16/05/2024

Auto de Terminación, por Aranzadi, Juaristi y Unzueta



Auto de Terminación. Raza nación y violencia en el País Vasco
Juan Aranzadi, Jon Juaristi y Patxo Unzueta, Editorial Aguilar, Madrid (1994), 280 páginas

Tres intelectuales vascos, Juan Aranzadi, Jon Juaristi y Patxo Unzueta, han escrito Auto de terminación, en 1994. Se trata de un ensayo político que recoge diversos artículos sobre el presente y el porvenir de su tierra, Euskadi. Entonces allí dominaba el terror de las armas, el plomo era la sombra que caía sobre cualquier reflexión.

Surgió la necesidad de escribir este ensayo tras famosa la polémica del RH negativo suscitada por una conferencia del dirigente nacionalista Xabier Arzalluz. En opinión de Unzueta, lo significativo de la polémica no era tanto la mención a la sangre como la voluntad de establecer una diferenciación entre dos tipos de ciudadanos:
"Nosotros, los buenos vascos, los vascos nacionalistas, y los otros: los de fuera, o más genéricamente, los vascos no nacionalistas. No hace falta que se nombre la raza para que esa diferenciación sea una efectiva fuente de discriminaciones."
Aranzadi fue  profesor de antropología, Juaristi catedrático de Literatura, y Unzueta periodista y escritor, han dedicado gran parte de su vida profesional a escribir sobre Euskadi. Milenarismo vasco, de Aranzadi; El linaje de Aitor, de Juaristi, o Los nietos de la ira, de Unzueta, han sido obras importantes en el moderno ensayo político vasco.

13/05/2024

García III Sánchez el de Nájera


Rey de Pamplona-Nájera que dio un impulso a la Reconquista expandiendo Navarra hacia el sur, tomando Calahorra en 1045

 GARCÍA III SÁNCHEZ

García III Sánchez nació en 1012, en Atapuerca. Apodado "el de Nájera", fue rey de Pamplona desde 1035. Hijo de Sancho III Garcés de Pamplona y de Muniadona Sánchez de Castilla. Fue heredero del trono según la costumbre a la muerte de su padre, pues el primogénito Ramiro, que heredó Aragón, era hijo ilegítimo.

Fue un rey galante con las mujeres y en particular con Estefanía, a quien llamó su "dulce amante" y ponderó su elegancia, como en efecto se desprende de la miniatura del documento de la iglesia najerense.

También fue un rey muy generoso en sus dotaciones a los monasterios de su reino y, como buen cazador y buen guerrero, tenía una enorme afición por los caballos. Está documentado que uno de sus magnates, Aznar Íñiguez, profesó de monje en San Millán y dejó un precioso caballo castaño valorado en 500 sueldos, que adquirió el rey García a cambio de unas tierras. En el año 1042, realizó regalos a Leyre, a Santa María del Puerto, en Santoña, y a su fiel tutor Fortún Sánchez un monasterio cerca de Aoiz, en este caso a cambio de un magnífico caballo llamado Azaburu. En 1043, recibió como regalo del caballero Sancho Fortuñones un caballo negro azabache, espléndido y con silla, bocado y freno de plata. Le recompensó con una villa junto a Echarri y con su iglesia. También datada en 1043, hay una buena donación de tierras a San Millán de la Cogolla, en La Rioja.

Entre los monasterios, García tuvo siempre gran predilección por el de San Millán de la Cogolla, que se benefició de numerosas donaciones durante seis años. Cabe destacar entre ellas, la iglesia de Alesanco, el monasterio de San Miguel de Ubago y el de Cañas, el de San Cipriano en el río Arlanzón (1048), y el de San Félix de Oca (1049) con pastos, montes y aguas. Algunas de estas donaciones aumentaron el influjo del monasterio en tierras castellanas, es decir, de Navarra sobre Castilla.

Siguieron las donaciones a los monasterios de San Miguel de Pedroso, San Miguel de Vallejorit, Santa María de Guinicio y Quijera, Santa María de Monasterio. El monasterio de Sofuentes y la iglesia de Escó constituyen donaciones de García al monasterio de Leyre.

El 29 de mayo de 1050, asistió a la ceremonia de traslación de los restos del monasterio de San Millán de Suso al de San Millán de Yuso, que se levantó sobre un terreno más asequible y junto a él un hospital.

El 12 de diciembre de 1052, consagró el Monasterio de Santa María la Real de Nájera que había mandado construir unos años antes.

