30/09/2020

Marcos de Isaba


Marino en el combate de Lepanto, destacó por publicar un libro referente al Ejército llamado Cuerpo enfermo de la milicia española

Marcos Isaba
MARCOS DE ISABA

Marcos de Isaba era natural de Isaba, Navarra. Nació poco después de que lo hiciera Felipe II (1527) y murió unos años antes que su rey (1598). Tuvo una intensa vida entregada a la milicia con una experiencia de 40 años tomando parte muy activa en las luchas que Felipe II mantuvo en las diversas posesiones europeas, en uno de los periodos más intensos de la Historia de España.

En Nápoles escribió, junto con su cuñado Miguel Guerrero de Cáseda, un libro sobre la milicia, muy atrevido para su tiempo, donde quiso plasmar sus experiencias. El Cuerpo enfermo de la milicia española fue publicado en Madrid, en 1594. Reunía los abusos que según él existían en el ejército de la Monarquía hispánica. Hay una gran variabilidad de contenidos en la obra.

Sobre las disposiciones concernientes a los tiempos de ascenso Marcos de Isaba escribió:
"Hagamos y criemos de nuevo un soldado, el tiempo que ha de tener cuando comenzare, cuánto ha de ser obediente en tal nombre, cuánto ha de ser cabo de escuadra, sargento, alférez y qué edad ha de entrar para ser capitán y puesto en esto corra los grados y términos que es justo en la milicia tengan su fuerza y lugar y sea de esta manera."

El soldado debía tener una edad no menor de 20 años. Durante sus primeros cinco años en la milicia aprendió todo lo concerniente a usar de las armas, cumplir con las guardias, respetar a sus oficiales y obedecer las órdenes. Eran cinco años en los que el militar debía estar en permanente instrucción. Tras su periodo de formación, si ha cumplido con sus obligaciones podía ser promovido al primer empleo de la oficialidad: cabo de escuadra (un oficial en la milicia, inferior a capitán y a alférez).

Para infundir autoridad y para interiorizar sus obligaciones como cabo de escuadra con 25 años de edad, Isaba consideraba que era necesario preocuparse por la instrucción de su escuadra en el manejo de las armas, que obedezcan las órdenes sin murmuraciones, y hacerse respetar sin llegar a las manos. En dicho empleo puede estar un año y con 26 años ocupar plaza de sargento.


De sargento, debía cumplir 2 años y con 28 años optar a alférez. Con 3 años de alférez podía optar a capitán. De manera que con 32 años aproximadamente hasta los 50 años pueden ejercer como tal pues era edad robusta y sana para ejecución y obediencia en lo que se le encomendare.

Cuerpo enfermo milicia española Marcos Isaba
CUERPO ENFERMO DE LA MILICIA ESPAÑOLA, POR MARCOS DE ISABA

Con ocasión de fallecimiento del capitán, se produce una reacción en cadena desembocando en una cascada de ascensos. Así, el alférez, si lo merece se pondrá al frente de la compañía; el sargento la plaza de alférez; el cabo de escuadra más antiguo conseguirá la plaza de sargento; y el soldado que sea buen cristiano, diestro y disciplinado, ocupará la vacante de cabo. Isaba incidía en la importancia en el empleo de cabo de escuadra; entendiendo que el cabo de escuadra al saber cómo viven los soldados estará bien informado de todas las vicisitudes de la compañía.

Si se considerase por parte del capitán que el cabo de escuadra más antiguo de la compañía no tiene las capacidades para ser sargento, será el capitán el que se lo diga en una habitación aparte informándole de que en esa ocasión no se le puede ascender en grado, asegurándole que si hay enmienda en su comportamiento en una próxima ocasión se le ascenderá. Posteriormente se reunirá al resto de oficiales y la compañía y con "su parecer elegirá al que crea conveniente, a la misma vez, se hará lo propio con el soldado que deba de ocupar la escuadra del cabo que ahora asciende a sargento. Además se les hará entender que si cumplen su deber inherente al empleo que desempeñan serán en los demás cargos ocupados y antepuestos, hasta llegar a ser capitanes..."

