PATRIOTAS VASCONGADOS Y NAVARROS

TERRITORIO

ANTROPOLOGÍA SOCIAL Y CULTURAL

06/06/2023

Francisco José de Uriarte


Teniente de navío de la Real Armada participante en la batalla de Trafalgar y en diversas expediciones militares y científicas del siglo XVIII

FRANCISCO JOSÉ DE URIARTE

Francisco José de Uriarte 
y Borja nació en el Puerto de Santa María, Cádiz, en 1753. Era descendiente directo de una señera familia vizcaína, natural de Elorrio, asentada en Cádiz durante el siglo XVIII. Su padre era Miguel de Uriarte y Herrera, caballero de la Orden de Santiago en 1767, y su abuelo era hijo de Juan de Uriarte, natural de Elorrio. Su madre Marí de Borja y Lastrero, era descendiente de la casa de Borja, duques de Gandía.

ya sea por tradición marinera vasca o por criarse en un ciudad portuaria, Uriarte tuvo una fuerte vocación marinera que le hizo alistarse en la Real Armada española a los 21 años de edad, en 1774. Lo hizo como cadete de la Academia de Guardiamarinas del Departamento Naval de Cádiz.

Tras un año de estudios teóricos, Uriarte fue ascendido a oficial con el grado de alférez de fragata y llevado por primera vez a una intervención naval. Hizo su bautismo de fuego formando parte de la Expedición militar a Argel, al mando del general navarro Pedro González de Castejón. Se trataba de una invasión combinada de tropas navales y terrestres de aproximadamente 50 navíos y más de 20.000 soldados, que pretendía tomar el puerto y su ciudad, foco de piratas berberiscos que dificultaba el comercio español por el Mediterráneo. Gardoqui ayudó de forma activa al rembarco de tropas tras fracasar la misión.

Entre 1777 y 1782, participó en el asalto de la isla Santa Catalina, el asedio a Gibraltar y la refriega del cabo Espartel contra el almirante británico Rodney. Durante esta última, que acabó en desastre, estuvo a las órdenes de Juan Lángara y fue compañero de Ignacio María de Álava. Así mismo se halló en 1780 en una escuadra de 7 navíos sobre el Cabo de Santa María, la que sostuvo batalla contra 22 navíos ingleses: el combate del Cabo de Santa María.

Entre 1788 y 1789, formó parte, como marino-científico, de la expedición al estrecho de Magallanes del almirante Antonio de Córdoba, llegando hasta el cabo de El Pilar, límite occidental de aquella área en Tierra de Fuego.

Después de su regreso fue destinado a la Escuadra del Mediterráneo en 1793, de nuevo bajo la autoridad de Lángara, con objeto de enfrentarse a las tropas de la República Francesa durante la Primera Coalición. Allí trabaría amistad con el propio Hidalgo de Cisneros. Posteriormente se le asignó a diversas comisiones de servicio para traer caudales desde el Río de la Plata.

A principios del siglo XIX, estuvo junto al almirante José Mazarredo en Brest con los buques Terrible y Concepción, etapa en la que forjaría igualmente una estrecha relación con Cosme Damián de Churruca. Desde entonces y por su consumada pericia marinera, se hallaría al mando de algunos de los mejores buques de la Armada, siendo los casos de los navíos Príncipe de Asturias, Guerrero y Argonauta.

En marzo de 1805, era ya la primera autoridad del Santísima Trinidad, bajo los auspicios de su amigo y jefe Cisneros, quien confiaba en él plenamente.

Durante el combate de Trafalgar acabaría herido y hecho prisionero tras neutralizar parte de la potencia de fuego del navío inglés Victory.

Esta es la narración de las acciones realizadas por el Santísima Trinidad durante las cinco horas que duró su asedio, según el informe Historia de los principales acontecimientos marítimos de la Guerra contra la Gran Bretaña declarada el 12 de diciembre de 1804, que guarda el Archivo del Museo Naval de Madrid:

"El Navío Trinidad, conociendo la intención del enemigo que se dirigía a cortar la Línea tres Navíos de tres puentes, por entre su popa y proa del Bucentaure, maniobró para evitarlo. Al fin lo verificó el Victory por la popa del Neptune francés, y colocándosele al Trinidad por la aleta de estribor, y los otros dos que lo seguían por costado de babor fue puesto el Trinidad entre dos fuegos. En esta disposición emprendió el combate de lo más sangriento y vigoroso desde las 12 del día [exactamente 12 y veinte]. A las 3 de la tarde se hallaba con tantas averías que trató salir de Línea para separarse algún tanto, y evitar se le echara encima el Bucentaure, ya desarbolado; pero no pudiéndolo conseguir siguió batiéndose con obstinación. A las 3 y media se encontraba el Navío sin gobierno, desarbolado de todos sus palos, inutilizada mucha parte de su artillería y la restante sin poder hacer fuego por tener los costados embarazados con los destrozos de su arboladura y velamen, cubiertas sus baterías de cadáveres y heridos, y con muchas averías. Sin embargo, siguió sin rendirse hasta las 4 de la tarde, que no siéndole absolutamente posible aguantar más la acción, arrió su bandera por evitar la total mortandad de la gente que sin poder hacer fuego lo estaba sufriendo (pensamos que este dato es inexacto en la fuente que utilizamos, pues por otras fuentes consultadas, españolas, inglesas y francesas, se nos indica que la rendición se produjo aproximadamente pasadas las 4, acercándose más bien a las 4 y cuarto de la tarde)."

La destrucción de la escuadra combinada franco-española en Trafalgar trajo consigo la destrucción de valiosos recursos humanos y técnicos y el colapso del tráfico marítimo con los virreinatos hispanoamericanos. En última instancia, Trafalgar supuso el inicio del declive de España como potencia marítima.


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