15/11/2015

Armada del Cantábrico en la Guerra de los Cien Años


El otro gran conflicto bélico de la Baja Edad Media para los marinos de la costa del mar Cantábrico, junto a la Reconquista, fue la Guerra de los Cien Años, desarrollada entre los años 1337 y 1453, entre Inglaterra y Francia, en donde Castilla fue continua y fiel aliada de esta última, prestando una aportación vital para su victoria final y expulsión de los ingleses de territorio francés.

La gran mayoría de los puertos involucrados eran los del Cantábrico oriental, es decir, los puertos que conformaron la Hermandad de las Villas de la Marina de Castilla o Hermandad de las Marismas, desde San Vicente de la Barquera hasta Fuenterrabía, y la mayoría de los participantes fueron marinos vascos y montañeses, aunque también se involucraron castellanos de todas las procedencias.

FRANCIA EN LA GUERRA DE LOS CIEN AÑOS

La Crónica de don Enrique II escritas por el alavés Pedro López de Ayala, conde de Castilla, es un documento esencial para el conocimiento del siglo XIV español ya que están plagadas de los enfrentamientos de la Marina castellana, sobre todo con musulmanes e ingleses. Las batallas tenidas con la marina inglesa fueron constantes, y la mayoría de los encuentros fueron victorias para las armas castellanas que forjaron así una hegemonía en el Atlántico que duraría varios siglos.

El rey inglés Eduardo III protestó en numerosas ocasiones por daños recibidos de flotas castellanas (vascas-santanderinos, gallegos y asturianos) que atacaban a los barcos ingleses. Los puertos castellanos acusados fueron: Fuenterrabía, San Sebastián, Guetaria, Motrico, Lequeitio, Bermeo, Portugalete, Castro Urdiales, Laredo, Santander, San Vicente de la Barquera, Avilés, Ribadeo, La Coruña, Noia, Pontevedra y Ponte Bayona del Miño.

Por ejemplo, en la importante victoria del combate de La Rochela sobre los ingleses, en 1372, recogida por Froissart en sus famosas Crónicas, describe las hazañas marinas de la Escuadra guipuzcoana y su adelantado mayor, Rui Díaz de Roj, a las órdenes del almirante Bocanegra, que regresó triunfante a Santander cargado de botín y prisioneros ingleses.

COMBATE DE LA ROCHELLE

En 1375, la Escuadra castellana capturó ochenta y cinco naos inglesas y, en 1377, las Escuadras castellana y francesa, a las órdenes de los almirantes Sánchez de Tovar y Vienne, saquearon numerosas ciudades costeras inglesas. Al año siguiente, tras una nueva derrota inglesa, desembarcaron los castellanos en Cornualles, dedicándose de nuevo al saqueo y la destrucción.

OFENSIVAS DE TOVAS Y VIENNE CONTRA INGLATERRA

En 1380, una veintena de galeras castellanas remontaron el Támesis e incendiaron varias poblaciones (Gravesend, Winchelsea) no lejos de Londres.

En las arriesgadas y victoriosas acciones del almirante montañés Pero Niño participaron de nuevo numerosos marinos vizcaínos, como Martín Ruiz de Avendaño. Niño saqueó Cornualles de nuevo, atacó Burdeos poniendo en fuga a las naves inglesas que en el puerto se encontraban, así como los puertos de Portland y Poole; venció a los ingleses en sangrienta batalla en la isla de Jersey, y otras muchas acciones por las que Pero Niño es recordado como uno de los marinos más eminentes de la historia de España.

En 1419, los castellanos, dirigidos por el montañés Rui Gutiérrez de Escalante y el alavés Fernán Pérez de Ayala, atacaron duramente el ducado de Bretaña y Bayona, quemaron San Juan de Luz y Biarritz y asolaron la tierra de Burdeos, cuyos dominios eran británicos.

Tras una consecución de victorias de Francia desencadenadas en el tramo final de la Guerra, la ocupación inglesa fue reduciéndose al ducado de Aquitania, que fue atacado por el ejército francés y por mar por las Armadas franco-castellanas.

Bayona, una de las últimas ciudades resistentes por los ingleses, fue atacada por mar por las naves guipuzcoanas hasta su definitiva rendición en agosto de 1451.

EMBARCACIÓN VASCA DEL SIGLO XV

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