COMBATE DE LEPANTO

Destacado en el combate de Lepanto, donde mandó una compañía de 178 hombres, perteneciente al tercio de Miguel de Moncada.

Góngora y Torreblanca escribieron:

"En esta batalla, uno de los más valientes capitanes, que más se señalaron, fue don Marcos de Isaba, tan celebrado en la Austriada del Regidor de Córdoba, pues teniendo el Ochaliren las galeras de Malta, y degollada gran parte de los comendadores, les embistió y peleó tan valerosamente con este famoso capitán, que en breve rato se la volvió a ganar y rescatar y en particular la capitana de ellas con el general Jofre Justiniano, que sólo con otro comendador habían dejado con vida, con muerte de muchos genízaros, que son los nervios del poderoso brazo del turco, e hizo en aquel tan sangriento día otros hechos heroicos y notables, y después de muy grandes servicios, fue a Castellano de Capúa en el reino de Nápoles."

Julio Altadill escribió:

"Don Marcos de Isaba, que figura en las bibliografías militares como autor digno de atención, se revela en su libro, no sólo de gran pensador, sino también como un carácter entero y amante de la verdad a toda costa."

25/09/2020

Primeros testimonios literarios del Reino de Navarra


El monasterio benedictino de San Salvador de Leire fue un importante núcleo de extensión del romance navarro.

Un importante documento escrito en el romance navarro son las Glosas del monasterio de San Millán de la Cogolla, del siglo X, perteneciente a un monasterio situado en territorio riojano, pero bajo dominio del Reino de Pamplona en aquel momento. Las glosas son breves apuntes en lengua romance que los copistas colocaban interlineadas o en los márgenes de documentos latinos para aclarar determinadas palabras cuyo significado latino empezaba ya a serles dificultoso entender.

Gonzalo de Berceo, (Berceo, 1197 – 1264), fue un poeta riojano, el primero conocido en escribir en lengua castellana, que además incluía palabras en euskera.

Antiguamente, aparte del castellano se conocía el eusquera en La Rioja, y por eso Gonzalo de Berceo, uno de los primeros escritores en lengua castellana, utilizaba palabras vascas como bildur "miedo" ("Don Bildur"), gabe "sin" o "privado de"; o çatico que viene del eusquera zatiko "pedacito", entre otras más.

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MONASTERIO SAN MILLÁN DE LA COGOLLA

Los primeros literatos son abades del monasterio navarro de San Martín de Albelda en el siglo X. Salvio, es autor de la Regla a las vírgenes sagradas, y de varios himnos religiosos.

Vigila, colector de Concilios, historiador y poeta, es autor del Códice Vigilano o Códice Albendense.

El Poema de la reina Leodegundia (Versi domna Leodegundia regina) se conserva en el misceláneo Códice de Roda, que aparece haber sido escrito hacia finales del siglo X. Se trata de una canción epitalámica (87 versos latinos distribuidos en trípticos) compuesta para las bodas de esta princesa asturiana con un infante o rey navarro. Con las letras iniciales de los versos se lee esto acróstico: "Leodegundia pulc(h)ra Ordonii filia" (Leodegundia, bella hija de Ordoño).

Cotarelo ha ofrecido una versión castellana del mismo:
"Brote copioso raudal de duces loas, tan dulces como los arpegios de la flauta, y batamos palmas celebrando jubilosos a la excelsa hija de Ordoño, Leodegundia.
Flor preciadisima de famosa estirpe regia, ornato de la alcurnia paterna, gloria sublime de la materna. 
Con himnos de suave melodía, alabemos sus virtudes esplendentes, su clara elocuencia, su hondo saber en letras humanas y sagrada doctrina..."  
Este poema demuestra que en este temprano momento ya existía una actividad cultural literaria y musical, en el Reino de Pamplona.

