Cosme Damián de Churruca y Elorza nació en Motrico, Guipúzcoa, en 1761. Era el cuarto hijo de ocho hermanos, cuyos padres fueron Francisco de Churruca e Iriondo y María Teresa de Elorza e Iturriza. Francisco había sido alcalde de Motrico.
Su hermano mayor Julián Baldomero de Churruca fue combatiente de la Guerra de la Independencia española de 1808-1814, abogado de los Reales Consejos de Carlos IV y filólogo del eusquera. Y su tío Juan de Elorza, fue secretario real de Carlos III.
Era una familia hidalga de Motrico que tenía por casa solariega en el Palacio Arrietakua, perteneciente años antes al almirante y constructor naval Antonio de Gaztañeta, pariente de ellos. Siguiendo los usos y costumbres del estamento nobiliario al que pertenecían, el varón primogénito Julián Baldomero heredaba el patrimonio familiar, mientras que el segundo Juan Pascual ingresaba en la Iglesia.
CASA-PALACIO ARRIETAKUA |
El hecho de vivir en una casa de cara al mar Cantábrico y con objetos náuticos y cartográficos pertenecientes a Gaztañeta, despertó un temprano interés en el joven Cosme Damián por las ciencias marítimas.
Tras aprender las primeras letras en Motrico, fue enviado junto a sus dos hermanos mayores al Seminario Conciliar de San Jerónimo en Burgos, donde permaneció desde 1771 hasta 1775. El padre Francisco Pérez estaba encargado de informar al progenitor de los Churruca sobre los progresos de sus hijos y de Cosme señalaba en 1773 que "tiene capacidad, comprensión y memoria, y está contento".
Aunque había pensado en un primer momento ordenarse sacerdote, esta idea fue rechazada cuando conoció a un oficial de marina que era sobrino del arzobispo Rodríguez de Arellano. El religioso trató de convencer al joven Churruca a empezar la carrera eclesiástica bajo su protección, pero este sitió una vocación por ingresar en la Marina española, en cuya reforma estaba implicada la Monarquía de Carlos III.
MOTRICO, SIGLO XIX |
A continuación, ingresó en la Escuela de Vergara, que poco después sería refundada como Real Seminario de Vergara, institución auspiciada por la Real Sociedad Económica Bascongada de Amigos del País, de la que sería miembro. Esta etapa fue transitoria, hasta que su padre encontrara plaza para el aspirante Cosme Damián en la Marina española.
Francisco de Churruca había realizado gestiones para encontrar una rápida plaza. Mediante carta del 23 de julio de 1773, escribió a Francisco de Paula Bucarelli, teniente general de los Reales Ejércitos y consejero real en la Corte de Carlos III, al que había servido algunos años en Madrid y en la campaña de Saboya, explicándole sus sobresalientes resultados académicos en el Seminario de Burgos y su ilusionada vocación para ser guardiamarina, al cual tuviera "algún amparo poderoso así para su estimación como para su acomodo y ascenso". Así, mediante esta misiva, Bucarelli recomendó al aspirante Churruca su aceptación por el comandante de la compañía Francisco Javier Winthuysen, y por el alférez José de Mazarredo, este bilbaíno era el más hábil e instruido oficial de marina que había.
Además de las recomendaciones por parte de personas influyentes y la demostración de un alto nivel académico, para el acceso a la academia, eran requisitos indispensables la identidad, la legitimidad, la hidalguía y un mínimo de aptitudes físicas e intelectuales, según las ordenanzas de la marina del 1748.
El 5 de junio de 1776, Churruca ingresaba de forma oficial en la Real Academia de Guardiamarinas de Cádiz, a la temprana edad de 15 años. El nuevo cadete escribió a su padre con entusiasmo desde Cádiz, el 7 de junio: "… y el 12 iré a la Academia a comenzar la Aritmética y tengo ya más antigüedad que Barcaíztegui y su compañero. Yo ofrezco aplicarme para salir antes oficial…" Se refería al futuro almirante guipuzcoano Ventura Barcaíztegui, que había seguido viaje con Churruca hasta Cádiz y sentó plaza de guardiamarina junto a él, continuando sus estudios en Cartagena más tarde, y participó en comisiones cartográficas de relieve.
