29/05/2018

Linaje Vicuña


El linaje vasco de los Vicuña procede de la casa y lugar de Vicuña, de la villa de San Millán y partido judicial de Vitoria, en Álava. Durante la Edad Media, estuvo enlazado por parentesco y alianzas con los reyes de Navarra.

ESCUDO DE ARMAS DE VICUÑA EN SALVATIERRA 

Algunos miembros de este linaje tomaron parte en la batalla de las Navas de Tolosa de 1212, encabezados por Sancho Sánchez de Vicuña, de la casa de Herdoñana, con el grado militar de capitán de Infantería. El rey navarro Sancho VII el Fuerte le concedió un escudo de armas como premio a su fidelidad, que se convirtió en el distintivo de los señores de la casa de Vicuña: en campo de azur, una cadena puesta en banda, engolada en dos lunas crecientes de plata en medio de dos estrellas de oro, una en el cantón superior siniestro y la otra en el inferior diestro.

Entre finales del siglo XVII y comienzos del XVIII, integrantes de este linaje tomaron posiciones relevantes en las administraciones del Imperio de la Monarquía hispánica, tanto con Carlos II de Habsburgo como con Felipe V de Borbón.

Martín de Vicuña y Araníbar, natural de Aranaz, Navarra, fue coronel de Regimiento del Ejército de Felipe IV. Posteriormente, fue nombrado gobernador de las Cinco villas de la Montaña, en Navarra.  

Tomás de Vicuña y Berroeta, nacido en Aranaz en 1689, pasó a las Indias en 1715. Dos años más tarde fue nombrado capitán de caballería. De 1721 a 1723, fue regidor y alcalde del cabildo de Santiago, en la Capitanía general de Chile.

Juan de Lardizabal y Vicuña fue fiscal, oidor y regente de la Audiencia de Barcelona y consejero de Hacienda, en cuyo desempeño murió en 1776.


ESCUDO DE ARMAS DE VICUÑA

Abundaron los vascos y navarros que recibieron el hábito de la Orden de Santiago, por mérito a su fidelidad a la Monarquía española.

Miguel de Vicuña Zozaya y de Arrayoz, natural de Zozaya, Navarra, en 1629.

José Fernández de Vicuña y Garibay, natural de Salvatierra, Álava, en 1678.

Juan Antonio Sáenz de Vicuña y Sesma, natural de Los Arcos, Navarra, teniente coronel, primer teniente y segundo ayudante mayor de Guardias Españolas, en 1723.

También fueron integrados en la Orden de Santiago el guipuzcoano Diego Ascensio de Martínez de Vicuña en 1705, y el navarro Lorenzo de Vicuña y de Irisarri en 1512:

Diego Ascensio de Martínez de Vicuña y Cortaberria era natural de Legazpia, Guipúzcoa. Fue almirante general del mar Océano, obteniendo el título nobiliario de comendador del Campo de Criptana, en 1705. Fue recordado por realizar una hazaña naval durante el transcurso de la Guerra de Sucesión española, siendo partidario del Ejército borbónico. El 23 de marzo de 1704, partió de Pasajes con tres navíos, y al llegar a Cádiz fueron atacados por una escuadra holandesa de siete navíos de línea y uno menor de aviso, viéndose precisados a rendirse los buques guipuzcoano. Vicuña fue invitado con insistencia por los holandeses para que reconociera por rey de España al archiduque Carlos III, a lo cual se negó resueltamente. El 17 de marzo de 1705 Felipe V le concedió el título de almirante, regalándole además la suma de mil doblones de ayuda de costa. En 1712, ingresaba en la Orden de Santiago, investidura efectuada en el convento de Nuestra Señora del Carmen en Madrid.

Lorenzo de Vicuña y de Irisarri era natural de Aranaz, Navarra, donde nació en 1675. Procedía de una familia hidalga, cuyos padres fueron Juan de Vicuña y Aranibar, alcalde de la villa de Aranaz y Catalina de Irisarri y Sagardia. Sus primeros pasos al servicio de la Monarquía hispánica fue como capitán de mar y guerra. En 1695, pasó al Virreinato del Perú, donde vivió durante casi dos décadas. Allí se casó con Rosa Godoy del Campo. En 1712, fue nombrado caballero de la Orden de Santiago. Posteriormente regresó a España tras su designación como presidente, gobernador y capitán general de la provincia de Quito, en el mismo virreinato. Fue un cargo que no llegó a ejercer porque murió durante el trámite administrativo, alrededor de 1715, a la edad de posiblemente 40 años.