En el Códice de Roda se conservan otros textos interesantes como las genealogías de los reyes navarros y un elogio de Pamplona, en latín también.

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CÓDICE DE RODA

16/09/2020

El naufragio de la flota de Antonio de Oquendo por brujas y tempestades


El 1 de enero de 1607, cuatro de los nueve galeones de la denominada Escuadra de Vizcaya naufragaron frente a las dunas de Bidart, en la costa francesa del golfo de Vizcaya. La flota, al mando del general guipuzcoano Antonio de Oquendo, se dirigía de Lisboa a Pasajes para invernar. Fue sorprendida en el mar Cantábrico por un gran temporal del oeste. Cinco de las naves entraron de arribada forzosa en diferentes puertos, en Santander, Pasajes y La Coruña, pero las cuatro restantes, tras romper el timón, se vieron arrojadas a la costa vasco-francesa. Entre los escasos supervivientes estaba el propio Oquendo.

El número de víctimas según el historiador Cesáreo Fernández Duro llegó a las 800, aunque Doyhamboure y Dupré-Moretti, manejando nueva documentación, lo cifran en 232.

Lope Martínez de Isasti dio cuenta de este naufragio en su Compendio Historial:
"El año de 1607 una noche obscura y tormentosa se perdió la armada del general D. Antonio de Oquendo en la barra de Bidarte en Francia con más de 800 hombres; y según pareció por relación de Logroño, causaron esta tormenta y pérdida las maléficas de la comarca."
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NAUFRAGIO EN LA COSTA

El doctor Isasti, presbítero de Lezo, caracterizado por Julio Caro Baroja como "varón erudito y bueno pero cándido y poco agudo", como muchos otros en la época creía en el poder atribuido a las brujas, llegando a escribir, en 1618, una memoria sobre "las maléficas de Cantabria" recopilando historias que había oído o leído.

Algunas aludían al poder de las brujas para producir tempestades. Entre ellas figuraba la pérdida de la flota de Oquendo como consecuencia de la tempestad desencadenada por María de Zozaya, mujer de Rentería acusada de brujería, y sus compañeras.

Isasti incluyó en ese Compendio Historial dos ejemplos:
"Había veinte años que le sucedió a un sacerdote de Guipúzcoa que por amenaza que le hizo una barquera de mala fama porque no quiso embarcarse en su barco levantó una tempestad dentro de una hora, tan terrible que no se ha visto tal en muchos años, porque causó naufragios no solamente en la mar grande pero dentro de un brazo de mar que hundió cuantos barcos halló y peligró mucha gente. Y últimamente en la llegada del Rey nuestro señor en el puerto del Pasaje ahora dos años y medio, sobrevino de repente tal tormenta de aguas y viento que se ha dicho públicamente se juntaron cuantas brujas había en la comarca (...)"
oquendo almirante armada vizcaya estandarte museo naval
ESTANDARTE DE OQUENDO

12/09/2020

Íñigo Vélez de Guevara y Tassis


Consejero real y presidente del Consejo Real, diplomático y conde de Oñate y de Villamediana en el reinado de Felipe IV

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ÍÑIGO VÉLEZ DE GUEVARA

Íñigo Vélez de Guevara y Tassis
 era natural de Salinas de Buradón, Álava, donde nació en 1566.

Fue primer gentilhombre de la Corte del rey Felipe III y estuvo a su servicio en las Guerras de Flandes, donde fue hecho prisionero. Sirvió al rey en numerosas misiones diplomáticas, en la Corte de Emmanuel de Saboya, en Hungría.

Finalmente, en la Corte del emperador Matías en Viena, ayudó a asegurar la sucesión de la corona austríaca en la figura del archiduque Fernando, que sería posteriormente el emperador Fernando II.

Bajo el dominio del emperador Fernando II permaneció también en la Corte en Viena como embajador de la Corona española. Tomó partido abiertamente contra Wallenstein, a cuya caída contribuyó decididamente.

Durante los años de 1638 y 1644, fue presidente del Consejo de Órdenes.