CÁDIZ, SIGLO XIX |
Durante el siglo XVIII, Cádiz se convirtió en la capital del comercio americano, punto de partida de las expediciones científicas, y foro de almirantes, ilustrados y eruditos. Cuando Madrid era todavía la Corte del mayor Imperio geográfico del mundo, Cádiz era su centro neurálgico de negocios y comunicaciones, foco de las luces de la Ilustración científica, sede de la Casa de Contratación y el Consulado de Indias. Pronto destacó una próspera burguesía emprendedora y dinámica, compuesta por activos comerciantes y mercaderes que tenían su campo de acción en todo el Imperio español.
Era el espejo de las promesas y sueños instalados en el siglo de la Ilustración española. En los mismos barcos que transportaban mercancías viajaban personas, libros e ideas. En sus cafés, salones y tertulias discutían los artículos de la Enciclopedia y recogían algunas de las pasiones más típicas de la Ilustración: erudición y coleccionismo, reforma del saber, ciencias naturales, pragmatismo, utilitarismo, etc.
Churruca y sus compañeros disfrutaron de aquel ambiente de negocios indianos e Ilustración científica, durante el poco tiempo libre que les quedaba fuera de los estudios. Paseaban por la ciudad, entablaban conversaciones con mercaderes, marinos y científicos, o asistían al teatro donde representaban óperas y comedias españolas, francesas e italianas.
RETRATO DE COSME DAMIÁN DE CHURRUCA |
Durante este siglo XVIII, la Marina española había establecido sus bases marítimas peninsulares en los tres Departamentos Navales de Ferrol, Cádiz y Cartagena, con sus correspondientes Academias de Guardiamarinas. En estos centros instruían y formaban a generaciones de marinos científicos que ampliaron los territorios del Imperio español, cartografiando sus costas y ríos, delimitando fronteras, estudiando su biodiversidad y etnografía, y realizando análisis económicos y políticos de aquellos territorios de ultramar.
Churruca permaneció tan solo 6 meses en la Academia gaditana, tiempo en el que aprobó la Aritmética. Fue destinado, junto a otros 60 cadetes en su mayoría vascos, montañeses, asturianos y gallegos, a continuar su preparación en la Academia de Ferrol. Señaló en carta su padre del 26 de abril de 1777, que "mi amigo Barcaíztegui y Colmenares quisieron ir a Cartagena y allí están".
Mientras tanto, la Corte española tenía prisa por organizar mejor su Marina y sus defensas costeras en los territorios virreinales como en la península. Había comenzado el proceso de emancipación de las colonias inglesas de Norteamérica, apoyadas por Francia y España, lo que ocasionó una nueva guerra contra Inglaterra. Se estaba construyendo una gran armada en los tres departamentos navales, y en otros más privados, que debían estar dirigidos por almirantes marítimos altamente cualificados.
Churruca embarcó rumbo al Departamento Naval de Ferrol, ciudad que no ofrecía las actividades culturales que la gaditana y cuya institución académica eran más disciplinada que la anterior. Durante su estancia en Galicia, el marino guipuzcoano entregó información detallada sobre lo que se estaba organizando en los departamentos, sus preparativos, rumores y críticas. En muchas ocasiones tenía que defender al sector de los marinos contra los ataques de su propio padre, críticas compartidas por algunos españoles. En ese sentido, la renovación de la Real Armada española no fue una medida muy aceptada entre la población, porque sus altos costes no parecían estar dando los resultados esperados ante el auge de Armada británica en los mares. Además, en el interior de la Marina, había distintos criterios sobre la importancia de los estudios científicos y su valor en la jerarquía militar. Por tanto, el selecto número de oficiales que destacaron en este tipo de actividades, así como los responsables del gobierno que las crearon, eran el objetivo de las críticas.
JOSÉ DE MAZARREDO E IGNACIO MARÍA DE ÁLAVA |
Uno de los ejemplos de ese sentimiento tan negativo hacia la Real Armada ilustrada fue esta composición literaria que estaba dedicada a José de Mazarredo, uno de los principales promotores del academicismo naval de la marina:
"Vino el inglés? Señor sí.
Con convoy? Muy abundante.
Lo Introdujo? En el instante.
Quién lo ha visto? Yo lo ví.