MONASTERIO DE SANTA MARÍA LA REAL DE NÁJERA

En cuanto a su política territorial, Gracía III expandió el Reino de Pamplona hacia el sur. Aprovechando la debilidad de los reinos de taifas, logró conquistar Calahorra en el 1045.

Además de recibir de Sancho el Mayor el reino patrimonial de Pamplona, heredó de su padre Álava y gran parte del Condado de Castilla (La Bureba, Trasmiera, Montes de Oca, Las Encartaciones y Castilla Vieja). Si bien para José María Lacarra estos territorios los dio Fernando a García por su ayuda prestada en la batalla de Tamarón, en la actualidad gracias a la documentación esta teoría de Lacarra se hace imposible ya que el nombre de García antes de la batalla de Tamarón ya aparece firmando los diplomas de Valpuesta, o en la documentación del monasterio de Valvanera y San Millán reinando en Oca y en la Bureba.

El propio García en 1044 y 1046 describió así el territorio donde gobernaba:
"Reinando el rey García, que mandó hacer esta escritura, en Pamplona y en Álava y en Castilla Vieja hasta Burgos y hasta Bricia, poseyendo también Cudeyo con su término en Asturias; su hermano Fernando rey en León y en Burgos..."

No es de extrañar que cuando García restauró el monasterio de Santa María del Puerto en Santoña, escribiese que García reinaba en Pamplona y Castilla, y Fernando en León y Galicia:
"En aquel tiempo cuando reinaba el rey García en Pamplona y en Castilla y su hermano Fernando rey de León y de Galicia..."

En el año 1037, cuando su hermano Fernando I de León solicitó su ayuda para combatir a su cuñado Bermudo III cerca del río Pisuerga, éste se la prestase, combatiendo los dos hermanos juntos contra el monarca leonés en la batalla de Tamarón, siendo vencido y muerto el último varón descendiente directo del duque Pedro de Cantabria. Debido al conflictivo reparto de las tierras castellanas estalló la lucha entre los hermanos Fernando y García, muriendo este último en la batalla de Atapuerca el 15 de septiembre de 1054.

SILLERÍA DE GARCÍA III EN EL MONASTERIO DE NÁJERA

García III de Pamplona se casó en 1038, en Barcelona con Estefanía de Foix, de la Casa de Cominges. Estefanía era la hija más joven de Bernardo I Roger de Carcasona, conde de Conserans, señor del País de Foix y conde consorte de Bigorra y de Garsenda, condesa de Bigorra. Con ella tuvo nueve hijos:

Sancho IV el de Peñalén (c. 1039–fallecido el 4 de junio de 1076), rey de Navarra, casado con Placencia de Normandía.

Urraca Garcés, señora de Alberite, Lardero y Logroño, casada hacia 1074 con el conde García Ordóñez (muerto el 30 de mayo de 1108 en la batalla de Uclés), señor de Nájera y Grañón.

Hermesinda Garcés (fallecida después del 1 de julio de 1110), casada con Fortún Sánchez, señor de Yarnoz y de Yéqueda. En 1076 acompañaba a su hermano Raimundo en Peñalén cuando éste asesinó al hermano mayor de ambos.

Ramiro de Pamplona (fallecido el 6 de enero de 1083), señor de Calahorra, de Torrecilla en Cameros y de Ribafrecha y sus villas. Casado con Teresa. Murió luchando por Alfonso VI de León, asesinado por los moros del castillo de Rueda de Jalón cuando estos simularon la rendición del castillo al rey de Castilla.

Fernando de Pamplona (fallecido en 1068), señor de Bucesta, Jubera, Lagunilla y Oprela, casado, según algunos tratadistas, con Nuña Íñiguez, hija de Íñigo López, conde y señor de Vizcaya y Nájera.

Ramón (Raimundo) de Pamplona el Fratricida (fallecido después de 1079), señor de Murillo y Agoncillo. Después del asesinato de su hermano y rey Sancho IV el de Peñalén, se refugió en Zaragoza con el rey moro Al-Muqtadir. Pudo ser el padre de Urraca Raimúndez.

Jimena Garcés de Pamplona (fallecida después del 27 de mayo de 1085), señora de Corcuetos (Navarrete), Hornos y Daroca.

Mayor Garcés de Pamplona (fallecida después de 1115), señora de Yanguas, Atayo y Velilla. No es probable que sea, por cuestión de fechas, la Mayor casada con el conde Guy II de Mâcon.

Sancha Garcés (fallecida en 1065), abadesa seglar de San Martín de Cuevagallegos, un poblado de Pancorbo.