En la Corte española, Vélez de Guevara gozaba de una altísima consideración que hizo que se pensara en él como posible sucesor del duque de Lerma. Finalmente, fue elegido el conde-duque de Olivares como valido de Felipe IV. Pero tras la deposición de Gaspar de Guzmán, se nombró en su lugar a Luis de Haro.

Íñigo Vélez de Guevara murió en 1644, en Madrid, cuando ocupaba la posición de consejero real y presidente del Consejo Real.

retratos ecuestres guevara vélez conde duque olivares
RETRATOS ECUESTRES DE ÍÑIGO VÉLEZ DE GUEVARA
Y DEL CONDE-DUQUE DE OLIVARES

Versos dedicado a Vélez de Guevara:
Era el gran Don Juan de Tassis,
caballero cortesano,
conde de Villamediana
de Madrid y España encanto
por su esclarecido ingenio,
por su generoso trato,
por su gallarda presencia,
por su discreción y fausto

Poesía compuesta por Vélez de Guevara:
Llego a Madrid y no conozco el Prado
y no lo desconozco por olvido,
sino porque me consta que es pisado
por muchos que debiera ser pacido.


escudo armas íñigo vélez guevara tassis
ÍÑIGO VÉLEZ DE GUEVARA Y TASSIS
Y ESCUDO DE ARMAS DE VÉLEZ DE GUEVARA

09/09/2020

Jura por Isabel la Católica de los Fueros de Vitoria y su Hermandad de Álava, por Hombrados Oñativia


Jura por Isabel la Católica de los Fueros de Vitoria y su Hermandad de Álava es un óleo sobre lienzo del pintor guipuzcoano Gregorio Hombrados Oñativia, realizado en 1974. Tiene unas dimensiones de 316 x 202 centímetros y se expone en el Museo de Bellas Artes de Álava.

La obra refleja el momento en el que la reina castellana Isabel I la Católica juraba los Fueros de Vitoria y su Hermandad de Álava, el 22 de septiembre de 1483.

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JURA POR ISABEL DEL FUERO DE VITORIA

La escena se desarrolla delante del portal de Arriaga de la ciudad de Vitoria ante su muralla medieval, justo antes de entrar en el interior.

Aparecen algunos magnates como Pedro Martínez de Álava y Garraido, su alcalde ordinario; Juan Fernández de Paternina, procurador general; Juan Martínez de Aberastegui, bolsero de la Hacienda; y Juan Maturana y su hijo Pedro Sánchez de Maturana.

Como regidores y diputados de la provincia, testigos del acto, estaban Diego Martínez de Álava y Mendoza y su tío licenciado Diego Martínez de Álava y Gamazo, señor de Larrinzar, alcalde de casa y corte y del consejo de su alteza, representado de rodillas ante la cruz y sobre los Santos Evangelios, quien requiere el Juramento a la reina. Isabel respondió con un "Juro" tocando con su mano derecha la imagen del Santo Crucifijo y Santos Evangelios.

Los alcaldes regidores y otros vecinos besaron la mano de su alteza como su reina y señora natural.

En el juramento estuvieron presentes mucha caballería y gentes, también el cardenal de España, Pedro González de Mendoza, el duque de Villahermosa, el conde de Salinas, el comendador Mayor de Santiago y otros muchos.

Así, la reina Isabel de Trastamara pasó a la historia de la ciudad de Vitoria.


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JURA POR ISABEL DEL FUERO DE VITORIA

06/09/2020

Sancho III el Mayor ¿rey de un Estado vascón?


Desde principios del siglo XXI, se está haciendo un uso mal interpretado de la figura de Sancho III Garcés como gran "señor de los vascos".

El "señor de los vascos" procede de la traducción castellana de un fragmento árabe de la crónica Ibn-Bassâm, del siglo XII, en la que se refiere a Sancho III como sahib al-bashkunsh. Fragmento que publicó el arabista holandés Dozy en sus Recherches sur I "histoire politique et littéraire de l" Espagne pendant le Moyern Age (1860, 1881).

