19/05/2015

Castillo de Santa Isabel en Pasajes


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CASTILLO DE SANTA ISABEL

El Castillo de Santa Isabel está situado en Pasajes de San Juan. Esta fortaleza militar fue hecha construir por orden del emperador Carlos V para proteger el puerto marítimo de los posibles ataques de navíos de guerra extranjeros o de piratas que se movían en las proximidades de este pueblo. También fue quien ordenó la construcción de la Torre de San Pedro.

En 1598, el ingeniero Tiburcio Spanocchi propuso su ampliación, pero hasta 1620 Julio de Oviedo y el capitán Francisco Lupecio no redactaron el primer proyecto de fortificación, localizando el castillo en las inmediaciones de un viejo molino (Txurrutella-errota). La falta de medios económicos impidió que la fortificación fuera terminada, llegándose a realizar en esta primera fase únicamente la base de la plataforma de artillería.

Las obras fueron paralizadas nuevamente en 1633 a causa de los desacuerdos surgidos entre los ingenieros Jerónimo de Soto y Pedro Palear "Fratín".

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PLANO DEL CASTILLO

En 1638, esta fortaleza, casi inexpugnable por mar, no era capaz de defenderse del más ligero ataque por tierra. Así, en 1638, durante la Guerra de Francia de 1635, las tropas francesas del príncipe Conde descendieron desde el monte Jaizkibel y lo conquistaron con cierta facilidad. De nuevo, en 1719, durante la Guerra de la Cuádruple Alianza, el inconcluso castillo fue tomado por las tropas francesas, que realizaron en él algunas modificaciones de importancia.

Dejó de prestar servicio en 1867, aunque fue utilizado esporádicamente en años posteriores. La plataforma artillera, principal elemento del castillo, fue destruida por los trabajos emprendidos en la primera mitad del siglo XX para mejorar el canal de entrada al puerto, privando al fuerte de su principal elemento.

Los restos bien conservados del antiguo castillo se levantan recortados contra la montaña y hundiendo sus cimientos en ella. Ha perdido su aspecto de fortaleza y hoy se reduce a unos sólidos muros, de sillar de arenisca, de unos dos metros de anchura, y a algún torreón aislado. Estos muros son completamente ciegos, y en algunas partes alcanzan gran altura.

CASTILLO DE SANTA ISABEL

El frente marino estaba formado por un grueso muro quebrado de seis tramos dotados de desigual longitud y orientación que sostenía el terraplén de la plataforma principal. En el sector de parapeto que miraba directamente hacia la embocadura del canal del puerto se abrían cuatro cañoneras y, bajo ellas, otras tres más se abrían en otras tantas casamatas subterráneas. Una garita de vigilancia quedaba inserta en la confluencia de dos lienzos de muralla. La artillería apuntaba hacia la entrada del puerto, amenazando a los invasores que se atrevieran a traspasar el límite, pero no podían proteger a los buques que querían refugiarse en él.

El frente de tierra estaba formado por una elevada muralla, sobre la que podía permanecer la tropa a cubierto de un débil parapeto. La misma estaba constituida por nueve cortos lienzos de distinta orientación que entre sus requiebros permitían el acomodo de un pequeño edificio (alojamiento del capellán y, más tarde, cuartel de artillería). Al abrigo del mismo muro, pero partiendo de menor altura, se encontraba un edificio de mayores dimensiones, planta rectangular y cuatro pisos de altura que sirvió de cuartel.

CASTILLO DE SANTA ISABEL

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