Cómo puede ser así?
Y aquel héroe nacional
que va con el general?
Lo decís por Mazarredo?
Está estudiando el enredo
de la táctica naval."
Churruca continuó su formación con aprovechamiento, y estaba adquiriendo ya fama como astrónomo y geógrafo. Pero, deseaba terminar sus estudios sobre la Geometría y la Astronomía, para poder embarcar "en estos navíos que están saliendo cada día para la escuadra de Cádiz".
Los meses previos a su graduación en 1778, aparecían rumores sobre nombramientos y destinos de los futuros almirantes. La inminente guerra con Inglaterra hacía pensar a Churruca, como al resto de sus compañeros, la finalización de la enseñanza teórica y pasar al aprendizaje práctico a bordo de una fragata o navío. Quería hallarse en pleno combate, pues sería durante el silbido de las balas y el estruendo de los cañones el escenario donde poder comprobar su verdadero valor.
En agosto de 1778 Churruca fue nombrado alférez de fragata, embarcando en el navío San Vicente. Fue la recompensa a sus sobresalientes estudios, destacando entre todos sus compañeros. Sobre este buque, perfeccionó de manera empírica sus conocimientos de Cosmografía, Navegación y Artillería. Tuvo su primera misión militar en el Asedio a la Gran Bretaña por parte de la escuadra combinada franco-española situada en Brest.
A finales de 1781, Churruca fue trasbordado a la fragata Santa Bárbara, por orden de Mazarredo. Al año siguiente, intervino en el cuarto Sitio de Gibraltar, a las órdenes del capitán vascongado Ignacio María de Álava. Al final resultó un fracaso porque terminaron quemándose las baterías flotantes con las que la Marina española pretendía arrasar las defensas británicas de la roca de Gibraltar.
PROYECYO DE ATAQUE A GIBRALTAR CON BATERÍAS FLOTANTES |
Churruca tuvo la oportunidad de mejorar sus conocimientos al haberse fundado en 1783, un curso especializado de Matemáticas y Astronomía para los oficiales más destacados y que se impartiría en los tres departamentos navales de la España peninsular. No dudó en solicitar licencia en cuanto desembarcó del Santa Bárbara en el puerto gaditano, pero supo la noticia de que todas las plazas estaban ocupadas. En la Academia de Guardiamarinas de Cádiz, se le habían adelantado marinos que destacarían en el programa hidrográfico como José Espinosa Tello, Alejandro Belmonte, Dionisio Alcalá Galiano, José Vargas Ponce y Alejandro Malaspina. Estos almirantes destacarían en la realización de futuras expediciones científicas ilustradas por los territorios y mares del Imperio español en los siguientes años.
El almirante guipuzcoano insistió en su objetivo enviando varias solicitudes y, finalmente, fue admitido en la Academia de Guardiamarinas de Ferrol, en abril de 1784. A pesar de empezar con retraso estos Estudios Superiores, Churruca se convirtió en el alumno más aventajado. De hecho, sería nombrado profesor ayudante de la compañía que, unido a su actividad como estudiante, terminaría por agotarle. Escribió a su hermano Juan Pascual el 11 de enero de 1786:
"No hay cuerpo que resista tanta fatiga, mi estudio me ocupa bastante tiempo y me es preciso destinar a él toda la noche hasta cenar, la tarde la destino al dibujo, porque un matemático lo necesita indispensablemente. Por la mañana desde las ocho y media estoy en la Academia hasta las doce y media; dos horas con los guardias y dos en nuestra clase con que ya ves que no me queda tiempo ni para rascarme."En otras misivas dirigidas a su hermano, Churruca anunciaba diversas noticias relacionadas con la práctica científica, como la realización de un plano del puerto de Ferrol a punto de ser concluido, o el lanzamiento del Almanaque Náutico, que contenía el estado de la Armada y las tablas astronómicas para dos años. También, solicitaba el envío de los extractos de la Sociedad Bascongada de Amigos del País de la que sería socio benemérito desde octubre de 1785 hasta su muerte.
En febrero de 1787, terminó el curso con los exámenes de Matemáticas, de Astronomía, y de Mecánica. Se había graduado con el rango de teniente de navío.
ARSENAL DE FERROL, SIGLO XVIII |
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