Dozy tradujo la expresión árabe "bashkunsh" por el francés "basques" y los traductores españoles de Dozy tradujeron a su vez "basques" por "vascos". Lo hizo concretamente el doctor Antonio Machado y Álvarez, que publicó en castellano las Recherches de Dozy en varias ediciones desde 1850.

Esta traducción es incorrecta, debido a que desde la aparición en castellano del siglo XIII hasta el siglo XIX, la palabra vasco significaba basque, o sea vasco de Ultrapuertos, vascofrancés diríamos hoy. La palabra vasco se empezó a utilizar para denominar a navarros, guipuzcoanos, alaveses y vizcaínos hasta el siglo XIX. Decir que Sancho III era "señor de los vascos", como expresión del siglo XI-XII, equivale a decir que era señor de los vascos de ultrapuertos.

Posteriormente, se publicó la crónica de Ibn Hayvan Al-Muqtabis fi ajbar balad al-Abdalus, en la que se refiere a Sancho III como amir al bashkunsk. En esta crónica comenta la llegada a la Corte de al-Hakam II de dos embajadores de Sancho, y al nombrar al rey, se lee un frase que se debe traducir, inequívocamente, así: "Sancho hijo de García emir de los vascones". Concretamente, la expresión literal árabe que emplea Ibn Hayyan es amir al-bashkuns.

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CORTE DE ABDERRAMÁN III Y SANCHO III EL MAYOR

Traducir amir como "señor" es un error, porque para este concepto pertenece el término sahib, como denominaban al Cid Campeador. Cid proviene del término árabe sahib que significaba señor, mientras que emir proviene del término amir que significaba rey o magnate.

Difícilmente puede entenderse que Sancho III fuese considerado un caballero o señor de los vascones, sahib al-bashkunsh, como lo fue Rodrigo Díaz de Vivar, el Cid Campeador, cuando en realidad fue rey o magnate, por lo tanto deberían considerarle como un emir, amir al bashkunsk.

Pero tampoco es tan descabellado traducir las crónicas en las cuales se refieren a Sancho III como "señor de los vascos de Ultrapuertos" con el termino de sahib, pues en el siglo XI, el significado de "señor" es el de persona con derecho de señorío, delegado por alguien superior, un rey o magnate. Y ese rey o magnate superior a Sancho III, que delegó la autoridad de señorío sobre los vascones del  vizcondado de Labort fue Sancho Guillermo, conde de Gascuña, que tampoco fue tal autoridad delegada, sino una gran influencia y poder de decisión, ganadas especialmente en el apoyo que Sancho III ofreció al conde en su lucha contra el Condado de Toulouse en 1021-1023. Y tras morir sin descendencia este, trató de extender su autoridad sobre la Gascuña, pero la herencia recayó en Eudes.

Aún hay más sobre la traducción de la expresión de Ibn Hayyan, amir al-bashkuns, como "emir" o "jefe de los vascones", pues en el siglo XI y en lengua árabe, se denominaba bashkuns no solo a los vascones, sino a todos los habitantes cristianos del noreste peninsular, incluidos los de la llamada Marca Media, como Soria, y excluidos los catalanes, denominados ifrany "francos" y se les asimilaba a los cristianos del sureste de Francia. Para los habitantes del noroeste de la península, de toda la costa cantábrica y de la parte reconquistada de la meseta, hasta Burgos, se les denominaba yilliqi "gallegos".

Los árabes tenían un conocimiento geográfico de los habitantes de la península realmente impreciso y lejano. Al-Idrisi, en el siglo XII, llama yilliqi, a los habitantes de todo el norte peninsular incluyendo a los de León y Bayona. El geógrafo Al Himyari sitúa en esta región la ciudad de Burdeos.

