27/01/2020

José de Grimaldo y Gutiérrez Solorzano


Consejero real del Despacho de Guerra y Hacienda entre 1705 y 1714, y secretario del Despacho de Estado entre 1714 y 1726 durante el reinado de Felipe V

JOSÉ DE GRIMALDO Y GUTIÉRREZ SOLORZANO

José de Grimaldo y Gutiérrez Solorzano tuvo un origen vizcaíno, había nacido en Madrid, en 1660. Tanto su padre como su abuelo eran vizcaínos, habían sido oficiales en la Secretaría del Consejo de Indias. Este órgano administrativo de la Corte de Carlos II de Habsburgo, empezó a trabajar también el mismo José de Grimaldo, con apenas catorce años, con el cargo de entretenido.

En 1683, Grimaldo ya era oficial en propiedad y fue admitido como caballero en la Orden de Santiago, ascendiendo paralelamente en grados administrativos y en honores.

A inicios del siglo XVIII, durante la nueva dinastía Borbónica, fue nombrado para desempeñar la Secretaría del Despacho de Guerra y Hacienda, que desempeñó entre los años 1705 y en 1714. Un año antes, había sido nombrado miembro del Consejo de Indias.

A partir de este año 1714, ejerció al frente de la Secretaría del Despacho de Estado, tras la reforma de las administraciones centrales emprendidas por el ministro Juan Orry. En realidad se trataba de una estructuración de la anterior Secretaría del Despacho de Guerra y Hacienda, tras el final de la Guerra de Sucesión y definitiva victoria borbónica. Entres sus colaboradores estuvo Juan Bautista de Azpuru.

Durante su mandato, tuvo que lidiar con el primer ministro Julio Alberoni, quien en la práctica tomaba decisiones competentes a su secretaría, hasta que fue depuesto a finales de 1709. Grimaldo recuperaba su influencia y poder no solo en su Secretaría del Despacho, sino en todo el gabinete de Felipe V, que compartía con el de Guerra y Marina de Miguel Fernández Durán y de Justicia y Hacienda de José Rodrigo.

Desde 1720, fue ascendido al cargo de secretario del Despacho Universal en las jornadas reales, accediendo a todas las decisiones y negocios del rey. Su influencia de poder fue aumentando cada vez mas, pues actuaba ya como un primer ministro o valido en la Corte.

Se mantuvo al frente de la gobernación hasta que en 1722, tuvo seguir al rey Felipe V en su retiro en el Real Sitio La Granja de San Ildefonso. Actuaba como un consejero particular de Felipe V que como un secretario de estado, ejecutando las decisiones del rey o la reina Isabel de Farnesio, más imponiendo su propio criterio.

A inicios del 1704, Felipe V abdicaba en favor de su hijo Luis I, y con ello Grimaldo fue apartado de todos sus cargos, para retirarse en el Palacio de San Ildefonso. De todas formas, mantuvo su influencia la Secretaría del Despacho pasó al frente del guipuzcoano Juan Bautista de Orendáin y Azpilcueta, antiguo paje suyo junto al que había desarrollado su carrera administrativa desde la Secretaría del Consejo de Indias.

A los pocos meses, tras el fallecimiento del rey Luis I, por viruela, Grimaldo volvió a ocupar el mismo cargo de secretario de Despacho de Estado. Orendain fue cesado, pero conservó cierta preeminencia en la administración porque, a cambio, recibió la Secretaría del Despacho de Hacienda y la futura Secretaría de Estado, sustituyendo mientras tanto a Grimaldo durante sus ausencias o enfermedades. En esta nueva etapa, tuvo que enfrentarse a enemigos internos, como el mariscal Tassé, embajador francés; Orendáin, su amigo y benefactor; o Johann Wilhelm, barón de Riperdá, un diplomático que naturalizado español fue ascendiendo en la jerarquía administrativa hasta firmar el Tratado de Viena, en abril de 1725.

Esta acción supuso la caía de Grimald al frente del Despacho de Estado, en diciembre de 1725, sustituido por el secretario Juan Guillermo Ripperdá, durante unos meses. Mientras que Orendain obtuvo el título de marqués de la Paz.

No obstante, las cláusulas de aquel tratado suponían un desembolso gravoso para la hacienda española, que generó la destitución de Ripperdá, en mayo de 1726, y la vuelta al cargo de Grimaldo. Mientras se encargaba de anunciar las malas noticias referentes a las negociaciones de Viena, Orendain conspiraba para arrebatarle el poder, acusándolo de ponerse a favor de Inglaterra.

Gracias a la intervención de la reina Isabel, Grimaldo fue destituido de cualquier cargo en la administración central, en septiembre de 1726. La Secretaría del Despacho de Estado pasó a Juan Bautista de Orendáin.

Durante su retiro, pudo conservar el sueldo y título de Excelencia, hasta que José de Grimaldo falleció en Madrid, en 1733, por problemas de salud.

Durante su carrera de burócrata de la Corte de los Borbones, había conseguido el título de marqués de Grimaldo, caballero de la Orden del Toisón de Oro, caballero y comendador de la Orden de Santiago. Se había casado con Francia Hermosa y Espejo, con quien tuvo dos hijos: Bernardo María, II marqués de Grimaldo, y Pedro de Alcántara, caballero de Malta.

Según el testimonio de sus compañeros, Grimaldo era un hombre inteligente y trabajador y fue capaz de dar un aire nuevo a la administración de los asuntos que le eran confiados. Poseía un carácter flexible, gran capacidad de trabajo y mucha sinceridad, que llamó la atención de Felipe V, a quien "halagaba mucho cierta aparente deferencia con que el marqués escuchaba su opinión y la adhesión sin límites que profesaba éste á la persona augusta del rey".

Tenía fama de rectitud y de profesar un singular amor al rey, que demostró en más de una ocasión. Bien fuera por su personalidad o por la importancia de los asuntos que pasaban por sus manos, su trato con Felipe V fue directo y frecuente, gozando durante toda su vida de su estima, lo que explica que permaneciera en su puesto en la etapa de Alberoni y ejerciera una especie de gobierno en la sombra durante el reinado de Luis I. También gozó del reconocimiento de sus contemporáneos que, le apreciaran o no, reconocían su influencia, destacándose como uno de sus principales rasgos el que, "por sus méritos ha subido desde empleado hasta secretario de Estado en asuntos exteriores, como único y verdadero ministro".

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