28/12/2020

Literatura hebrea y arábiga medieval del Reino de Navarra


Durante los siglos XI y XII, la cultura hispano-judía alcanzó un gran desarrollo en torno al reino de taifa de los Banu Hud en Zaragoza. Tudela fue una prolongación de la taifa zaragozana hasta 1119, cuando fue incorporada a la Cristiandad por Alfonso I el Batallador, rey de Aragón y Pamplona.

Tudela se convirtió en un modelo de convivencia entre las tres culturas: Cristianismo, Islamismo y Judaismo. Las iglesias, mezquitas y sinagogas se mantuvieron junto a sus fieles en un ambiente de respeto y tolerancia. Hubo alguna excepción, como el incendio a la judería en 1328.

Las mejores muestras literarias escritas en el Reino de Pamplona de aquel tiempo fueron hebraicas. La ciudad de Tudela, y en concreto su judería, la más importante de Navarra, fue el lugar de origen de tres judíos navarros ilustres y universales: Yehudá Ben Samuel Ha-Leví, Abraham Ibn Ezra y Benjamín de Tudela.

Estos tres judíos nacieron en Tudela en una franja temporal de unos cincuenta años entre los siglos XI y XII, durante la considerada Edad de Oro de la comunidad judía. Representan la poesía, la ciencia y los libros de viajes, siendo su conjunto una singular aportación a la cultura de ese momento.

FILÓSOFOS DE LA JUDERÍA DE TUDELA

Yehudá Ha-Leví (Tudela, 1075 - Alejandría, 1141), poeta, médico, filósofo y teólogo judío, considerado el mejor poeta sefardí, fue llamado por Menéndez Pelayo "príncipe de los poetas hebreico-hispanos".

Hombre de profundos conocimientos, especialmente en los campos de la medicina (área que llegó a desempeñar profesionalmente), filosofía griega y literatura de los rabinos, realizó importantes estudios sobre la Biblia hebrea.

Escribió Sefe ha-kusari donde intenta demostrar la verdad del judaísmo frente al cristianismo y mahometanos.

Su obra fundamental es Kitab alhuyya wa-l-dalil fi nusr al-din al-dalil (Libro de la prueba y del fundamento sobre la defensa de la religión menospreciada), escrita entre los años 1130 y 1140, traducida al hebreo por Yehuda' ibn-Tibbon, en 1167, como Sepher ha-Kuzar y comúnmente conocida bajo el título del Cuzary. Esta obra, a caballo entre la tradición y el idealismo, parte de cinco discursos que Cuzar, rey de los cuzareos, mantiene con un sabio hebreo, uno cristiano y un doctor musulmán, acerca de su conversión al Judaísmo.

YEHUDA HA-LEVI

Sus más de 800 poemas, algunos de los cuales todavía se cantan en las sinagogas, se clasifican en diversas categorías: poesías báquicas, amorosas, florales, festivas, enigmáticas, amistosas, latréuticas (de glorificación al Creador), marítimas, epitalámicas, etc. Son destacables las Siónidas (poesía sagrada) y el Qesudá (Himno de la Creación). Por esta riquísima poesía, tanto litúrgica y como secular (casi 400 poemas en cada género), escrita en hebreo, le coloca como el más interesante de los que practicaban este arte en la Edad Media. Cantaba al amor, a la amistad y a la naturaleza con gran sensualidad:

Poesía amorosa, centrada en la descripción de la belleza de la amada:
"La cierva lava sus vestidos en las aguas
de mis lágrimas y los tiende al sol de su esplendor.
No precisa agua de manantiales, pues tiene mis ojos,
ni sol, con la belleza de su figura."

Poesía báquico, que canta al vino:
"Las copas son pesadas,
son arcilla como las vajillas de barro,
mas al llenarlas de vino se hacen leves
lo mismo que los cuerpos con las almas."

Estos poemas fueron compuestos por Yehudá Ha-Levi en hebreo ytraducidos a lalengua romance peninsularque se hablara en la Tudela de su época, el navarro-aragonés, que más tarde se fusionó con el castellano medieval. Pero también es autor de varias cancioncillas o jarchas, que suponen la primera muestra de una manifestación literaria en lengua romance peninsular y el más antiguo testimonio de poesía lírica en una lengua románica. Las jarchas han perdurado en el tiempo en escritura hebrea y árabe. No son composiciones autónomas, sino estrofas que cierran a modo de estribillos los poemas llamados muwassahas o moaxajas.