Estos tres nombres: yilliqi, bashkuns ifrany, tampoco pueden traducirse de sus términos latinos de los que proceden: "gallego", "vascón" y "franco", porque se usaban para denominar a las gentes de áreas muy amplias e imprecisas, variaban de un autor a otro. Da la impresión que los árabes emplean estos términos para referirse a los tres territorios con un poder establecido: León, Pamplona y la Marca catalana-aragonesa. Los cronistas árabes llegaron a llamar a los habitantes del norte peninsular reconquistado con nombres como "los cristianos", "los bizantinos", o incluso con insultos, y a algunos de sus monarcas como "rey de los cristianos", cuando en realidad, cristiano lo fueron todos.

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MONUMENTO A SANCHO III EL MAYOR EN FUENTERRABÍA

Basándose en este "descubrimiento", poco riguroso en el análisis de los textos escritos por los cronistas árabes, y más impreciso todavía en las traducciones e interpretaciones de sus traductores, sobre la consideración de que Sancho III era "señor de los vascos", el Ayuntamiento de Fuenterrabía-Hondarribia tomó la decisión de dedicar un monumento al "Rey del Estado vascón".

Gran error por parte de este ayuntamiento considerar al Sancho III rey de un Estado, en este caso el de Pamplona. La palabra "estado" se ha empleado, equívocamente, por los historiadores, para referirse a una unidad política soberana, desde tiempos de la polis griega o "ciudades-estado".

Lo cierto es que para la mayoría de los historiadores del pensamiento político insisten que esa denominación es errónea, y es mejor evitarla cuando se refiere a unidades políticas soberanas antes del siglo XVI. La denominación "estado" nación en el siglo XV en relación con el desarrollo de la administración real y de su "judicialización"; de igual manera que sería un error denominar "nación" a una unidad política soberana antes del siglo XIX, pues dicha soberanía todavía no estaba en poder de su ciudadanía.

Hay un problema añadido y es que los príncipes cristianos de la reconquista no admiraban a los vascones, sino a los visigodos, de quienes se consideraban sus sucesores legítimos. Pretendían demostrar su descendencia visigoda como derecho a recuperar el viejo Reino, invadido por los islámicos. A Sancho III lo hicieron descendiente de un mítico Pedro, duque de Cantabria, descendiente a su vez de Leovigildo y Recadero, según expone la Historia Silense, escrita en el siglo XII. Su autor pretendía considerar al rey castellano-leonés, Alfonso VI, proveniente de godos, haciendo preceder a uno de sus antecesores, Sancho III, como otro más.

02/09/2020

Vascos en la Conquista de las islas del mar Caribe (1492-1521)


Desde el descubrimiento del Nuevo Mundo por la expedición de Cristóbal Colón, los vascos aparecen embarcados en la compleja empresa americana de exploración, conquista y colonización de las islas del mar Caribe y Tierra Firme, entre los años 1492 y 1521.

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DESEMBARCO DE COLÓN EN LA ESPAÑOLA

En la isla La Española, un grupo de mayoritariamente vascos construyó el primer asentamiento cristiano, quedando al mando Diego de Arana. Aprovecharon la madera y pertrechos de la nao Santa María de Juan de Lacosa, que había encallado, para construir el fuerte Navidad. Pero, hubo discordias entre los cristianos y fueron los vascos los causantes de ellas, debido a que se dividieron y separaron del resto por el afán de conquista y encontrar oro. La experiencia fue un desastre, y todos fueron asesinados por los nativos.

En 1497, tras partir la segunda expedición de Cristóbal Colón, en esta isla estalló la rebelión encabezada por el alcalde mayor Francisco Roldán y los vascos Adrián de Múxica, Pedro de Gámiz y Diego de Escobar, contra su hermano, el adelantado Bartolomé Colón.

Hernando de Guevara se convirtió en el primer europeo en casarse con una princesa india, Higuemota, de la tribu de Jaragua. Esta fue la causa de otro enfrentamiento que terminó con la encarcelación de Guevara, la sublevación de Adrián de Múxica y la posterior liberación de Guevara por Bobadilla, enviado real.

