PATRIOTAS VASCOS Y NAVARROS

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ANTROPOLOGÍA SOCIAL Y CULTURAL

21/02/2025

Francisco Antonio Echánove y Echánove


Ingeniero de caminos, canales y puertos, y agrónomo. Fue ingeniero-jefe de obras públicas de las Provincias Vascongadas y Navarra en 1848, dedicado a tareas como adecuación de nuevas técnicas en procesos productivos del hierro, diseño y mantenimiento de caminos, asesoramiento en la construcción de vía férreas, mejora de la industria de molienda de los cereales, colaborador en comisiones y editor de informes y memorias, entre los que destaca el Informe sobre modificaciones en las forjas para mejorar la fabricación del hierro, en 1831.

FRANCISCO ANTONIO ECHÁNOVE Y ECHÁNOVE

Francisco Antonio Echánove y Echánove nació en Vitoria, en 1797. Pertenecía a una familia vizcaína de Mañaría, en la que predominaban los constructores e ingenieros, con actuaciones en el País Vasco y en el norte de Castilla. Su padre, Manuel de Echánove, fue ingeniero y arquitecto, que trabajó como ayudante de la Inspección General de Caminos.

Entre 1811 y 1816, estudió en el Real Seminario de Nobles de Vergara, perteneciente a la Real Sociedad Económica Bascongada. Siendo alumno y socio de esta institución, dedicó su vida al estudio "con el fin de servir a la Patria perfeccionando la agricultura, promoviendo la industria y extendiendo el comercio" como describen sus estatutos.

Entre 1817 y 1820, continuó en el Real Laboratorio Físico-Químico de Palacio.

En 1820, tras aprobar el examen, consiguió ingresar en la Escuela de Caminos y Canales de Madrid, que fue reabierta ese mismo año.

En mayo de 1822, consiguió un contrato como agregado del proyecto del canal que uniría los ríos Duero y Ebro, que no se finalizó.

En 1823, tras la restauración de Fernando VII en el trono español, la Escuela de Caminos fue obligada a cerrar por haber apoyado al gobierno constitucional.

Tras finalizar sus estudios, fue requerido por la Diputación del Señorío de Vizcaya para tomar parte de una Comisión de mejoras en la elaboración del hierro. En 1829, fue ascendido a director del proyecto Labranza experimental de ensayos, que pretendía conseguir una mejor eficiencia en la industria de las viejas ferrerías vizcaínas. Echánove tenía por delante la difícil tarea de fomentar un sector que se encontraba en crisis, y que aún no había renovado las técnicas de producción férrea.

A inicios de año, comenzó sus ensayos en las ferrerías de Anuncibay y Bedia. Los resultados de aquellas pruebas y mejoras quedaron impresos en el Informe sobre modificaciones en las forjas para mejorar la fabricación del hierro, que fue impreso por la Junta General de Guernica en julio de 1831.

REAL SEMINARIO DE VERGARA

Por solicitud de la Diputación, en los meses de octubre y noviembre Echánove emprendió un viaje por el sur de Francia e Italia, al objeto de visitar las ferrerías y analizar sus avances técnicos en siderurgia, como los altos hornos y el carbón mineral. Formaba parte de la llamada Comisión de mejoras en la elaboración del hierro, y pudo conocer numerosas instalaciones fabriles y agrícolas.

En Urdex, visitó una gran fundición al pie de los Pirineos, cerca de Canfranc, restaurada en 1828; los sistemas de riego instalados de Pau a Tarbes; algunos molinos harineros del valle del Garona; unos plantíos de moreras para obtención del gusano de seda en Lyon; la fábrica de tejidos de algodón en Tour du Pim; una plantación de cáñamo y una fábrica de guantes en Grenoble; varias ferrerías de acero en Ribes; fábricas de paños y papel en Chambery; y multitud de instalaciones y herramientas ganaderas u obras públicas por cualquier población de su largo itinerario hasta Turín.

De entre todos aquellos centros productivos, destacaron las fundiciones de hierro de Foix y Toulouse, donde pudo comprobar los mayores rendimientos de la metalurgia francesa, aunque ésta seguía usando carbón vegetal. La técnica francesa implicaba la mejora en rendimiento, que Echánove adaptó en su informe al caso vizcaíno, incluyendo modificaciones en el sistema productivo. Pero mantenía el sistema basado en carbón vegetal hasta mediados del XIX, no adoptaba la quema del carbón mineral como fuente de energía del alto horno británico.

Todas aquellas experiencias y conocimientos quedaron escritos en un Diario de viaje, en cuyo informe aseguraba la necesidad de adoptar las nuevas técnicas europeas en el sistema de producción férrea del Señorío.