Su jarcha sobre la reconquista de Guadalajara, en 1080, son los versos en romance más antiguos conservados.
"Si le pido la miel de sus labios, enrojece como el sol que despunta."

Jarchas de Yehudá Ha-Leví en su original hebreo y traducción castellana:
"Bayse meu qorazón de mib.
¡Ya Rabb, si se me tornarad!
¡Tan mal me dóled li-l-habib!

Enfermo yed: kuand sanarad?"

"Garid bos, ay yermanellas,
kom kontener he mew male.

Sin el-habib non bibreyo:
ad ob l`irey demandare?"

(Vase mi corazón de mí.
¡Ay, Señor, si se me volverá!
¡Tanto dolor por el amigo!
Enfermo está: ¿cuándo sanará?)

(Decid vos, ay, hermanitas,
cómo contendré mi mal.
No viviré sin mi amigo,
¿a dónde le iré a buscar?)

Partidario de una religión basada en la simbiosis de la fe con la razón, se mostró en contra del pensamiento de Ibn Gabirol, que daba demasiada importancia al mundo humano y material. Fue autor del importante poemario en lengua hebrea Diwan (Diván), escrito en Toledo, que incluye piezas religiosas y profanas, de variada temática, del que aún se conservan algunas elegías y panegíricos.

BENJAMÍN DE TUDELA

Benjamín de Tudela o Minyamin bar Yonah (Tudela, 1130 -1173), sabio musulmán famoso por hacer un largo viaje por el Mediterráneo, Tierra Santa y Asia Menor, y escribir en 1166 en hebreo Massaoth shel Raffi Binjamin, esto es, un itinerario o libro de viajes, que fue traducido al latín por Arias Montano (Amberes, 1575) con el título Itinerarium Benjamini Tudelensis. Es una obra geográfica y guía comercial, más que literaria, aunque se ha dicho que inaugura el género del libro de viajes y tiene algunas descripciones interesantes, con cierto valor literario. Fue el primer europeo en llegar a China. Hablaba el hebreo, el arameo, el castellano, árabe, griego, latín y euskara.


Abraham Ibn Ezra (Tudela, 1089 - Londres, 1184), es el segundo ilustre judío tudelano. Erudito, científico, filósofo, gramático, literato, analista de las Santa Escrituras (Talmud y Biblia). Es autor de obras poéticas, gramaticales, matemáticas, anatomía y astronomía, filosofía, etc. Fue conocido por su libro Séfer Sahot y otros libros sobre la Biblia.


Abul Abbas al-Tutilí (Tudela, finales siglo XI - 1126), llamado el ciego de Tudela o el poeta ciego, Tutili al Amá y que destacó entre los autores árabes navarros. Fue compositor de numerosas jarchas, poeta callejero, que escribió ciento cuarenta y nueve zéjeles, coplas y moaxajas.

23/12/2020

Casa-Torre de Alzola en Elgoibar


CASA TORRE DE ALZOLA

La casa torre de los Alzola está situada en el casco histórico de la guipuzcoana villa de ElgoibarEs un edificio de planta cuadrada y cubierta a cuatro aguas. Está construida, en su mayor parte, en mampostería aunque tiene los esquinales de sillería. La entrada es un arco de medio punto rodeado por amplias dovelas. Tiene también el magnífico escudo familiar colocado en uno de los cuatro vértices. Alberga actualmente las oficinas del Departamento de Cultura, el Departamento de Euskara y la Oficina de Información Juvenil.

ESCUDO DE ARMAS DE ALZOLA

Sus primeras noticias que se tienen datan del siglo XIV, a raíz de un litigio entre sus propietarios y el concejo de la villa, al haberse dejado la torre fuera del recinto amurallado construido debido a la carta puebla.

Con posterioridad, fechado en 1484, figura en el archivo municipal el traslado de una escritura otorgada entre los propietarios de la torre y el concejo de la villa. Ha sido utilizada para diferentes fines.

Con el incendio de 1560, la primera catástrofe que registra la historia de Elgoibar, los vecinos se reunieron en la sala principal de la casa torre para acordar la reedificación. En momentos de emergencia el edificio sirvió de sede para los concejos de la villa.