ESCUDO DE ARMAS DE VICUÑA

24/05/2018

El marino que cazaba lagartos... y que luchó junto a Blas de Lezo




El marino que cazaba lagartos... y que luchó junto a Blas de Lezo
Santiago Iglesias de Paúl, Editorial JM (2010), 182 páginas

Si todo fue Trafalgar, la Armada Invencible, y demás acciones poco afortunadas para España… ¿Cómo fue posible que se mantuviese todo ese vasto imperio español durante la friolera de 400 años?

La Armada española supo estar a la altura durante esos 4 siglos y, con luces y sombras, supo muy bien aguantar en la mar. No sólo aguantó, sino que en múltiples ocasiones ganó la partida y así, por ejemplo, cabe decir que Blas de Lezo existió, si Cartagena de Indias no habla inglés, el marino de Pasajes tuvo mucho de culpa. Rodrigo de Torres, Pedro Messia de la Cerda y tantos otros no le quedan a la zaga.

Así transcurre la trama de la novela en toda la primera mitad del siglo XVIII, entre la guerra de sucesión y el intento de toma de la ciudad caribeña, entre combates navales e historias de amor de sus personajes, entre vinos y guitarras, en Piedralaves, La Adrada, Madrid, Cartagena de Indias y unos cuantos mares se desarrolla esta novela. Unas páginas que están salpicadas de humor y en la que no se pide al lector que aprenda lo que es una "virada por avante", o siquiera una "cureña", sino simplemente que pase unos momentos entretenidos con su lectura. Eso sí, si te encuentras a lo largo de éstas páginas al mismo Blas de Lezo cazando jabalíes por el valle del Tiétar, es el resultado de una licencia literaria que hace el autor.

18/05/2018

Reinado de García I Sánchez: intervención de Toda


Al morir Sancho I Garcés en 925, el trono del Reino de Pamplona pasó a García I Sánchez, hijo de este y de la reina Toda Aznar, nieta del rey Fortún Garcés.

García I había nacido en 919, y su minoría real hizo que su tío Jimeno Garcés (hermano de Sancho I Garcés) tomase la regencia transitoria del reino, provocando un periodo de inestabilidad. Mediante la intervención de su madre la reina Toda y la mediación de Abderramán III, la situación quedó controlada.

Toda había estado desarrollando una activa labor política a la sombra de su esposo, sustituyendo las habilidades guerras de un hombre por la astucia y la diplomacia de su personalidad. En el Emirato de Córdoba, Toda contaba con un activo muy importante ya que era tía materna de Abd al-Rahman III. Su madre Oneca, estuvo acompañando a su padre el rey Fortún Garcés durante su prisión cordobesa y allí se casó con Abd Allah I, con quien tuvo a Muhammad, el padre de Abd al-Rahman III. Tras la liberación de Fortún, Oneca casó con Aznar Sánchez, señor de Larraun, de cuya unión nació Toda.

GARCÍA I SÁNCHEZ

La intervención de la reina madre en los asuntos de gobierno influyó para que el Reino de Pamplona mantuviera las ya tradicionales alianzas políticas y militares con los reinos hispánicos cristianos. Sancha ya estaba casa con el rey leonés Ordoño II. Cuando este murió en el 925, casó a su hija Oneca con el nuevo rey leonés Alfonso IV, hijo del anterior, y éste recibió todo el apoyo de sus parientes navarros en la guerra civil que le enfrentó con su primo Alfonso Froilaz. Por último, a la muerte de Alfonso IV, seis años después, volvió a casar otra hija, Urraca, con el hermano, Ramiro II, y que le sucedió en el trono.

Toda consideraba a sus hijas como un gran activo que podía servir de utilidad sirviendo a los intereses del reino mediante enlaces matrimoniales con los reyes y condes de las otras entidades hispánicas cristianas. Así pues, organizó el matrimonio de Sancha, viuda de Ordoño II, con el conde de Álava Álvaro Herrameliz. Nuevamente viuda en el año 931, volvió a contraer matrimonio con el conde castellano Fernán González. Una situación parecida sufrió otra hija, Velasquita, quien desposó con Vela Jiménez, conde de Álava. Tras su muerte, volvió a casar con Galindo, hermano del conde Bernardo de Ribagorza y, más tarde, con Fortún Galíndez, tenente de Nájera.

