14/07/2021

Literatura juglaresca y clerical del Reino de Navarra


En los siglos de la Alta Edad Media del Reino de Navarra, se desarrollaron tres corrientes literarias entre el clero y el pueblo llano: el cantar juglaría, el mester de juglaría y el mester de clerecía.


1. CANTAR DE JUGLARÍA

El siglo XIII transformó los principios de la sociedad feudal y trajo el desarrollo de la poesía vernácula. En el caso de Navarra, es importante la influencia del Camino de Santiago como vía de introducción de nuevas ideas y corrientes. Por este camino iban y venían los juglares, que recitaban las poesías compuestas por los trovadores. A veces el trovador (compositor) hacía a la vez de juglar (recitante).

Algunos juglares navarros fueron Juan de Navarra, Sancho de Echalecu, Arnant Guillén de Ursúa, García de Churri... Pero también existieron juglaresas, como por ejemplo, una tal Graziosa, que recitaba en la Corte de Carlos III el Noble.

En el siglo XV, trovadores navarros que frecuentaron la Corte del Príncipe de Viana fueron Francesch de Mescua (Francisco de Amescua o de Amézcoa) y Juan de Valtierra.

En este contexto de la poesía cancioneril, destaca el famoso Cancionero de Herberay des Essarts, compuesto entre 1461 y 1464 en torno a la Corte olitense de la regente doña Leonor, infanta de Navarra, probablemente en el mismo Olite. En este cancionero escriben importantes poetas castellanos (Mena, Santillana, Macías, Alfonso de la Torre...) y también el navarro Carlos de Arellano, que está representando con dos poemas.

Hay que recordar unas coplas escritas en este siglo, devotas e ingenuas, que Carlos Idoate publicó en 1982, en la revista Cuadernos de Etnología y Etnografía de Navarra, cuyo tema es el elogio de la Eucaristía y la Virgen.



2. MESTER DE JUGLARÍA

La aportación navarra al mester de juglaría es más determinante. Su principal obra es el Cantar de Roncesvalles (o Roncesvalles navarro), que, en una copia con posible datación en 1310, constituye uno de los pocos restos conservados de la épica juglaresa peninsular. El hallazgo de este fragmento del Cantar de Roncesvalles confirma la existencia de cantares de gesta en suelo hispánico y en lengua vernácula, y fue publicado por Menéndez Pidal, el patriarca de las investigaciones sobre los cantares de gesta.

Sólo se conservan dos hojas escritas por las dos caras, con un total de cien versos, que entronca con el tema carolingio de la batalla de Roncesvalles y la derrota de Roldán y de los demás pares de Francia en los desfiladeros pirenaicos. El texto conservado describe la lamentación del emperador Carlo Magno ante los cadáveres de sus paladines, episodio recogido también en la célebre Chanson de Roland; pero destaca la ausencia de determinados detalles de la materia rolandina francesa. Estos versos corresponden a ese paisaje en que el emperador encuentra los cadáveres de los Pares
:
"Sacat al arçobispo d´esta mortaldade.
Levémosle a su terra, a Flánderes la ciudade.
El enperador andava catando por la mortaldade,
vido en la plaça Oliveros o jaze,
el escudero crebando por medio del braçale..."

En ese momento se escribieron otras composiciones inspiradas en hechos históricos, pero escritas en provenzal. Uno de los más famosos trovadores de ese momento fue Guillermo de Tudela, autor de la Cansó de la Crozada contra los erejes de Albergés (La canción de la Cruzada contra los albigenses).

Guilhem Anelier de Toulouse es autor de Las guerras civiles en Pamplona, poema también en provenzal de más de cinco mil versos dodecasílabos, repartidos en 104 tiradas, que incluye varios vocablos navarros, y cuyo valor es más histórico que literario.

El conde Teobaldo de Champagne, quién reinaría en Navarra en el periodo 1234-1253 como Teobaldo I, fue trovero más que trovador, es autor de unas cincuenta canciones (pastorales, serventesios, chansones, descorts o lamentaciones).



3. MESTER DE CLERECÍA

El mester de clerecía aportó a la literatura medieval navarra obras importantes como la Vida de Santo Domingo de Silos o los Milagros de Nuestra Señora, de Gonzalo de Berceo, y también el Libro de Alexandre y el Poema de Fernán González.

Pertenecen al mester autores cultos que empleaban la cuaderna vía, es decir, escribir "a sílabas cuntadas, ca es gran maestría". En Navarra se dispone del poema llamado Roncesvalles latino, enmarcado en esta culta corriente literaria, pero cuya composición está escrita en latín y no en romance.

El Roncesvalles latino data de finales del siglo XII o principios del XIII, y es una composición de 42 estrofas en elogio del Hospital de Roncesvalles. Se conserva en los folios 89v-90v del Códice La Pretiosa de la Real Colegiata de Roncesvalles y fue publicado en 1884 por el padre Fita. Empieza así:
"Domus venarabilis, domus gloriosa,
domus admirabilis, domus fructuosa,
Pirineis montibus, floret sicut rosa,
universis gentibus, valde gratiosa"


GONZALO DE BERCEO

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