PATRIOTAS VASCONGADOS Y NAVARROS

TERRITORIO

ANTROPOLOGÍA SOCIAL Y CULTURAL

14/03/2023

Reinado de Sancho VII: la batalla de las Navas de Tolosa


El reinado de Sancho VII el Fuerte comenzó el 27 de junio de 1194, momento del fallecimiento de su padre Sancho VI el Sabio, de la dinastía Jimeno. Sancho VII se coronaba en Pamplona recibiendo un reino que proteger frente a las aspiraciones de los dos grandes reinos cristianos hispánicos que la rodeaban, Castilla y Aragón. Mediante el uso de la fuerza militar y de las relaciones diplomáticas pudo ganarse el respeto en las Cortes españolas así como en las europeas.

Sus familiares estaba bien relacionados con estas Cortes. Su madre Sancha era castellana, hija de Alfonso VII el Emperador y hermana de Alfonso VIII. A este último había mostrado vasallaje su padre, Sancho VI. También era hermano de Berenguela de Navarra, mujer de Ricardo Corazón de León, señor de los condados fronterizos gascones. Se le apodó el Fuerte debido a su enorme estatura y fortaleza.

ESCULTURA DE SANCHO VII EL FUERTE

Tras la derrota de los castellanos en Alarcos, en 1195, por un Ejército de almohades, Sancho VII aprovechó su debilidad para saquear desde Soria hasta Medinaceli. Una mediación de Alfonso II de Aragón logró una reunión entre los reyes de Navarra, Castilla y Aragón, en febrero de 1196, por el que Sancho VII dejaba de lanzar ataques a Castilla.

En marzo de 1196, el papa Celestino III le concedía el nomenclátor de Regibus Hispaniarum a cambio de que rompiese su neutralidad con los almohades. Pero tanto, el papa como los reyes de Castilla y de Aragón sospecharon que el navarro continuaba cobrando parias.

En mayo de 1198, Pedro II y Alfonso VII acordaban en el Tratado de Calatayud un reparto del espacio navarro, tomando como línea divisoria principal el valle del Arga. Algunos varones alaveses participaron en estas tercerías de tenencias, pues no mostraban lealtad a Sancho VII. Ya se firmaron repartos de este tipo entre Castilla y Aragón años antes: Carrión de los Condes, en 1140; Tudején, en 1151; Lérida, en 1157; Cazorla, en 1179.

Mientras Pedro II tomaba Burgui y Aibar, Alfonso VII conquistaba Miranda e Inzuri. Sancho intentó forzar una alianza con Pedro II tratando de casarle con su hermana Teresa en febrero de 1199, pero el papa declaró ilícito aquel enlace. Aun así, los aragoneses se retiraron de tierras navarras.

TERRITORIOS CONTROLADOS POR SANCHO VII

En abril de 1199, moría Ricardo I de Inglaterra, cuñado y aliado de Sancho VII. Su hermana Berenguela no dejó descendencia con el inglés. Esto hizo que Alfonso VII reclamase el legado de Gasconia por parte su esposa Leonor.

Sancho VII presentó su posibilidad de sucesión dinástica por mediación de su otra hermana Blanca, duquesa consorte de Champaña. Además, llegó a presentarse ante el sultán almohade para establecer una alianza contra Castilla. Razón por la cual, Alfonso VII recibió un fuerte apoyo de los súbditos vascos del Reino de Aquitania.

Mientras que Alfonso VIII sitiaba la ciudad de Vitoria a finales de año, Sancho VII se hallaba en Sevilla esperando el regreso de sus embajadores del sultán Boyac Miramamolín, que se hallaba en su Reino de Tremecén. Pero al estar en guerra contra el Reino de Túnez, no pudo aliarse con el rey navarro. Cuando regresó había perdido el control político de la tenencia de Álava, la provincia de Guipúzcoa y la merindad de Durango, con sus ciudades Vitoria y San Sebastián. Esta última ciudad aún no pertenecía a la provincia, estaban unidas a la misma Pasajes y Fuenterrabía, lo que hizo que Navarra perdiera territorio al mar para siempre.

En octubre de 1202, Pedro II, Alfonso VIII, Sancho VII y Alfonso IX, mediante el Tratado de Alfaro, los cuatro reyes cristianos hispánicos se comprometían a establecer una tregua.

El Tratado de Guadalajara, en octubre de 1207, renovó la tregua otros cinco años más. Se intercambiaron castillos en rehén de buena fe y se autorizaron mutuamente el tránsito de cien caballeros por el territorio del otro.

Esta mejor relación de Navarra con los reinos cristianos peninsulares se incrementó en el Tratado de Monteagudo con Aragón, en 1209, en el Sancho VII y Pedro II prometieron ayudarse. El aragonés empeñó los castillos de Peña, Escó, Petilla y Gallur por veinte mil maravedíes, y poco después el castillo y villa de Trasmoz.