Tuvo que hacer frente a un complot contra el trono de su hijo, tras la muerte del regente Jimeno. El hijo de este, García Jiménez, desde su castillo de Atarés se alió con Bernardo, conde de Ribagorza, el cual ambicionaba apoderarse de Aragón.

La reina Toda actuó con inteligencia utilizando sus habituales armas: política matrimonial y diplomacia. Casó al rey Sancho I Garcés, siendo adolescente todavía, con Andregoto, veinte años mayor e hija del conde de Aragón Galindo II Aznárez. El rey pamplonés conseguía los derechos al trono aragonés. Por ello, Bernardo consideró más interesante aceptar la propuesta pamplonesa consistente en la cesión de Sobrarbe a cambio de su renuncia a cualquier pretensión sobre Aragón.

REINOS CRISTIANOS HISPÁNICOS, INICIOS DEL SIGLO X

En 936, García I alcanzó la mayoría de edad y, decidido a asumir el poder con todas las consecuencias, ofreció su apoyo a los tuyibíes de Zaragoza contra el emir de Córdoba. La consecuencia es que Abd al-Rahman III se dirigió contra los rebeldes zaragozanos y, tras lograr su sumisión, entró en Navarra tomando varias plazas y saqueando el territorio sin graves problemas. El joven rey se dio cuenta de que si quería enfrentarse con su familia musulmana debía contar con aliados más fuertes.

En 939, Abd al-Rahman III organizó una expedición militar para dar un golpe definitivo a los reinos cristianos y demostrar su hegemonía en la península. Al mando de su enorme ejército se presentó en Simancas, donde le esperaba el rey leonés Ramiro II con todos sus condes. El choque fue tremendo, con retirada de los musulmanes.

Aprovechando esta victoria moral en la batalla de Simancas, dos semanas más tarde los leoneses se reforzaron con pamploneses para dar un golpe definitivo y castigar al Ejército cordobés en el desfiladero de Alhandega, en Simancas. Allí el propio Abd al Rahman III casi perdió la vida en el campo de batalla.

La popularidad de esta victoria llegó a varios países de Europa. En el monasterio de Saint Gall, en Suiza, un crónica de 956 registraba esta efeméride considerando a la reina Toda como a una heroína:
 "Un eclipse de sol se produjo alrededor de la hora tercia del día 19 de julio, en el año cuarto del rey Otón, viernes, luna 29. El mismo día, en la región de Galicia, un ejército innumerable de sarracenos fue casi aniquilado, menos su rey y 49 guerreros suyos, por cierta reina llamada Toda."

RAMIRO II DE LEÓN, ALIADO DE GARCÍA I DE PAMPLONA

Tras romper su matrimonio con Andregoto, debido al alto grado de consanguineidad y la disparidad de edades, García I necesitaba reforzarse ante una posible venganza del emir de Córdoba. El pamplonés quiso establecer una alianza política y militar con el Reino de León, por eso en el año 940 se casó con Teresa, miembro de la familia de Ramiro II. Sus parientes políticos le proporcionaría más tarde una ayuda decisiva para conquistar varias fortalezas en la zona aragonesa.

Durante la década de los 40, apenas se produjeron enfrentamientos militares. Tan solo se registraron pequeños escarceos bélicos en Artacoz (Artarain), cerca de Pamplona, en el 948.

Entre León y Pamplona, el Condado de Castilla estaba surgiendo con fuerza al mando de Fernán González, que tenía en mente la plena independencia de sus acciones. Para ello contaba con la ayuda pamplonesa, pues Fernán y García estaban también vinculados familiarmente y tenían objetivos coincidentes. Pero el conde castellano fue apresado en el año 944.

La reina Toda, utilizando sus habilidades negociadoras, tomó parte en los asuntos del reino leonés, y consiguió de Ramiro II que el nuevo conde de Castilla fuese su nieto Sancho Fernández. Así, Toda podía intervenir en las decisiones establecidas desde Burgos. Lo malo es que Fernán González pronto fue liberado.

RELACIÓN DINÁSTICA ENTRE SANCHO I Y TODA

En 951, la muerte de Ramiro II significó un acercamiento entre Pamplona y Castilla, con la intención de impedir la sucesión al trono leonés de Ordoño III. Toda quería poner a su nieto Sancho, hijo de Ramiro II, como nuevo rey de León; mientras que Fernán González, cuya hija estaba casada con Ordoño III, quería consolidar su práctica independencia. Finalmente, Ordoño III fue coronado pero su reinado duró apenas 5 años ya que falleció en el 956.