El mayorazgo de los Añzola tuvo su origen en el matrimonio entre el capitalista Ascensión de Alzola y Catalina de Ibarra, un 2 de mayo de 1564.

En 1822, en plena revuelta entre absolutistas y liberales, se fortificó la casa torre "para que sirviera de punto de apoyo y defensa de la parte derecha del pueblo".

CASA TORRE DE ALZOLA

20/12/2020

Juan Álvarez de Eulate y Ladrón de Cegama


Gobernador y capitán general de Nuevo México entre 1618 y 1625, gobernador de Margarita entre 1630 y 1638, castellano del Castillo de Pamplona y maestre de campo en 1640, y gobernador de las islas Canarias en 1655

ESCUDO DE ARMAS DE ÁLVAREZ DE EULATE EN SALVATIERRA

Juan Álvarez de Eulate y Ladrón de Cegama nació en 1583 en Eulate, Navarra. Era hijo segundón de un linaje nobiliario cuyos padres eran Juan Álvarez de Eulate y Juana Ladrón de cegama y Alciturry. Poseían el Palacio del cabo de Armería de los Álvarez de Eulate.

Inició su carrera de las armas enrolado en 1602, enrolado en los Reales Tercios de Infantería del archiduque Alberto de Austria, en la compañía de Rodrigo Flores, perteneciente al Tercio de Íñigo de Borja. Allí tomó parte de los conflictos desarrollados en la Guerra de los Treinta Años, como el sitio de Ostende o la reconquista del dique del cuartel de Breda. Tras ser herido en dos ocasiones, fue ascendido a alférez de una compañía, al servicio del general Ambrosio de Spínola. Con participó en varios enfrentamientos, destacando en dos expediciones a Frisia.

En 1608, Eulate regresó a España, siendo capitán de flota hasta 1617. Durante estos años, casó con María de Albizu y Diaz de Jáuregui y recibió de su hermano los derechos del Palacio de Eulate. El 13 de noviembre de 1616, recibió un acostamiento por valor de 25.000 maravedíes anuales por los servicios prestados a la Monarquía hispánica.

En 1617, fue nombrado capitán de artillería de la misma flota, y tuvo que embarcarse con destino al Virreinato de la Nueva España.

A finales del mismo año ya estaba en México. Fue nombrado gobernador y capitán general de Nuevo México, por el virrey Diego Fernández de Córdoba, cargo administrativo que desempeñó durante más de siete años.

En diciembre de 1618, llegó a Nuevo México junto a un grupo de soldados y eclesiásticos. En Santa Fe hizo levantar un edificio para funciones gubernamentales ante la inexistencia del mismo, financiado a su costa y disponiendo de indios en régimen de encomienda.

En cuanto a política exterior, consiguió pacificar a los indios jumanos, a los jemez, a los picuris y al pueblo Zuni. A los indios acoma los derrotó destruyendo la fortaleza que estaban utilizando como base durante décadas. Al final de su gobierno, el territorio estaba pacificado como nunca antes.

Emprendió dos expediciones para capturar búfalos americanos, cuya carne, pieles y sebo eran superiores al ganado español, y que no pudo vender en la España peninsular. Por el contrario, Eulate estuvo enfrentado con los misioneros de la Orden de San Francisco, cuyo líder era Esteban de Perea. Acusaban al navarro de explotar a los indios, entre otras estaba la concesión de licencias para el servicio doméstico de niños huérfanos.

En 1620, el virrey de Nueva España escuchó las quejas de los indios sobre los abusos de poder y dictó órdenes sobre cómo debían ser tratados los indios para Perea y Eulate.

En 1622, los misioneros franciscanos llegaron a plantearse abandonar Nuevo México, pues Juan de Eulate protegía la idolatría y la brujería de los indios a cambio de venderle pieles curtidas. Fray Pedro Zambrano Ortiz, culpó a Eulate de la situación en Galisteo, afirmando que era más un comerciante que un burócrata, y un mal ejemplo para los colonos.