TAPIZ DE SANCHO VII EN LAS NAVAS DE TOLOSA

En 1211, el sultán Miramamolín de los almohades había entrado en la península y tomado el castillo de Salvatierra (Ciudad Real) por medio de su emir Anasir. Esta ofensiva provocó la alarma en Alfonso VIII. El papa Inocencio III, convocó una cruzada de reinos cristianos hispánicos, con la colaboración de refuerzos traídos desde Francia. Se fueron adhiriendo a la unión militar el aragonés Pedro II, el leonés Alfons IX que finalmente no acudió, el vizcaíno Diego II López de Haro, y por supuesto el castellano Alfonso VIII.

Sancho VII tomó parte en la contienda con doscientos caballeros, así como en las deliberaciones de la estrategia a seguir para derrotar al Ejército almohade. El 7 de julio de 1212, con consejo de guerra, Alfonso VIII quería sitiar Salvatierra, pero Sancho VII prefirió generar un encuentro en campo abierto. En la batalla de las Navas de Tolosa, acontecida el 16 de julio de 1212, Sancho VII el Fuerte entró en la gloria militar.

En recompensa por el apoyo, Alfonso VIII restituyó para Navarra los castillos de Burandón (Álava), Alcázar, Toro y Marañón (Navarra). Y se lo reconocería con estas palabras:
"Non quiso apartar del servicio de Dios el prez de la su valentía nin de su corazón."
VIDRIERA EN LA SALA CAPITULAR DE RONCESVALLES

Desde entonces. Sancho VII ya no consideraba a los dominios musulmanes hispánicos como posible aliados, sino como tierras a conquistar. A través de Aragón, dirigió una expedición militar a la vez que diplomática hacia el Levante peninsular. Se trató de una política de pactos de vasallaje desarrollado por señores de los territorios en la ruta de Tudela a Valencia. A cambio, Sancho VII ofrecía préstamos y subvenciones que el rey de Aragón no podía. De hecho, hasta Fernando, hermano de Pedro II, les debía dinero.

A las plazas aragonesas conseguidas en 1209, por deudas contraídas con Aragón, habría que sumar la villa y castillo de Los Fayos (Zaragoza).

En 1213, tomó en préstamo la villa y castillo de Chodas y la peña de Zalatamor, entregados por el señor de Albarracín, Pedro Fernández, aliado de los señores locales, los Azaragra, de origen navarro, para que "podáis desde allí hacer la guerra o la paz a quien quisieres mientras fuera fianza vuestra". Otros once castillos más fueron adquiridos entre 1219 y 1225.

La avanzadilla sobre los reinos islámicos fue establecida en Olocau (noroeste de Castellón), apoyado por las plazas vecinas de Linares y Jorcas, también compradas por Sancho VII.

La bula de Honorio III dirigida a Sancho VII, titulada Acerca de la confirmación apostólica sobre castillos de la frontera de los sarracenos, aparecían estos otros lugares fronterizos con moros: Castronuevo, Alehedo, Allocaf, Mallo, Peña de Aranón, Arzediello y Avengalbón. Años más tarde, Jaime I de Aragón empeñó a Sancho VII sus castillos de Castelfabib y Ademuz, en la parte sur del sistema Ibérico.

Mientras desarrollaba esta estrategia de frontera, pudo unirse a la cruzada del papa Honorio III para la reconquista de Alcácer do Sal, en 1217, en apoyo del Reino de Portugal.

ESCUDOS DE SANCHO VII Y LAS NAVAS DE TOLOSA

Dos años después, en 1219, dos bulas del mismo papa permitían una cruzada a las tierras de Levante. Mientras Sancho VII dirigía sus tropas atravesando territorios de Aragón, otro navarro, el arzobispo de Toledo, Rodrigo Ximénez de Rada, lo hacía con las de Castilla. Los navarros, aunque consiguieron importante botín de guerra, no pudieron apoderarse de Requena, su principal objetivo. Este ejército de cruzados perdió unos 2.000 hombres, y tuvo que ser el Reino de Aragón el que reconquistara Valencia para la Cristiandad años más tarde.

Durante toda esta década, Sancho VII se había mostrado como el rey "senior" de la península, ya que Alfonso VIII y Pedro II había muerto poco después de la batalla de las Navas de Tolosa. Sus sucesores en el trono fueron efímeros y menores de edad: Enrique I, siendo un niño, reinó Castilla desde 1214 hasta 1217; en Aragón, Jaime I, se coronó siendo un niño bajo la tutela de los templarios y de su tío Fernando, hermano de Pedro II.

Mantuvo buenas relaciones comerciales con Aragón, y en 1214 acordó el libre tránsito de mercaderes de uno y otro lado.

Sancho guardó una especial vinculación con el Monasterio de Roncesvalles, llegando a patrocinar la construcción de la iglesia de la colegiata. Fue la primera en introducir el arte gótico, con sus bóvedas sexpartitas, el triforio (galería con ventanales que rodea la nave central), pilares cilíndricos y arbotantes.