Se consumaron los intereses de Toda, porque su nieto Sancho I el Craso accedió al poder, aunque no lo ejerció de acuerdo a los usos u costumbres de la época. El reinado de Sancho I de León fue un fracaso. Se trataba de un rey que no podía ejercer su condición de guerrero a causa su obesidad. Además sus malas dotes como estratega quedaron de manifiesto cuando, nada más coronarse, una campaña militar de los musulmanes por tierras leonesas resultó victoriosa. A pesar del apoyo político de su primo y aspirante al trono pamplonés, Sancho II Garcés, no consiguió que un complot de los nobles le apartase del cargo real, exiliándose en Pamplona en el 958.

Otro nieto de Toda, Ordoño IV el Malo, hijo de Alfonso IV, fue el sustituto, mientras que Fernán González se casó con su hija Urraca. El pacto castellano-pamplonés quedaba disuelto.

Toda jugó su última carta: Abd al-Rahman III. El cordobés se había proclamado califa, estaba en la cumbre de su poder, y poseía suficiente dinero y ejército para decidir la balanza a favor de un reino cristiano y otro. En 954, en el palacio de Medina Azahara, los reyes cristianos García Sánchez I de Pamplona y Sancho I de León, junto a Toda, mostraron vasallaje al califa.

ALIANZA MILITAR ENTRE REINOS CRISTIANOS

En 959, un potente ejército musulmán se presentaba en el río Duero devolviendo a Sancho I el Craso al trono leonés. Ordoño IV huyó a Asturias. Por otra parte, el conde castellano Fernán González no tuvo más remedio que forzar una alianza de conveniencias con el rey navarro. Así, Sancho Garcés, heredero del trono pamplonés, se casó con Urraca, hija del conde castellano, que ya había estado casada con Ordoño III y Ordoño IV.

El acuerdo entre castellanos y pamploneses se consolidó en 964, mediante el enlace matrimonial entre Fernán González, viudo desde 959, con Urraca, hija de García I Sánchez. Un año antes moría la reina Toda.

En los años siguiente, Pamplona estrechaba sus relaciones con León y apoyaba a sus parientes, Sancho I y luego Ramiro III, contra los rebeldes magnates gallegos. La ayuda implicó en ocasiones el desplazamiento de tropas hasta León. Los diplomas emanados de la cancillería leonesa muestran en varias ocasiones la presencia como confirmantes de Ramiro de Viguera y otros potentados navarros.

FORMACIÓN DE COMBATE EN EL BEATO DE ESCALADA

Tras la muerte de Abd al-Rahman III, en 961, su hijo Al-Hakam II llevaba las riendas del Emirato cordobés. Su política exterior se basó en el fomento de las diferencias entre los reinos cristianos y en la intervención de acciones militares puntuales pero contundentes.

Una de esas acciones fue la emprendió en 963 contra San Esteban de Lerín, en La Rioja, mientras el valí zaragozano Yahya ibn Muhammad atacó el flanco oriental.

En 968, el general Ghalib consiguió un triunfo resonante al ocupar Calahorra y hacer retroceder al frontera hacia el norte. La situación era tan peligrosa para Pamplona, que tuvo que enviar una embajada a Córdoba solicitando una tregua.

Dos años más tarde, en 970, moría García I Sánchez, sucediéndole en el trono sus hijos Sancho II Garcés Abarca y Ramiro Garcés Abarca.

14/05/2018

Ayuntamiento de Zumaia


AYUNTAMIENTO DE ZUMAIA

El actual Ayuntamiento de Zumaia partió de una iniciativa de 1729. Su Junta municipal decidió comprar una casa particular de la Plaza de los Fueros, para solucionar las carencias que había para realizar las sesiones plenarias de la corporación municipal. El zumaiano Martín Sagarzurieta fue el encargado de llevar adelante este proyecto.

Debido a la falta de fondos, el ayuntamiento no se inauguró hasta 1736. En 1867, se realizaron reformas para celebrar las Juntas generales de la provincia: se constituyeron los soportales, un local de pesas y medidas, la cárcel y las dependencias de la policía municipal. En la parte de arriba, se construyeron cinco dependencias más.

En 2007, se inauguró el actual edificio, más ancho y más grande, ocupando el espacio de la casa contigua y el lavadero de la parte de atrás.

