PATRIOTAS VASCONGADOS Y NAVARROS

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ANTROPOLOGÍA SOCIAL Y CULTURAL

06/11/2023

Joaquín María de Ferrer y Cafranga


Político liberal que ocupó varios cargos en los gobiernos liberales durante la regencia de María Cristina, llegando a ser presidente del Consejo de Ministros, ministro de Estado y ministro de Hacienda en 1841

JOAQUÍN MARÍA DE FERRER Y CAFRANGA

Joaquín María de Ferrer y Cafranga era natural de Pasajes de San Pedro, donde nació en 1861. Su padre fue Vicente Ferrer y Echeverría, veedor de cuentas, diputado y contador de la Real Armada, y de Manuela de Cafranga y Villabaso, ambos eran vascos.

Durante los años 1811 y 1815, en los últimos de la Guerra de la Independencia española, estuvo destinado en el Virreinato del Perú. Allí fue capitán del Regimiento de Voluntarios Distinguidos de la Concordia Española del Perú. Después, fue destinado al Virreinato de la Plata, donde prestó servicios económicos y diplomáticos, presenciando el estallido de los primeros movimientos emancipatorios hispanoamericanos.

En 1820, regresaba a la España peninsular, siendo nombrado diputado electo de Cuenca y vicepresidente de la sociedad Amantes del Orden Constitucional. Ese mismo año, recibió la medalla de la Orden de Isabel la Católica. Además, fue uno de los miembros de la Junta del Banco de San Carlos (Banco Central de España), directivo de la Compañía Mercante de Filipinas, y compró fincas urbanas del Crédito Público en Madrid.

Su pensamiento político estaba en contra del Antiguo Régimen Absolutista de Fernando VI. Era un ferviente defensor del Constitucionalismo español y el Estado liberal, por eso fue nombrado diputado por Guipúzcoa durante el Trienio Liberal, entre 1822 y 1823.

Tras la invasión de los Cien Mil Hijos de San Luis y la reposición de Fernando VII al trono de España, en 1823, tuvo que exiliarse en Francia y Reino Unido. De hecho, fue condenado a garrote vil y requisado su patrimonio unos años después. En París, fue retratado y también a su mujer Manuela de Álvarez Coíñas por Francisco de Goya y Lucientes en 1824, durante una visita del pintor aragonés, y mantuvo un intercambio epistolar. También fue retratado por Jean Baptiste Jacques Augustin.

JOSÉ JOAQUÍN FERRER EN LONDRES

En Londres, Ferrer se dedicó a la bibliografía, trabajando con intelectuales británicos sobre publicaciones literarias. Adquiría libros clásicos de la cultura española que luego revendía, cuyo beneficio empleaba en proteger a amigos y colaboradores liberales que se refugiaban en Inglaterra. Entre los libros más destacados estuvieron una edición sobre la biografía de La Monja Alférez, sobre Catalina de Erauso, publicada en alemán, francés y español; una edición de El Quijote en miniatura que tuvo dos ediciones; y un estudio original Espíritu de Cervantes. Es destacable su libro Cartas autógrafas, publicado ya en España, en 1837.

En 1833, moría Fernando VII, caía el Absolutismo de forma definitiva en España y se implantaba el primer régimen constitucional estable bajo la minoría de edad de Isabel II. La reina regente María Cristina permitió una amnistía a los exiliados políticos enemigos de Fernando VII, entre ellos Ferrer.

En 1834, fue nombrado procurador en Cortes, en representación de Guipúzcoa. Eran momentos especialmente convulsos, había estallado la Primera Guerra Carlista, encabezada por otro guipuzcoano llamado Tomás de Zumalacárregui, quien sería entonces su enemigo político.

Tras el motín militar de La Granja y el restablecimiento de la Constitución de 1812 por la regente María Cristina, en 1836, el presidente del Gobierno español, José María Calatrava, le nombró ministro de Hacienda. Tras tomar cargo del cargo, abandonó al día siguiente por enfermedad.

JOSÉ MARÍA CALATRAVA Y BALDOMERO ESPARTERO

Sin embargo, se mantuvo en la alta política nacional, vinculado al Partido Progresista de Baldomero Espartero, junto al liberal progresista alavés Salustiano de Olózaga. Fue elegido presidente de las Cortes Generales de 1836 a 1837, tomando parte en la redacción de la Constitución de 1837. Mientras tanto, fue elegido diputado de Guipúzcoa en 1836 y en 1837, y senador de Navarra en 1841.

En 1840, siendo alcalde de Madrid, fue nombrado presidente de la Junta Revolucionaria de Madrid.

Cuando Espartero asumió la Regencia entre 1840 y 1843, Ferrer fue nombrado de nuevo ministro de Hacienda interino y vicepresidente del Gobierno de 1840 a 1841, además, fue presidente del Consejo de Ministros en 1841.

Con la salida de, duque de la Victoria, Baldomero Espartero, apenas participó en la actividad política, salvo para algunas misiones diplomáticas y de relaciones comerciales internacionales. En 1842, fue destinado a Londres como ministro plenipotenciario en Inglaterra. Tres años después, fue nombrado senador vitalicio, siendo presidente de la Cámara Alta.

En 1855, aparecía como vocal de la Junta Consultiva de Ultramar. Trabajó por la modificación de los Fueros de Navarra, siendo propietario de numerosas sociedades de fundición de hierro y minas de carbón. Sus últimos cargos administrativos fueron los de alcalde y juez ordinario de Hijosdalgo, regidor de Guernica y gentilhombre de Cámara.

En septiembre de 1861, murió en Mondragón.

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