02/01/2018

Religiosidad en los documentos escritos por Blas de Lezo


Uno de los rasgos más característicos de la personalidad del teniente general de la Real Armada española del siglo XVIII Blas de Lezo y Olavarrieta fue su profundo sentimiento de religiosidad. Algo que no era extraño, pues la confesión al Catolicismo era un aspecto muy común en la sociedad española de su tiempo. Así quedó patente en los documentos que se conservan referidos a su biografía.

Uno de esos textos fue su Diario de Guerra, escrito durante la defensa de la Cartagena de Indias de 1741 ante el intento de invasión de la flota inglesa. El otro texto conservado es su Testamento, redactado casi antes de morir como consecuencia de las heridas producidas durante aquel enfrentamiento.


En su Diario de lo acaecido en Cartagena de Indias, el día 8 de abril de 1741, escribió:
"Hiendo primero a bordo del Dragón adonde llamé toda la jente arriba a quien hice mi oración lo que oyda por ellos respondieron unánimes y conformes."

El 20 de abril, tras el asalto al castillo de San Felipe, en el momento crucial de la batalla y consciente de que la fuerza invasora inglesa era diez veces superior, pero también sabedor de que el bando inglés estuvo plagado de dificultades de mando y enfermedades, Lezo escribió:
"Este feliz suceso no esperado según le consternado que estaba la tropa, no debemos atribuir á causas humanas si no á las misericordias de Dios, porque en lo natural debían con la fuerza que trageron y la poca que había en el cerro, haberse hecho dueños de él, como no lo dudaron según la relación de los desertores y prisioneros los cuales también aseguraron que de todos los granaderos que vinieron á la función sólo volvieron 14. Que tienen muchos enfermos y falta de víveres."

También suscribió esa idea en la carta que junto al diario envió al marqués de Villarias:
"Sola los efectos de la Divina Providencia han sido causa para lograr por entero que esta ciudad y comercio no experimentasen su total ruina."


El testamento de Blas de Lezo adoptó la fórmula más piadosa en su redacción, convirtiéndose así en una profesión de fe, más que en un documento legal:
"Creiendo como firme y verdaderamente creo el muy alto y soberano misterio de la Trinidad Beatisima, Padre, Hijo y Espíritu Santo, tres personas distintas y un solo Dios verdadero, el de la Encarnación de la segunda persona en las Virginales entrañas de la Purísima Virgen María, nuestra Señora, el del Santísimo Sacramento del Altar y todos los demás misterios y artículos que cree y confiesa nuestra Santa Madre Iglesia Catholica Apostólica Romana en cuya creencia he vivido y quiero morir como católico y fiel cristiano, invocando como invovo por mi intercesora y Abogada a la siempre Virgen Maria Madre de nuestro redentor Jesuchristo, al Santo Angel de mi guarda, el de mi nombre y demás cortesanos celestiales para que intercedan con su divina Majestad el perdon de mis culpas y pecados y encaminen mi alma a estado de salvación."



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