En diciembre de 1625, Eulate fue relevado del cargo por el almirante Felipe de Sotelo Osorio. Tras dejar el cargo, algunos de los líderes indios testificaron que les había defendido y también apoyado frente a los frailes que demandaban trabajadores a su servicio. Incluso, los indios cumanas escribieron varias cartas al rey proponiendo a Eulate "como la persona más a propósito para su gobierno", fundándose "en el respeto y particular amor en que le tenían los caciques y principales por el apacible modo con que los trató".

JUAN ÁLVAREZ DE EULATE E ISLAS ANTILLAS

Cuando regresó a México, en otoño de 1626, fue arrestado acusado de usar la expedición de retorno para llevar sus mercancías e indios para vender como esclavos en Nueva España. Se le dejó libre cuando pagó el trasporte de su mercancía y dejó volver a los indios a su tierra.

En 1630, fue enviado como gobernador de la Provincia de Margarita, con sede en la isla Margarita, perteneciente a la actual República de Venezuela. Durante ocho años sirvió a su rey en este cargo, reforzando sus defensas con cinco nuevos fuertes, y guarneciendo otros once, y apoyando la defensa de las Tortuga y Tobago frente a los piratas holandeses.

El 12 de mayo de 1633, el hijo de Eulate, Julián de Eulate, salió de Margarita hacia la cercana Trinidad en tres grandes piraguas que transportaban tres destacamentos militares y cincuenta nativos de auxilio. Capturó a once colonos ingleses y veinte indios, que formaban parte de una expedición más grande dirigida por Henry Colt.

En diciembre de 1636, Eulate participó en una expedición de castigo al mando de Martín de Mendoza a las islas Trinidad y Tobago, que habían caído en poder de piratas de diferentes nacionalidades.

En el plano económico, Eulate fomentó el cultivo y comercio perlífero.

SITIO DE OSTENDE

Tras regresar a la España peninsular en 1638, fue requerido por el rey Felipe IV. En 1640, fue nombrado castellano del Castillo de Pamplona, además obtuvo el hábito de caballero de la Orden de Santiago y la graduación militar de maestre de campo.

Durante algún tiempo vivió en Pamplona, mientras se distinguía como señor y pariente mayor de los Palacios de Cabo de Armería de Eulate.

En abril de 1641, se le concedió la merced de otros 25.000 maravedíes de acostamiento anuales.

En febrero de 1642, se le concede la merced de llamamiento a las Cortes Generales del Reyno de Navarra, por el Brazo Militar de los Caballeros.

De Pamplona se le trasladó a las islas Canarias como gobernador y capitán general de las Canarias. Este cargo fue desempeñado hasta su muerte, en 1655. Fue enterrado en la iglesia parroquial de San Martín.

El historiador France V. Scholes describió a Eulate como un petulante, sin tacto, soldado irreverente cuyas acciones fueron inspiradas por el abierto desprecio hacia la Iglesia y sus ministros y por una concepción exagerada de su propia autoridad como representante de la Corona.

17/12/2020

Aguirre, la ira de Dios, por Werner Herzog



La expedición de Pedro de Ursúa y Lope de Aguirre fue llevada al cine en 1972, por el director alemán Werner Herzog y personificado por Klaus Kinski con el título en versión original alemana Aguirre, der Zorn Gottes, traducida al español como Aguirre, la ira de Dios.

Herzog tomó como referencia la novela La aventura equinoccial de Lope de Aguirre, escrita por Ramón J. Sender, con algunas variaciones.

Esta película describe el viaje que, en 1559, el colonizador guipuzcoano Lope de Aguirre realizó a través de los ríos Marañón (Amazonas) y Orinoco hasta la isla Margarita en Venezuela, junto a un contingente de sublevados que desertaron de la expedición del capitán Pedro de Ursúa en busca de "el Dorado".

14/12/2020

Integración de los vascos en la Monarquía española


Álava, Guipúzcoa y Vizcaya nunca habían tenido un ordenamiento jurídico-político común y la mayor parte de la historia de estos tres territorios, salvo breves paréntesis bajo soberanía de los reyes de Navarra, había trascurrido en la órbita de Castilla. Habían participado junto a los castellanos en la Reconquista, tanto por mar como por tierra, y los reyes de Castilla, primero, y de España, después, juraban los fueros como su señor de Vizcaya.

Por lo tanto, los vascongados gozaban de una posición privilegiada a la hora de integrase en la nueva construcción de poder de la Monarquía hispánica, cuyo castellano-centrismo se afirmó muy pronto.