Además, García III de Pamplona tuvo dos hijos bastardos, con madre o madres desconocidas:

Sancho Garcés, señor de Uncastillo y Sangüesa, casado con Constanza, quien pudiera ser la hija del primer matrimonio de Estefanía de Foix, y por tanto, su hermanastra aunque sin lazos de sangre. Su hijo, Ramiro Sánchez fue el padre de García VI, el Restaurador, rey de Pamplona.

Mencía Garcés (fallecida después de 1073), casada con Fortún Ochoa, primer señor de Cameros, señores ambos de Nalda, Leza y Jubera.

06/05/2024

Placa de José de Urrutia y las Casas en Academia de Ingenieros


El teniente general del Ejército español José de Urrutia y de las Casas posee una placa honorífica en la Academia de Ingenieros del Ejército español, situada en Hoyo de Manzanares, Madrid.

Este militar vizcaíno estudió en la Real y Militar Academia de Matemáticas de Barcelona, embrión de la futura Academia de Ingenieros del Ejército de Tierra, entre enero de 1760 y abril de 1763. Tras cuatro cursos de nueve meses cada uno, en los que adquirió conocimientos de diversas materias (Matemáticas, Cartografía, Arquitectura Civil y Militar, Ingeniería de Puertos y Muelles, Mecánica, Náutica, Hidráulica o Dibujo Técnico), pudo licenciarse destacando como el mejor de su promoción.

Urrutia fue nombrado teniente general e inspector de ingenieros, durante su mandato se crearon las siguientes instituciones de ingeniería militar:
1. Regimiento Real de Zapadores-Minadores. Primera Unidad de Ingenieros
2. Nueva Ordenanza, donde se limitaban las funciones de los ingenieros a las puramente castrenses
3. Nueva Academia de Ingenieros en Alcalá de Henares y cierre de la Academia de Matemáticas de Barcelona

PLACA DE JOSÉ DE URRUTIA EN LA ACADEMIA DE INGENIEROS

El conjunto honorífico fue realizado por el escultor Santiago de Santiago y colocada en 2003, año en el que se cumplía el II Centenario de la muerte de Urrutia (1803-2003).

Está ubicado dentro de los jardines centrales de los edificios mayores, concretamente a la izquierda de la escalera exterior de la entrada principal del edifico rector, y frente a la placa de Jorge Próspero de Verboom.

Consta de dos placas adosadas a un monolito de granito liso de aproximadamente un metro de altura, cuya parte superior está ligeramente inclinada hacia un lado para poder ver y leer mejor la placa que sostiene. Esta placa horizontal está realizada en hierro fundido, verdeado y tachonada. Contiene un relieve del rostro de José de Urrutia y una leyenda que dice:

INGENIERO GENERAL
D. JOSÉ URRUTIA DE LAS CASAS
1728 - 1803

Creador del Regimiento Real de Zapadores
Minadores, la Ordenanza y la Academia del Real
Cuerpo de Ingenieros

PLACA DE JOSÉ DE URRUTIA EN LA ACADEMIA DE INGENIEROS

La placa vertical de la parte inferior frontal está realizada en mármol y tachonada. Contiene un texto más amplio:

LA ACADEMIA DE INGENIEROS
FUE INAUGURADA
EN ALCALÁ DE HENARES
EL DÍA 1 DE SEPTIEMBRE DE 1803,
SIENDO SU PRIMER DIRECTOR
EL CORONEL D. VICENTE HEREDIA
QUE EJERCÍA TAMBIÉN EL MANDO
DEL REGIMIENTO REAL DE
ZAPADORES MINADORES
CREADO POR R.D. EL DÍA
5 DE SEPTIEMBRE DE 1802.

DESDE EL AÑO 1872 INCORPORA
ENSEÑANZAS EN EL ÁREA DE
TRASMISIONES.

En el Bicentenario de la Creación de la
Academia de Ingenieros del E.T.

1803 - 2003

Ambos laterales del monolito de granito están adornados con una torre coronada y laureada, forjada en hierro, del escudo de la Academia.

PLACA DE JOSÉ DE URRUTIA EN LA ACADEMIA DE INGENIEROS

01/05/2024

Vascos en la expansión del Virreinato de la Nueva España


Para consolidar la conquista mexicana, se organizaron otras expediciones de conquista y colonización donde participaron colonizadores vascongados, como la de Hernando de Soto de 1539, en la que marchó Pedro de Añasco.