En marzo de 1833, Echánove fue nombrado ingeniero de la Empresa del Real Canal de Castilla la Vieja, en la que también trabajaba su primo Francisco Echánove Guinea. Esta misma empresa le solicitó como director económico del proyecto Desagüe de la Laguna de la Nava de Campos, en Palencia, estableciéndose en Grijota, en mayo. Se acerba así a su gran vocación, la ingeniería agrónoma. El proyecto tenía dos objetivos: la explotación agrícola de más de 2.000 hectáreas de tierra que periódicamente se inundaban; y la prevención sanitaria de 4.000 vecinos de los pueblos próximos de contagiarse de fiebres desarrolladas por el estancamiento de las aguas. Pero, el proyecto no se materializó hasta 1839, debido a la oposición de los labradores de la zona y las trabas de la administración.

CANAL DE CASTILLA

Durante su estancia en el entorno rural castellano, pudo observar la rudimentaria obtención de harina en los molinos del Canal de Campos, donde aún se cernían las moliendas en cedazos cilíndricos movidos a brazo. Después de estudiarlo, propuso la transformación de este procedimiento por el sistema americano, con el que la limpia, molienda y cernido clasificado se hacían sin intermitencia, mediante maquinaria movida por ruedas hidráulicas o fuerza de vapor.

En febrero de 1837, se asignaron las tierras desecadas de la laguna a los nuevos propietarios labradores. Desgraciadamente, los vecinos de los pueblos colindantes reaccionaron destruyendo las obras de desecación y acondicionamiento como venganza, pues pretendían apoderarse de aquellos terrenos. El agua volvía a extender, lo que generó un retraso en el curso del proyecto.

En estos meses de 1837, Echánove recibió la dirección de la Jefatura económica de la empresa, de forma interina. Esto le sirvió para poner en marcha su proyecto de instalar una fábrica de harinas aprovechando el salto de una de las esclusas del canal, en Dueñas, cuyo funcionamiento sería mediante el sistema americano. Fue la primera productora del sector que introducía el sistema hidráulico en Castilla, en diciembre de 1838.

La empresa consiguió grandes resultados en el proceso productivo de harinas, que decidió construir otras dos instalaciones análogas. No solo incluyeron a todos los molinos del canal, sino de los de los ríos y cauces inmediatos, creando grandes beneficios a la agricultura, a los fabricantes y a la navegación. Echänove se había convertido en el precursor de las modernas fábricas de harinas en Castilla.

FÁBRICA DE HARINAS SAN ANTONIO DEL CANAL DE CASTILLA

En 1838, escribió un interesante estudio de carácter práctico Apuntaciones sobre el empleo de presidiarios en las Obras Publicas sobre su experiencia en el aprovechamiento de reclusos como mano de obra en la construcción del canal, y fue miembro de la Sociedad Económica Palentina de Amigos del País.

En 20 de julio de 1838 emprende nuevo viaje a Toulouse, pero como no podía atravesar el País Vasco en plena Primera Guerra Carlista, fue por Burgos a embarcarse a Santander. Tras arriar en San Sebastián, describió obras públicas, explotaciones ganaderas y agrícolas e instalaciones productivas tanto de poblaciones vascas como francesas por las que pasó, dejando un amplio Diario de viaje sobre sus observaciones. Sobre las comunicaciones entre ciudades, Echánove trataba de introducir en la conservación de los caminos de España todos los adelantos apreciados por él mismo en las carreteras de Francia.

En 1839, terminaba sus servicios en la Empresa del Canal de Castilla y pasaba a trabajar en la dirección del Camino Carbonífero de Asturias, con residencia en Oviedo. Era requerido por otras empresas debido a su conocimiento sobre el mantenimiento de caminos y la construcción vías férreas, redactando informes y proyectos.

En octubre de 1840, Echánove fue destinado a la dirección de las obras públicas del distrito de obras públicas de Burgos, ciudad en la que se instaló. Desde este cargo, pudo introducir adelantos que había estudiado en el último viaje por el sur de Francia. Un año después, publicó la obra Reglamento para el servicio de camineros en la conservación de caminos.

En 1845, casó con Elena Arcocha, con la que tuvo diez hijos. Pertenecía a familia de abolengo vascongado procedente del valle de Orozco, que se afincó en Burgos en el siglo XVIII.

A mediados del siglo XIX, el gobierno constitucional de Isabel II emprendió un plan de construcción de líneas de ferrocarril en España. En agosto de 1848, Echánove fue nombrado ingeniero-jefe obras públicas de las Provincias Vascongadas y Navarra, con residencia en Vitoria.

