DOMINGOM DE ZAVALA, POR ARTURO CAJAL VALERO |
Domingo de Zavala. La guerra y la Hacienda (1535-1614)
Arturo Cajal Valero, Ediciones Luis de Zavala y Fernández de Heredia, 2006
En este libro, Arturo Cajal se adentra en el corazón de la Edad Moderna, presentando los pasajes más relevantes de la vida de un guipuzcoano, Domingo de Zavala, que tomó el apellido de su casa solar familiar, en Villafranca de Ordizia, aunque su verdadero nombre era Domingo Martínez de Arramendia y Mendiola. Se trata de la exposición pormenorizada de la trayectoria de este guipuzcoano, tanto desde el punto de vista personal y familiar como profesional.
El autor, por lo tanto, no presenta una biografía de Domingo de Zavala en sentido estricto, sino que estudia algunos hitos fundamentales en su vida, que ejerció de manera simultánea diversos oficios reales en los campos de la gestión militar y fiscal, y distintos cargos privados en la administración de la casa de los Requesens-Zúñiga. Además, en todo momento se presenta la trayectoria personal de Domingo de Zavala en el marco del complejo contexto histórico de los reinados de Felipe II y Felipe III. Tras un prólogo de Miguel Artola y una breve introducción del propio autor, el trabajo se articula en torno a tres grandes partes, que siguen un criterio temático y no cronológico, aunque luego, internamente, en cada una de las partes sí se sigue una secuenciación temporal.
En la primera parte se profundiza sobre el combate de Lepanto y sobre la participación en ella de Domingo de Zavala como responsable de la galera Granada. Se aborda la organización logística de la batalla contra la flota otomana, describiendo de manera detallada y extensa los preparativos de la Armada así como la contienda marítima en sí misma y los resultados obtenidos. Además, fue la única ocasión conocida que Zavala desempeñó actividades militares en primera línea, de manera muy satisfactoria para sus superiores, aunque en la batalla recibió graves lesiones físicas.
De manera clarificadora, Arturo Cajal explica los duraderos vínculos existentes entre Domingo de Zavala y Luis de Requesens, comendador mayor de la Orden de Santiago en Castilla, al menos desde 1568 como su secretario particular y luego como participante, junto a su señor, en la batalla naval.
Domingo de Zavala continuó al servicio de Luis de Requesens en años sucesivos, en los que éste fue designado gobernador de los Países Bajos, como queda desarrollado a lo largo de la segunda parte. Se pormenorizan las actividades de Zavala como secretario de Estado y Guerra del Gobierno y Capitanía General de los Países Bajos, se describen las tareas administrativas cotidianas y se presenta un buen y extenso resumen de las causas y de la evolución del conflicto en los Países Bajos durante el gobierno de Luis de Requesens, así como de los problemas derivados del impago a los ejércitos reales. De manera particular, el autor se centra en su traslado a la Corte en 1575 para obtener con inmediatez dinero de Felipe II para pagar a las tropas en Flandes, para que se enviara una Armada que permitiera a Luis de Requesens su retiro a Barcelona y para gestionar algunas cuestiones privadas de la Casa Requesens. En este caso, es de gran interés la exposición de la trama clientelar existente en la Corte en 1575 y de los mecanismos utilizados por los agentes y emisarios para resolver sus negocios y alcanzar sus objetivos.
La tercera parte se centra en los datos biográficos de Domingo de Zavala, utilizando como fuentes de información diversos documentos provenientes de distintos archivos públicos y privados. Los orígenes de su linaje en Villafranca de Ordizia, los cambios en su patronímico, la entrada al servicio de la Casa de Luis de Requesens..., son cuestiones desarrolladas extensamente. También se detalla el mantenimiento de Zavala como servidor de la familia Requesens-Zúñiga, tras el fallecimiento de Luis en 1576, su nombramiento ese mismo año en un nuevo cargo temporal de la administración real militar, en el ámbito de la contabilidad y de la gestión económica, como fue el de veedor y contador en el Principado de Cataluña, gracias a la intercesión de Juan de Zúñiga y Requesens, hermano de Luis, su nuevo patrón y protector.
Siguiendo un esquema cronológico, el autor detalla las actividades de Zavala en el marco de la Casa Requesens-Zúñiga y de su pariente el marqués de los Vélez, ya que desde 1582 se ocupó de la administración económica de las rentas de la casa y de cuestiones jurisdiccionales propias de un marco señorial, como eran los estados de los Vélez. El retorno de Domingo de Zavala a la administración real se produjo en 1594 al ser nombrado contador mayor de Hacienda, aunque en 1586 había rechazado el cargo de secretario de Guerra, al que le habían propuesto personas de influencia en el entorno de Felipe II, como Juan de Zúñiga y otro originario guipuzcoano, Juan de Idiáquez. La promoción social del protagonista del libro culminó con su designación, en 1600, como miembro del Consejo de Hacienda. De todos modos, no acabaron aquí sus tareas al servicio del monarca, ya que Domingo de Zavala tuvo desde 1605 el relevante encargo del "desempeño" de la Hacienda real en Sevilla, ejerciendo además, hasta un año antes de fallecer en su Ordizia natal en 1614, el cargo de administrador general del Almojarifazgo Mayor y de Indias.
Esta tercera parte, la más extensa, incluye también otras cuestiones de carácter más personal, como son la fundación del mayorazgo y la explicación detallada del pleito que se planteó a su muerte entre sus familiares a causa de la herencia de dicho mayorazgo. La exposición de las difíciles relaciones con su hijo, Martín, no sólo causadas por la novelesca huida de su hijo para casarse con Isabel Ángela de Avendaño y Beaumont, sin el consentimiento paterno, permite conocer un poco mejor a este relevante personaje y su difícil carácter.
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