ESCUDO MUNICIPAL DE ZUMAIA

10/05/2018

Vinculación voluntaria de Guipúzcoa a Castilla por Bernabé de Egaña


Bernabé Antonio de Egaña y Jáuregui fue secretario de Juntas y Diputaciones de la Provincia de Guipúzcoa. Es el autor de una interesante obra, cuyo original manuscrito se conserva en el Archivo Provincial, con el título de: Instituciones y colecciones histórico-legales pertenecientes al gobierno municipal, fueros, privilegios y exempciones de la M.N. y M.L. Provincia de Guipúzcoa.

Fue uno de los principales representantes forales que consolidaron el discurso jurídico político de la Foralidad de su provincia en la Edad Moderna, concrétamente en el siglo XVIII. Hijo del también secretario provincial Ignacio Domingo de Egaña, había colaborado con su padre en la elaboración de un instrumento de gran utilidad para el Gobierno guipuzcoano, por orden los comisionados de la Junta de 1779. Se trataba de una recopilación en orden alfabético de leyes, fueros, cédulas, despachos y disposiciones forales de todo tipo, que en 1870 intituló El guipuzcoano instruido. A partir de estas fuentes, Egaña compuso un compendio de propia interpretación de la "constitución" foral guipuzcoana.

INSTITUCIONES PÚBLICAS DE GUIPÚZCOA, POR BERNABÉ DE EGAÑA

Para Egaña, la provincia de Guipúzcoa estaba vinculada con el Reino de Castilla de forma horizontal y limitada, tratándose de una unión "aequae et principaliter" y una vinculación voluntaria. Es más, la relación de los antiguos vascones con el Imperio romano fue planteada como idea de entendimiento y confederación. Según Egaña, Roma señoreó el mundo no tanto con el estrépito de las armas como por "el suave atractivo de sus leyes".

Una cita de este autor, correspondiente a la edición publicada por la Diputación Foral de Guipúzcoa, edición preparada por Luis Miguel Diez de Salazar y María Rosa Ayerbe (p. 45), con el título Instituciones públicas de Guipúzcoa, siglo XVIII, publicada en San Sebastián en 1991, demuestra el anclaje de Egaña en el pensamiento tradicional y la innegable asunción de la anexión voluntaria de la Provincia a Castilla:
"Hallándose el Rey Don Alfonso 8º en el asedio de Vitoria el año de 1200 se resintió la Provincia de algunos desafueros que experimentó de los Reyes de Navarra (en cuya unión estuvo los setenta y siete años anteriores) y concibió la grande idea de volver al amparo de la Corona de Castilla, enviando diputados a significar y pedir a S.M. que se sirviese venir personalmente a celebrar el Contrato. El Rey se dirigió personalmente a Gipuzkoa dejando en el cerco a Don Diego López de Haro. Tratadas las cosas quedó cerrada la contrata y encomendada Gipuzkoa a la protección de Castilla, para cuyo efecto le entregaron la tierra, especialmente las villas de San Sebastián y Fuenterrabía, la fortaleza y castillo de Beloaga en Oyarzun, y en la frontera de Navarra dieron el castillo de Ataun con otras fortalezas que hoy no existen. En la frontera de Alava dieron el castillo de Ahorroz. En la de Vizcaya el castillo de Arrasate y, en jurisdicción de Vergara, el de Elosúa. Quedó gozoso el Rey de este suceso sin haber mediado derecho de conquista, sucesión ni otro alguno, excepto la franca y expontánea voluntad de Gipuzkoa, y creció su satisfacción con haber levantado luego el cerco de Vitoria el ejército de Navarra, a vista de la voluntaria agregación de la Provincia al Rey Don Alfonso. Queriendo mostrar éste su gratitud por tan particular servicio mandó reedificar las villas de Guetaria y Motrico con muy buenas murallas y torres para predominar el océano Cantá-brico. Se extendió un solemne instrumento en fecha de 28 de octubre del citado año confirmando todos los fueros de Gipuzkoa y se hizo en él una demarcación puntual de los términos y confines de ella con Vizcaya, Navarra, Alava y Francia, que le firmaron martín, Arzo-bispo de Toledo, y otros veinte obispos y ministros de la primera jerarquía. Los sujetos que a nombre de la Provincia prestaron juramento de fidelidad y dependencia al Rey fueron Pedro de Eguía, el diputado Domingo de Luzu-riaga y otros diez de que se hace específica mención."

