Martín de Goiti, el alférez Pedro de Gamboa y gran parte de los colonos españoles. Salcedo, tras explorar la zona de Ilocos Sur, se trasladó a Manila donde descubrió que había caído en manos del invasor. Las fuerzas de Salcedo, junto a refuerzos traídos de Vigan y Cebú atacaron y redujeron a los piratas de Manila. Pero Lim ah Hong y sus supervivientes se retiraron a Pangasinan donde se fortificó en una isleta.

En 1575, el ejército de Salcedo marchó al norte a Pangasinan en la búsqueda de los piratas y los sitió durante tres meses. Vengó la pérdida de Goiti y resto de españoles dando muerte a Lim ah Hong y sus guerreros en el río de Pangasinan, quemándolos vivos, con sus barcos.

Durante los años posteriores exploró las regiones del norte de Filipinas, especialmente la isla de Luzón, fundando varias ciudades. Murió de fiebre en su casa de Vigan, en Ilocos Sur, el 11 de marzo de 1576.