El Señorío de Vizcaya y las Provincias de Álava y de Guipúzcoa gozaban de un estatus particular dentro de la corona, con fueros diferentes para cada territorio y un sistema aduanero común. Pero esta singularidad legal las tenían también Asturias, Galicia o Canarias.

MAPA DE LAS PROVINCIAS VASCONGADAS

Dos privilegios aportados por la Corona beneficiaron enormemente a los vascos en su auge económico:

1. solo los navíos construidos en el Cantábrico participarían en la Carrera de Indias

2. todo el hierro exportado a América debe ser vizcaíno

La demanda de buques, que el imperio comercial y militar español necesitaba, generó prosperidad económica en las tierras vascas y cántabras durante siglos. Mucho empleo y rentas monetarias surgieron en los astilleros y puertos como los de Pasajes, Bilbao, Lequeitio, Deba, Fuenterrabía, etc., miles de hombres se emplearon en los diferentes oficios como leñadores, carpinteros, calafates, toneleros, etc. Pero también se emplearon como marineros, capitanes, maestres, contramaestres y demás oficios relacionados con la mar, tanto para las rutas comerciales como para la Real Armada.

La demanda del hierro vizcaíno también aportó muchísimo empleo y prosperidad a los habitantes del Señorío. Aunque en América existían explotaciones de minerales preciosos, se ausentaban las del hierro. El metal extraído se exportaba para construir naves, levantar edificios, herrar las caballerías, fabricar armas y escuderías, etc. El hierro vasco, sus minas y herrerías transformaron en Nuevo Mundo.

A la labor de los astilleros en la dotación de navíos y galeones para las Armadas españolas, se añadió la actividad de las industrias de armas de Mondragón, Marquina, Placencia, Vergara, Éibar, Elgóibar, Ermua, Elorrio, etc., para la fabricación de martinetes, arcabuces y cañones destinados a los Reales Tercios de Infantería para la defensa de los territorios imperiales.

Deva, San Sebastián y Pasajes eran los puertos de embarque de las lanas, hierros, frutas, pieles y otras mercaderías que de Castilla y otros lugares se enviaban a los puertos marítimos de la Europa occidental.

MAPA DE LA ESPAÑA PENINSULAR

El resultado de la integración de los alaveses, guipuzcoanos y vizcaínos quedó englobado en una identidad y pertenencia castellana, española y austracista, tanto en términos socioeconómicos como sentimentales, por más que el privilegio y la excepcionalidad vascas se mantuviesen siempre como circunstancias imprescindibles para entender a una tierra en donde lo local y lo general se apoyaban mutuamente entre sí como una complementariedad casi perfecta.

Es en este clima de optimismo histórico y de éxito político y militar extendido a Europa, América y Filipinas en donde las Provincias Vascas participaban por vía de Castilla, como integrantes de la España nuclear del Imperio, en la forja de una España dominadora que, sin embargo, no olvidaba reservar para Álava, Vizcaya y Guipúzcoa un puesto preferencial.

Lo que realmente les hacía diferentes era la lengua y ciertos mitos desarrollados durante este siglo XVI sobre su origen tubalista. Los castellanos les consideraban vascongados, aunque con mayor uso habitual el de vizcaínos. Ellos se consideraban euskaldunes porque poseían el eusquera, también eran cántabros, descendientes del primer poblador peninsular, Túbal, y por lo tanto los primitivos españoles.

Estaban convencidos de ser los más antiguos pobladores de España, los españoles originarios y más puros, y pusieron todo su empeño en su reconocimiento como privilegio y honor para obtener provecho frente al resto de españoles.

10/12/2020

Batalla de Valdejunquera


El reinado de Sancho I Garcés en Pamplona tuvo lugar entre los años 905 y 925, siendo el primer rey de la dinastía Jimena. Su política exterior se basó en recuperar los territorios arrebatados por los Banu Qasi del valle del Ebro. Estos eran una poderosa dinastía de musulmanes que controlaban grandes territorios del valle medio del Ebro, descendientes lejanos del conde Casius, un aristócrata godo que se convirtió al Islam en el 714 para mantenerse en el poder.