Luis de Arriaga llegó a La Española en el viaje de Colón de 1493. Propuso fundar una colonia de 200 familias vascas en 4 villas de 50 familias cada una. La reina Isabel la Católica, que fue señora de Vizcaya antes que reina de Castilla, aprobó el proyecto el 5 de septiembre de 1501. Según el plan de Arriaga, los vizcaínos tendrían que permanecer cinco años en La Española, sin recibir sueldo, cultivando la tierra, pero tendrían el derecho a organizarse internamente. El plan fracasó desde el inicio, pero esta acta sirvió de base para capitulaciones similares y Diego de Arriaga fue nombrado regidor de Azúa en 1504.

En 1510, también llegaron a esta islas el primer cantero, Hortuño de Bretendón, de Bilbao, y los primeros obreros vascos, Fortuño de Arteaga y Pedro Matienzo, con la intención de acabar la iglesia de Santo Domingo; llegaban en la nao Santa María, cuyo patrón era el guipuzcoano Juan Camargo y escribano Domingo de Bidania.

MAR CARIBE ESPAÑOL, SIGLO XVI

Esta isla de La Española se había convertido en base de futuras expediciones marítimas y empresas continentales, desde donde salían conquistadores, evangelizadores y colonos para Puerto Rico, Cuba, Trinidad, Jamaica, otras islas y tierra firme.

La isla de Cuba fue descubierta por Colón en su primer viaje de 1492 y representada en cartografía por primera vez por Juan de Lacosa, en 1500. En los primeros viajes de Colón a Cuba ya existía un contingente de vascos en su tripulación. Sebastián de Ocampo la exploró de nuevo en 1508.

En 1511, el gobernador de Cuba, Diego de Velázquez se encargó de poblar la isla estando entre sus hombres de su confianza Bartolomé de las Casas y los vascos Juan de Aguirre, Francisco de Berrio y Pedro de Rentería. Bartolomé de las Casas y Pedro de Rentería encabezaron la causa protectora de los indios, mientras que Juan de Aguirre fue uno de los primeros aventureros que ocupó un cargo de gobernación cubana.

Para el 1514, la isla de Cuba se había conquistado por completo, doblegando la resistencia indígena y logrando su sumisión, y se establecieron los núcleos de población que necesitaban los colonizadores.

En 1517, tres vecinos de Santiago de Cuba, entre los que se contaba Lope Ochoa de Salcedo, organizaron una expedición al Yucatán con dos navíos y un bergantín que resultó un fracaso. Desde Cuba se organizaban las expediciones hacia Tierra Firme por Hernán Cortés, Pánfilo de Narváez Juan Ponce de León y otros. Entre ellos se encontraba Juan de Aguirre, que participaba en la toma de Tenochtitlán y en la expedición de las Higueras.

En 1521, Alonso de Zuazo, fue designado por Diego Colón como teniente gobernador de Cuba, que trató de ordenar conflictos como, por ejemplo, el reparto de indios.

LLEGADA DE ESPAÑOLES AL CARIBE

En el primer viaje de Colón, la isla de Jamaica quedaba al mando de Juan de Esquivel, el primero en roturar y arar en el Nuevo Mundo. En el segundo viaje de Colón, en 1493, Francisco de Garay fue nombrado gobernador de Jamaica en sustitución de Juan de Esquivel. Garay había sido el primero que construyó una casa de piedra en la isla La Española.

Se encargó de organizar la planificación económica de la isla, mediante explotaciones agrícolas y ganaderas, siendo el primero en llevar ganado a América: vacas, ovejas y caballos. Inició la evangelización de la población indígena. Ayudó a instalar en Jamaica la primera colonia europea con cuarenta familias vascas en esta isla, siguiendo el modelo de Luis de Arriaga, y hacer de ella base para futuras expediciones a la Florida y al Pánuco.

Alonso de Zorita fundó con Bartolomé Colón la ciudad de Santo Domingo en la actual República Dominicana.