FERROCARRIL DEL NORTE

En 1851, Echánove fue solicitado por el ayuntamiento de Vitoria para formar parte entre los expertos de la Comisión del Ferrocarril del Norte para ejecutar una vía férrea que uniese los ríos Ebro y Bidasoa pasando por Vitoria, cuya construcción estaba asignada a una empresa de Bilbao por el gobierno central. La comisión tenía que decidir si prestar apoyos materiales a la línea del Ferrocarril del Norte y establecer el mejor itinerario desde el punto de vista económico y ejecutivo.

En 1852, a petición del ayuntamiento, emitió un dictamen final sobre el trazado de la línea férrea Ebro-Bidasoa pasando por Vitoria, la primera en el norte de España. Un año después, formaría parte de la comisión que gestionase la concesión de la línea del ferrocarril del Norte junto a otras dos personas destacadas de Vitoria.

Ascendido a ingeniero inspector del Distrito de Valladolid, en 1854, tuvo a sus órdenes en Präxedes Mateo Sagasta, que estaba destinado en Zamora por ser diputado y jefe de la Junta Revolucionaria de esta provincia.

En 1855, Echánove abandonó voluntariamente su puesto en el Cuerpo de Ingenieros de Caminos, tras más de treinta años de servicios al Estado. No estaba interesado en seguir siendo inspector general o consejero de obras públicas, en continuar con sus asesoramientos viales e industriales. Decidió dedicarse a proyectos personales de explotaciones agrícolas en las provincias de Palencia y Burgos, pues la agronomía era su auténtica vocación.

Así, se instaló en terrenos rústicos de Dueñas, propiedad de su mujer, provincia de Palencia y cercano a Valladolid, estableció su propia Granja del Pasatiempo, basada en explotaciones agracias y ganado lanar y vacuno. Para realizar experimentos de cultivos aprovecho el monasterio de San Isidro de Dueñas, que había adquirido en subasta en 1852, tras la desamortización de los bienes de la Iglesia por Álvarez de Mendizábal.

Ayudado por una escogida biblioteca de agricultura, escribió algunos folletos que publicó en Burgos con la intención de divulgar la ciencia agrónoma. No eran trabajos originales tras una severa investigación, pues la finalidad era la aplicación práctica entre la clase trabajadora más ignorante. Aquellos informes tenían por títulos Memoria sobre el cultivo de la remolacha (1859) y Medios prácticos para la fabricación de vinos tintos y claretes (1865).

Aunque hizo referencia al carácter industrial de la planta productora de azúcar y del vino, se centró más en aspectos relacionados con el cultivo (terrenos, labores, semillas, almacenaje, épocas y métodos de siembra, etc.). El informe de la remolacha fue abordado como planta forrajera para alimento de ganados, especialmente durante el largo invierno de Castilla.

El folleto Medios prácticos para la fabricación de vinos tintos y claretes (1865) fue lanzado al alcance de labradores e industriales para exponer conocimientos útiles.

En 1884, publicó en El Diario Palentino diversos artículos sobre Reformas urgentes para la mejora de la Agricultura en Esparza. En uno de ellos, Los intereses de Castilla, proponía la fundación de cooperativas vinícolas por parte de vinicultores de las márgenes del Pisuerga.

FRANCISCO ANTONIO ECHÁNOVE Y ECHÁNOVE

Fue vicepresidente de la Junta de Agricultura de Burgos y, en 1859, al celebrarse una exposición agrícola en Valladolid, propuso la creación de una Sociedad Castellana de Emulación y Fomento. El espíritu de esta sociedad era "La unión hace la fuerza", y su divisa "Todos y cada uno". Parece una clara imitación de la Sociedad Económica Bascongada de Amigos del País que tanto conocía Echánove, cuyo lema era "Las tres son una" (Irurak bat).

En 1867, intentó montar en ciertos terrenos desecados una gran explotación agrícola, aunque no logró superar las dificultades burocráticas y la incomprensión de los agricultores de la zona. En 1876, remitió un escrito a la Dirección General de Agricultura encomiando la importancia de la repoblación forestal.

Una Real Orden de noviembre de 1856 facultaba al gobernador de Burgos a nombrar a Echánove como regidor de Obras y Aguas, y de Paseos y Arbolados de la ciudad, muy acordes ambas con su profesión y sus aficiones, pero sin su consentimiento. Rechazó el cargo en varias ocasiones, ausentándose ya en la primera sesión del Ayuntamiento. En su defensa aseguraba por misiva al gobernador:
"Me he propuesto dar a conocer nuevos útiles y prácticas agrícolas, cuya realización sin mi presencia sería imposible... hago un servicio práctico tan útil a la Agricultura como al Estado..."

Mantuvo un pleito de más de tres años con el ayuntamiento de Burgos hasta conseguir la anulación. Falleció en esta ciudad en 1895.


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