San Juan Pie de Puerto (Saint Jean Pied de Port en francés) es el tradicional lugar de inicio del Camino Francés de la Ruta Jacobea en su tramo navarro. Es la capital de la Baja Navarra, en el departamento francés de los Pirineos Atlánticos. La Navarra de Ultrapuertos quedó al margen de la anexión de Navarra a la Monarquía española, en 1512, y perteneció independiente hasta finales de ese siglo, cuando Enrique III de Navarra fue coronado como Enrique IV de Francia. Mantuvo sus antiguos privilegios hasta la Revolución Francesa, en 1789.
En esta ciudad acampó Carlomagno tras recuperar los cadáveres de los doce Pares que fueron velados con cirios clavados sobre lanzas en la batalla de Roncesvalles.
Encrucijada de caminos, esta ciudad amurallada fue centro de intercambios de productos de la zona, especialmente de las manufacturas de lana y queso. Mercancías y personas debían pagar el portazgo para acceder a su mercado interior. Los peregrinos entraban por la Puerta de Saint Jacques, monumento Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, en 1998, dentro de los Caminos de Santiago en Francia.
SAN JUAN PIE DE PUERTO |
La Ciudadela, edificada en el antiguo palacio de los reyes de Navarra, se asienta sobre una explanada a la que se accede por la Puerta del Rey, junto a la Casa de los Gobernadores. El bastión es un magnífico mirador sobre la ciudad y los valles pirenaicos.
Por la calle de la Ciudadela, aparecen las casonas decoradas con conchas peregrinas y con inscripciones y detalles labrados en sus dinteles, como por ejemplo, la Casa Arcanzola, en el siglo XVI, casa natal del pintor y jesuita Juan de Mayorga, o la Cárcel de los Obispos, y termina junto a la Iglesia de Notre Dame du Bout du Pont. Esta última es un templo gótico del siglo XIV construido sobre la iglesia primitiva, que mandó construir Sancho VII el Fuerte para conmemorar la victoria de las Navas de Tolosa (Jaén) en 1212 frente a los musulmanes. Consta de tres naves y presbiterio poligonal, cubiertos con bóvedas de crucería.
El camino pasa por la Puerta de Navarra, o del Mercado, el puente de la iglesia y la Puerta de España, construida sobre la antigua calzada romana que unía Astorga y Burdeos.
SAN JUAN PIE DE PUERTO |
Desde Saint Jean, los peregrinos ascendían por los puertos de Cisa hasta el siglo XII. Pero desde el XIII empezó a ser frecuente la subida al Puerto de Ibañeta por Valcarlos, hoy convertida en carretera, a través del Puente internacional de Arnegui, última población francesa, para entrar en Pekotxeta, el barrio fronterizo del lado español. Hoy en día, el trayecto se realiza a través de los puertos de Cisa.
Por el puente antiguo salió Carlos VII en 1876, cuando el pretendiente al trono de España puso final a las Guerras Carlistas.
El valle del río Luzaide se estrecha al ascender a Valcarlos, ciudad que recoge los hechos legendarios narrados en el cantar de gesta Chason de Roland y en el Codex Calixtinus.
Valcarlos se compone de cinco barrios. En el principal, Eleizalde, se encuentra la Iglesia de Santiago, destruida durante la Guerra de la Convención en 1793 y reconstruida en 1799. Junto a ella existió un hospital de peregrinos, otro más, ascendiendo el puerto, en la Venta de Goroscaray, y el último en la cima del puerto. Los tres hospitales eran dependientes de la Colegiata de Roncesvalles.
IGLESIA DE SAN SALVADOR DE IBAÑETA |
Sobre la cima del puerto de Ibañeta confluían los dos itinerarios. Allí se alzaba la Cruz de Carlomagno, desaparecida a finales del siglo XVIII. En la actualidad se encuentra el monolítico Monumento a Roldán, uno delos generales de Carlomagno.
La Iglesia de San Salvador de Ibañeta ha dependido de la Abadía de Leyre desde 1071, y de Roncesvalles desde el siglo XIII. Ha sufrido el desgaste del tiempo, un incendio en 1794 y varias reconstrucciones hasta reducirse a la ermita actual desde 1965.
En Roncesvalles-Orreaga se une la tradición jacobea con la épica, pues además de ser hospital de peregrinos resulta ser el campo de batalla donde fue derrotado Roldán.
El Hospital de Peregrinos fue fundado en 1132 por iniciativa del obispo de Pamplona, financiado con generosas donaciones y mantenido por un cabildo de canónigos regulares que vivían según la regla de San Agustín, más tarde bajo la autoridad del Papa. Fue reformado en el siglo XVIII. Cada peregrino hospedado tenía derecho a pasar tres noches, correspondiéndole comidas y cenas, descanso, aseo personal y cura de enfermedades si padeciese.
REAL COLEGIATA DE NUESTRA SEÑORA DE RONCESVALLES |
La Colegiata de Nuestra Señora de Roncesvalles fue mandada edificar por Sancho VII el Fuerte, uno de los vencedores de la batalla de las Navas de Tolosa. Siguiendo el modelo de los templos góticos franceses, tiene tres naves separadas por gruesas columnas, de las que arrancan los nervios de las bóvedas que cubren los laterales y los arcos apuntados de la nave central. La cabecera es poligonal y tiene cinco esbeltos ventanales con vidrieras modernas. La imagen de la titular es gótica, del siglo XIV. En otra capilla lateral hay un retablo con la imagen de Santiago Peregrino.
El actual claustro de la colegiata, reedificado en el siglo XVII, es el antiguo claustro gótico, donde hubo un gran número de sepulcros. En un lateral, la Capilla de San Agustín o Sala Capitular constituye el Mausoleo Real de Sancho VII, que expone el sarcófago del gran rey navarro y la cadena arrebatada al Miramamolín sarraceno durante aquella batalla.
SEPULCRO DE SANCHO VII EN LA SALA CAPITULAR DE RONCESVALLES |
El conjunto formado por el museo, el archivo y la biblioteca atesoran un conjunto de esculturas y pinturas de la colegiata, un grupo de libros entre los que destaca el Códice de La Pretiosa, del siglo XIV, a la vez libro de coro y cartulario histórico, objetos de orfebrería destacando el evangelio de Roncesvalles, el ajedrez de Carlomagno, y la esmeralda de Miramamolín, arrancada por Sancho VII del turbante del enemigo musulmán.
Junto al recinto de Santa María de Roncesvalles se encuentra la Iglesia de Santiago, templo gótico del siglo XIV. La Capilla del Espíritu Santo o Silo de Carlomagno es un edificio románico del siglo XII, de planta central, que albergaba pinturas dedicadas a la batalla de Roncesvalles, destinado al uso funerario de los peregrinos que morían en la villa.
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