El proyecto de Reconquista que emprendió Sancho I hacia el 910, la llevó a la práctica en el cuadrante suroccidental de la actual Navarra, entonces País de Deio, que comprendía las tierras entre el Arga y Álava. El resultado final fue la toma de la fortaleza de San Esteban sobre el monte Monjardín.

La batalla de Valdejunquera enfrentó a los tres monarcas más poderosos de la península ibérica de comienzos del siglo X, es decir, a Sancho I Garcés, rey de Pamplona, y Ordoño II, rey de León, contra Abderramán III, emir de Al-Ándalus. El escenario fueron los valles de Guesalaz y Yerri el 26 de julio del 920.

Valdejunquera debió de corresponder a algún modesto paraje de Guesalaz, situado con toda probabilidad entre los concejos de Muez, Irujo y Arguiñano.

pintura retrato ordoño leon sancho pamplona
ORDOÑO II Y SANCHO I

El emir Abderramán, de claros orígenes navarros, viendo que sus generales eran derrotados una y otra vez por los reyes cristianos del norte peninsular, decidió ponerse al frente de un poderoso ejército. Partió de Córdoba el 4 de junio del 920.

El joven rey pamplonés Sancho Garcés I mantuvo un férreo cerco a la ciudad mora de Tudela, que gobernaba un Banu Qasi. El emir pasó por Toledo y enfiló el camino de Atienza hasta alcanzar Medinaceli (Soria). Allí, en vez de internarse por el desfiladero del Jalón, ruta habitual del valle del Ebro, se dirigió a tierras del Duero, donde emprendió una dura represión, arrebatándole al rey de León las plazas que tres años antes se había anexionado. Desde San Esteban de Gormaz, en apurada marcha de cinco días, cruzó el Ebro y se presentó al fin en la sitiada Tudela, el 19 de julio, un mes y medio después.

El rey Sancho, incapaz de hacer frente a tamaña fuerza, retrocede a Calahorra y Arnedo, momento que debió de aprovechar para pedir ayuda a su amigo Ordoño, que según el historiador José María Lacarra, se hallaba por tierras de Nájera. Liberada la ciudad, el emir envía por delante a la caballería al mando del gobernador Banu Qasi, que por las inmediaciones de Sartaguda pasa el Ebro y toma al asalto la fortaleza de Cárcar. Pero no se detiene ahí, sino que se dirige hacia el corazón del País de Deio, arrasando todo lo que encuentra.

El objetivo primordial tan al norte no podía ser otro que recuperar el castillo de San Esteban sobre el Monjardín, que el rey Sancho había conquistado hacia el 910.

La empresa prometía ser ardua, por lo que la caballería debió de esperar al emir, que se hallaba en Calahorra. Desde Arnedo, también Sancho se puso en marcha hacia Deio, con el propósito de defender el enclave, pero viendo que el ejército del gobernador acampaba en Dachero o Dixarra, un paraje a orillas del Ega que mencionan las crónicas árabes, se lanzó al asalto por el glacis del Montejurra. Fracasó en la contienda y se vio obligado a huir hacia los montes de la sierra de Andía, únicos que podían acogerlo en aquellas circunstancias. Al cabo de la jornada llegó por fin Abderramán.

batalla valdejunquera ordoño sancho ebro
MAPA DEL VALLE DEL EBRO

Por otra parte, Ordoño había conseguido unir sus fuerzas a las de Sancho en el transcurso de las últimas horas. El leonés habría cabalgado por Álava hacia el valle de la Barranca, y por el de Zumbel, entre Urbasa y Andía, habría ido al encuentro de Sancho. El más que previsible asalto moro al castillo del Monjardín quedaría descartado ante lo más apremiante: perseguir a los cristianos, a los que encuentran finalmente en los valles de Guesalaz y Yerri, bien porque buscaron un lugar propicio para el combate o bien porque acabaron atrapados tras la férrea persecución.

El día de la lucha llegó el 26 de julio del 920. El emir logró vencerlos, causándoles gran mortandad. Los reyes huyeron, salvándose por los montes. Los musulmanes emplearon tres días en destruir pueblos y cosechas de los valles y, retornando al Ebro por la ruta de Atienza, se presentaron en unas semanas en Córdoba, portando cientos de cabezas cristianas que exhibían orgullosos.