EL GUIPUZCOANO INSTRUIDO, POR DOMINGO IGNACIO DE EGAÑA

Homenajes a Juan Martínez de Recalde


Juan Martínez de Recalde y Larrinaga había sido general de la Real Armada, cuyos actos bélicos más importantes fueron el combate de las islas Azores en 1583 y la expedición para la invasión de Inglaterra en 1588, durante la cual dirigió la Escuadra de Vizcaya.

Aunque nació en Bilbao hacia 1538, su linaje era natural de las Encartaciones y del solar de Recalde de Sodupe, barrio de Güeñes, en donde se conserva su blasón. Su abuelo, del mismo nombre, fue Alcalde de Bilbao en 1535 y sus hijos, también del mismo nombre, aparecen en las listas de fieles de la Universidad de Mercaderes, diputados provinciales de Vizcaya o cónsules de la Casa de Contratación de Bilbao.

Un retrato suyo se guarda en la galería de vizcaínos ilustres de la Casa de Juntas de Guernica, pintado por Álvaro Alcalá Galiano, conde del Real Aprecio, en 1923.

RETRATO DE JUAN MARTÍNEZ DE RECALDE POR ALCALÁ GALIANO


En la parte superior de la fachada del edificio del Ayuntamiento de Bilbao, bajo el reloj, localizado a la derecha de los tres bustos según se mira de frente, se halla la escultura dedicada a este almirante.


AYUNTAMIENTO DE BILBAO


En homenaje a esta saga de marinos de renombre, que ocuparon cargos de importancia en la administración municipal y provincial y sirvieron con lealtad a los reyes Carlos V y Felipe II, la villa de Bilbao puso nombre a la Alameda de Recalde. Se trata de un bulevar ubicado en el centro de la ciudad, que comienza en el puente de La Salve y finaliza en la plaza de toros de Vista Alegre.

La propuesta en honrar la memoria del almirante Juan Martínez de Recalde fue realizada por Camilo de Villavaso, en el momento de rotular las calles del Ensanche de Abando. Según Villavaso:
"el bilbaíno más ilustre del siglo XVI y el más esclarecido y grande de todos los tiempos."
Diversos edificios reseñables rodean la Alameda de Recalde: la Casa Montero, el Hotel Carlton, la Agencia estatal de Administración tributaria, la Cámara de Comercio, Industria y Navegación de Bilbao, la Sede de Osakidetza en Bilbao, la Alhóndiga y las plazas de Moyúa y Arriquibar.

PLAZA DE MOYÚA EN PERSPECTIVA CON ALAMEDA DE RECALDE

04/05/2018

Juan de Gaviria y López de Mallea


Consejero real del rey Felipe IV y corregidor de varias ciudades

Juan Gaviria López Mallea Consejero Felipe IV corregidor ciudades
ESCUDO DE ARMAS DE GAVIRIA

Juan de Gaviria y López de Mallea era natural de Vergara, villa guipuzcoana a la que pertenecía su linaje familiar. Pero nació en Valladolid en 1535, debido a que se encontraba su familia en el trámite de un juicio en la Real Chancillería. Su padre, asentado en la Corte, servía al Ejército del emperador Carlos V como capitán, reclutando hombres para las interminables guerras contra la rival Francia.

Fue corregidor de las ciudades de Coruña, Valladolid, Ubeda, Baeza y Granada. Consiguió ganarse el hábito de Caballero de la Orden de Calatrava, en 1580, y comendador de las casas de Talavera de la Reina de la misma orden. También fue alcalde ordinario de su villa natal, Vergara.

De igual oficio que desempeñó su padre, en una ocasión Juan de Gaviria se dedicó a reclutar gentes de armas por petición de su rey Felipe II para sus reales ejércitos. Consiguió formar un cuerpo militar de 200 hombres, con el objetivo de defender la frontera con Francia por espacio de tres meses. Fue una cuestión de lealtad hacia la Monarquía y la disposición de medio que el rey más poderoso del planeta acudiera en su ayuda, como lo demuestra la real orden que recibió en forma de carta:
"D. Juan de Gaviria. Porque aprestándose en Francia la Armada que habéis entendido y la novedad que ha habido en Flandes, conviene en todas partes estar prevenidos y apercibidos para lo que se podrá ofrecer; confiando de Vos que lo haréis con la buena voluntad y amor que lo habéis hecho hasta aquí y aunque siempre lo acostumbraron hacer vuestros padres, os encargamos, que luego, hagáis prevenir y apercibir de la gente de vuestra casa, deudos y allegados de ella, hasta 200 hombres, dando orden que estén armados y a punto para que ofreciéndose necesidad, y siendo menester, podáis acudir con ellos a la parte que fuere necesario con la brevedad que conviniere y se os escribiere que en ello demás de hacerlo que debéis y sois obligado nos tenemos por servido, y así en lo que nos aviséis de cómo se hiciera y para cuando estará presta la Armada y en orden la dicha gente. 
De Madrid a 22 de junio de 1572 años. 
Yo, el Rey. Por mandado de S. M. Juan Delgado."