Los apellidos vascos dominan toda la historia de la explotación y colonización del Norte de Nueva España en aquel período y aún en el siglo XVII: Francisco de Ibarra Francisco de Urdiñola en Nueva Vizcaya; Juan de Oñate en Nuevo México; y Martín de Zavala en Nuevo León. Entre los colonizadores vascos existía la tendencia, más que entre los demás españoles de América, de agruparse con otros que hablaran la misma lengua y tuvieran el mismo origen regional.

Los logros de Francisco de Ibarra fueron continuados por Juan de Oñate, hijo del fundador de Zacatecas del mismo nombre, convertido en un rico criollo minero. Desde muy joven encabezó campañas militares contra los rebeldes indios chichimecas que habitaban en el norte de México y asolaban los asentamientos españoles, al mismo tiempo que se introducía en la búsqueda de minas de plata.

EXPEDICIÓN COLONIZADORA DE LA NUEVA ESPAÑA

La expedición del general Pero Menéndez de Avilés de 1565-1566 a la península de La Florida llevaba tripulación vascongada. De nueve capitanes, cinco llevan apellido vasco: Diego de Amaya, Pedro LarrandiaFrancisco MúgicaMartín Ochoa Francisco Recalde. La región de La Florida abarcó territorios fuera de la península, en ellos hubo un gobernador vasco, Domingo Martínez de Abendaño y un misionero, fray Francisco de Berascola, de Gordexola, martirizado por los indios en 1599.

El capitán Francisco de Urdiñola fue un gran pacificador de indios del norte de la Nueva España durante las últimas décadas del siglo XVI, de vital importancia para la extracción de las minas ricas en mineral. De manera diplomática pacificó al feroz cacique Nimanea, jefe guachichil, y a todas sus huestes por medio del diálogo. Pacificó la región entre Saltillo, Parras, Mazapil e Inde, pero en la parte oriental de Nueva Vizcaya (Coahuila) luchó contra los indios guachichiles con los pachos. Los ataques y levantamientos de los indios fueron frecuentes, llegando a necesitar la ayuda del capitán Diego de Aguirre.

En 1591, Urdiñola trasladó 400 familias tlaxcaltecas hacia las poblaciones del norte de la Nueva España, fundando San Esteban de la Nueva Tlaxcala, en donde los tlaxcaltecas quedaron establecidos y de donde salieron posteriormente colonos para un gran número de pueblos coahuilenses y de Nuevo León.

El Gobierno Virreinal, en su propósito de pacificar los indios, trató de establecerlos en poblados y cambiar su forma de vida de recolectores en agricultores. Como sus intentos fracasaban, buscó la ayuda de los tlaxcaltecas para que con su ejemplo se hicieran sedentarios y aprendieran a cultivar la tierra.

La última fase de la expansión desde México alcanzó Filipinas. Los vascos fueron el grupo de españoles que más protagonismo y continuidad obtuvieron entre la península de La Florida y la provincia asiática de Filipinas.

Ante el temor a que franceses e ingleses ocupasen posiciones al norte del territorio descubierto, se continuaron las expediciones a marchas forzadas. Se apresuró a la expansión y el poblamiento en Nuevo México y el Sudeste de los actuales Estados Unidos. Así, en 1595, Sebastián Vizcaíno ocupó California y navegó sus costas hasta la actual frontera norte. Y Antonio Deza y Ulloa fundaba el territorio de Chihuahua.

EXPEDICIÓN COLONIZADORA DE LA NUEVA ESPAÑA

La labor descubridora de California fue continuada por el jesuita navarro Pedro Matías de Goñi que, en 1683, realizó una expedición a la península de la Baja California y México. Al mando iba el también navarro, almirante Isidro Atondo y Antillón. Desde La Paz recorrieron tierras hasta que abandonaron la expedición por la hostilidad de los indios guaycuras, la cobardía de los soldados que los acompañaban y la falta de alimentos. Fundaron un puerto al norte de la Paz al que llamaron ensenada de San Bruno.

Desde ese enclave hicieron varias exploraciones tierra adentro, evangelizando más de 400 indios convertidos al Catolicismo, hasta que regresaron a Nueva España en 1685 por falta de suministros. Además hizo varias expediciones en los alrededores, una a la Sierra de la Giganta, nombre dado a esa formación montañosa por el padre Kino, y otra hasta la costa del mar del Sur, llamado océano Pacífico. A pesar de sus arduos esfuerzos por promover la continuación de la empresa que había iniciado, la Corona tenía otros intereses y otras posesiones que fortalecer y no consideraba rentable la inversión.