La batalla de Valdejunquera de 920 es celebrada en Anzuola (Guipúzcoa) el 15 de agosto de cada año, conocida como Fiesta del Moro, o Alarde de Antzuiola. Indudablemente, participaron los guipuzcoanos en la batalla ya que en aquellos momentos eran parte del Reino de Pamplona.

La realidad histórica es que Abd al Rahman III venció a los pamploneses bajo el mando del rey Sancho I Garcés y a los leoneses coaligados. Una tradición popular pretende que los mozos de Anzuola acudieron en socorro de los vascones llegando a ponerse en contacto con el enemigo musulmán al día siguiente de la batalla, que fue una derrota cristiana. Los de Anzuola, según la leyenda, se habrían apoderado de una bandera mahometana con otras presas.

07/12/2020

Historia de corsarios vascos, por José Antonio Azpiazu


HISTORIA DE CORSARIOS VASCOS

Historia de Corsarios vascos. Entre el Comercio y la Piratería
José Antonio Azpiazu Elorza, Editorial Donostia TTartalo (2004), 194 páginas

El mundo corsario de Euskal Herria vivió su apogeo durante los siglos XVI y XVII, hasta el punto de que para muchas villas costeras la piratería llegó a ser una forma de vida, al tiempo que los marineros vascos navegaban bajo diferentes banderas. Además, los avatares del corso quedaban reflejados en el conjunto de la sociedad vasca, aunque de formas diferentes según la intensidad y periodicidad con que afectaban a las distintas poblaciones.

Tal vez por ello, sorprende el hecho de que miles de valerosos marineros embarcados en centenares de veleros operando en todos los mares del globo durante varios siglos hayan podido caer en el más completo olvido.

Historias de Corsarios vascos es el fruto de una ardua tarea de investigación y selección llevada a cabo por José Antonio Azpiazu. Mediante anécdotas, datos y noticias, el historiador oñatiarra nos desvela un mundo apasionante, fascinante y, por qué negarlo, incluso novelesco. Pero este mundo de carácter fronterizo, debido a que se mueve en tierra de nadie, caracterizado por cierta tendencia a evadir las normas, en manera alguna es irreal o inventado. Ha estado muy presente entre nosotros.

ÍNDICE
1. La imagen de los corsarios
2. Lo que se ha escrito sobre el corso vasco
3. Corsarios vascos en la Edad Media
4. El escenario vasco
5. La incertidumbre que gobierna el mar
6. El Bidasoa, un escenario apropiado
7. Trampas, amagos y artimañas del corso
8. Todos contra todos: La ley del más fuerte
9. Novelesco episodio de enfrentamiento entre franceses
10. Rozando las fronteras de la piratería
11. Las sutiles fronteras entre política, corso y negocios
12. Miserias del corso y desastres del mar
13. La participación de la mujer
14. Corsarios y guerra con Francia (1550-1560)
15. Terranova y el corso vasco
16. El corso en torno a 1588
17. El conflicto entre Gipuzkoa y Bizkaia: Corso versus comercio
18. Un período conflictivo en torno a la invasión de Hondarribia (1638)
19. Los protagonistas del corso en el siglo XVII: Arssu, Zuzuarregui, Beróiz
20. Hondarribia, una comunidad abocada al corso

03/12/2020

Miguel de Muxica


Almirante y colonizador en la conquista de la isla de Gran Canaria a finales del siglo XV

miguel muxica islas canarias
MIGUEL DE MUXICA

Miguel de Muxica
fue un marino vizcaíno que acompañó a principios del año 1480 al general Pedro de Vera en la expedición marítima para la conquista de la Gran Canaria. Fue en calidad de preceptor de los quintos reales, con tropas y navíos propios.

Hecho prisionero el rey de Galdar, Tenesor Semidan, Muxica tomó la quinta parte de los despojos para el real erario y se le entregaron también el mismo guanarteme (rey) y cuatro guaires (consejeros) entre ellos el famoso Maninidra, para que, conduciéndolos a España, los presentase a los Reyes Católicos, que hizo en Calatayud. Con los 300 ballesteros reclutados y transportados por él a la islas de Gran Canaria, emprendió el ataque de Ajodar siguiendo el encargo de Pedro de Vera. Durante esta expedición murió el 26 de octubre de 1480.