Juan de Gaviria murió en 1611, año en el que hizo testamento y cuya copia se expone en el Museo de San Telmo de San Sebastián, lugar donde existe desde 1960 el archivo de la casa de Olaso. La parte principal del texto y alguna de sus cláusulas expresan:
"Yo don Juan de Gaviria, Caballero de Calatrava, Comendador de las casas de Talavera, cuya es la casa solar de Gaviria que está junto a la villa...; ordena a su hijo y heredero don Juan que a la mayor brevedad posible sean trasladados los restos de su mujer doña Ana de Olaso, que se halla sepultada en la casa profesa de la Compañía de Jesús en Valladolid, en la Capilla del Santo Crucifijo, y el cuerpo de mi amada hija doña Magdalena de Gaviria que está depositado en el Convento de las Carmelitas descalzas, que está fuera de la ciudad cabe el altar mayor hacia la parte de la Epístola, donde comenzaron a hacer un altar e los traiga a la Iglesia de San Pedro de Vergara para ser enterradas en la sepultura de la casa de Gaviria; y lo mismo haga con el cuerpo y huesos de doña Catalina de Gaviria."

juan gaviria lópez mallea escudo armas
ESCUDO DE ARMAS DE GAVIRIA

Juan de Gaviria fue el VIII señor de su linaje, un pariente mayor de la tradicional nobleza guipuzcoana con casa-torre y solar propio. De este linaje salieron heroicos caballeros que se emplearon en las milicias al servicio de los reyes de Navarra, primero, y de Castilla, después, concediéndoles éstos muy grandes privilegios.

Algunas hazañas memorables están representadas en su escudo de armas, por ejemplo la cadena capturada al palenque de Miramamolín en el año 1212, durante el transcurso de la batalla de las Navas de Tolosa. También aparece un gavilán que con las uñas de un pie tiene cogido un gallo por la cresta y un ramo de palma en la boca por un acontecimiento en el sitio de Bayona en los años 1130 y 1131.

Perteneciente a este linaje fue Juan de Gaviria y Mallea Ruiz de Galarza y Pérez de Larrinaga, que fue caballero de la Orden de Santiago y capitán de Infantería española de los Tercios desplegados en Milán, durante la Guerra de los Treinta Años, en el reinado de Felipe IV.

torre gaviria vergara mallea
CASA-TORRE DE GAVIRIA EN VERGARA

Esta casa nobiliaria poseía su propia Torre de Gaviria, como escribió el cronista contemporáneo Esteban de Garibay en su Compendio Historial de España. Al parecer, por orden del rey Enrique IV y a petición de la Hermandad de Guipúzcoa, fue ordenada desmontar como medida para luchar contra los Parientes Mayores más díscolos de las Guerras de Banderizos:
"En la villa de Bergara se hizo lo mesmo de la torre de Gaviria, casa de la parte oñacina, aunque en esta sazón unida y confederada con la de Olaso, cuyo señor es hoy día don Juan de Gaviria, Caballero discreto, que como aficionado a las profesiones de buenas disciplinas, especialmente de los investigadores de la antigüedad de estos reinos, no poco deseo tiene de la publicación de estas Crónicas."
La actual Torre de Gaviria se levantó a finales del siglo XV sobre los restos de la antigua y desmochada torre medieval y remodelada en el XVI y XVII. Posee un gran escudo de armas. Se encuentra ubicada en la margen izquierda del río Deba a su paso por Vergara, en el barrio de San Antonio, junto a los pabellones de la fábrica Algodonera San Antonio, S.A.

LEGAJO DEL INGRESO DE JUAN DE GAVIRIA
EN LA ORDEN DE CALATRAVA