Durante su reinado y los reinados de la dinastía de Champaña, Navarra experimentó un auge demográfico, favorecidos por cambios en el régimen de explotación de la tierra. Los señores cedían tierras al pastoreo y la explotación forestal, los monasterios arrendaban sus prados para generar ingresos, y el rey cobraba el derecho de patronato a los monasterios a cambio de heredades reales. El excedente demográfico buscó su salida en la colonización de las tierras reconquistadas por Castilla. Y se establecieron las primeras relaciones comerciales con el Condado de Champaña y con la ciudad de Brujas.

CLAUSTRO DE LA COLEGIATA DE RONCESVALLES

Los últimos años de su reinado fueron difíciles a nivel personal. Encerrado en su castillo de Tudela, sufría gordura y un cáncer de pierda, también la melancolía por la muerte de su hijo Ramiro. También falleció su hermana la condesa Blanca de Champaña, en 1229. Su hermana Berenguela, reina viuda de Inglaterra, falleció en 1230, en Le Mans. También moría su aliado Alfonso IX de Castilla, sucediéndole Fernando III el Santo, que heredaba León por consentimiento de sus dos sucesivas esposas, Teresa de Portugal y Berenguela de Castilla.

Sancho VII se casó en 1195 con Constanza de Tolosa, hija de Ramón VI, conde de Tolosa. También casó con Clemencia, hija del emperador Federico I de Alemania. No dejó descendencia legítima con ninguna de las dos, pero tuvo varios hijos ilegítimos a la sucesión del trono fruto de sus relaciones extramatrimoniales. Según la Crónica del Príncipe de Viana, tuvo un hijo que murió a los quince años de edad por culpa de un accidente de caballo. Además, su hermano Fernando tampoco dejó un descendiente que asegurase la continuidad del linaje de los Jimeno. Esta situación le causó todo un dilema en el momento de asignar un príncipe legítimo y leal a su trono.

SEPULTURA DE SANCHO VII EN RONCESVALLES

En 1225, el conde Teobaldo IV de Campaña, sobrino de Sancho VII, se presentó en la Corte navarra de Tudela ante el rey para reclamar sus derechos a la sucesión del trono. Según la Crónica de Jaime I, Sancho le habría confesado al aragonés, la desconfianza que sentía hacia su sobrino Teobaldo, "aunque no tenemos otro pariente más cercano".

Ante esta situación, Sancho VII propuso al joven Jaime I el Conquistador un tratado de prohijamiento mutuo, de forma que el que muriera primero dejaría su reino al otro. Fue una reunión que tuvo lugar en Tudela, en enero de 1231, por la que Teobaldo quedaba excluido de la sucesión al trono navarro.

Según la Crónica de Jaime I, Sancho le había dicho que:
"... a pesar de todos los beneficios que le hemos hecho, dicho sobrino nos ha devuelto siempre mal por bien y se porta tan mal con nos que ha llegado a conspirar con nuestros hombres de Navarra para destrozarnos y alzarse rey."
"Quiero prohijaros y que a su vez vos me prohijéis, a sabiendas de que es normal que yo muera antes que vos, puesto que tengo setenta y ocho años y vos no habéis llegado a veinticinco."

Y, aunque la carta fue firmada por ambas partes en febrero de ese año, no llegaría a materializarse. Sancho VII pedía a Jaime I que se involucrara en una contienda contra el Reino de León, y este carecía de fondos para su financiación, ya que desplazaba todos sus recursos en su nuevo Reino de Mallorca y los preparativos de la reconquista de Valencia. Finalmente, Jaime I realizó testamento a favor de su hijo Alfonso.

Sancho VII falleció el 7 de abril de 1234, en Tudela, dejando al Reino de Navarra entre la presión militar de Castilla y las ambiciones legitimistas de Jaime I. Los poderes señoriales y urbanos se juramentaron a favor del conde Teobaldo IV de Champaña, apelando a una cierta autonomía respecto de los dos grandes reinos de España. Una comisión de noves se desplazó a Provins, en el norte de Francia, para ofrecer la corona a Teobaldo I de Navarra.

Recibió sepultura en la parroquia de San Nicolás. Años después sus restos fueron trasladados a la Real Colegiata de Santa María de Roncesvalles.

EXTENSIÓN TERRITORIAL DEL REINO DE NAVARRA CON SANCHO VII (1194-1234)

1. NAVARRA (TERRITORIO NUCLEAR)
2. VASCONGADAS (PROVINCIAS ANEXIONADAS AL REINO DE CASTILLA EN 1200)
3. ZUBEROA (IRRADIACIÓN FEUDAL DE ULTRAPUERTOS)
4. SEÑORÍO DE ALBARRACÍN (BAJO LA ESTRIPE NAVARRA DE LOS AZAGRA ENTRE 1166 Y 1168)
5. CASTILLOS Y CIUDADES (ADQUIRIDOS EN LA CORONA DE ARAGÓN Y EN LA FRONTERA MUSULMANA ENTRE 1209 Y 1231)
6. LÍNEAS DE PENETRACIÓN NAVARRA (FRENTE CONTRA EL ISLAM)

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