Gobernador y Comandante General de Nicaragua y Costa Rica
José Antonio Lacayo de Briones y Palacios nació en Viana, en 1679. Inició su carrera en la infantería española, llegando a ser Sargento Mayor de las milicias de infantería y caballería en 1710.
En 1712, fue nombrado justicia mayor y capitán general de la provincia de Costa Rica. Allí pasó una época muy difícil en el área de Cartago hasta el río del Salto, límite de Costa Rica con Nicoya y Nicaragua. Allí tuvo encuentros con los Zambos Mosquitos e invasores ingleses, y ataques por naves comandadas por piratas irlandeses.
Fue síndico general y dos veces primer alcalde ordinario y teniente gobernador de Nueva Granada. Además, ejerció el cargo de tesorero del papel sellado de las provincias de Nicaragua y Costa Rica.
El obispo doctor Benito Garret y Arlovi acusó al Sargento Mayor y alcalde Lacayo de Briones ante la Audiencia del ejercicio de comercio ilícito por la costa del norte con ingleses. La Real Audiencia encomendó la pesquisa a Pedro Martínez de Ugarrio. El cabildo de Cartago y el clero regular y secular informaron muy en favor de Lacayo de Briones con fecha 14 de Mayo de 1715. Fray Pablo de Otarola, guardián del convento de San Francisco de Cartago certificó que su declaración presentada por el obispo era falsa y añadió de la gravedad de su infamia. La Audiencia ordenó, el 15 de noviembre 1718, a salir de Costa Rica.
Salió huyendo de Costa Rica disfrazado de religioso franciscano para evitar persecución. En Junio de 1720, se le declaró recto, limpio y justificado ministro, digno de desempeñar los empleos que fuere de su Real agrado. La Audiencia lo tendría presente para lo que sea de su real servicio. Lacayo de Briones y Palacios construyó a sus expensas el convento de San Francisco de Esparza y se le retornó sus bienes y los 2.000 ducados que le fue multado. La Audiencia enjuició el acusador Pedro Ruiz de Bustamante y los religiosos que mintieron fueron ex-comulgados.
El 16 de Agosto de 1720, por la Real Audiencia obtuvo el nombramiento de teniente general.
En 1740, Nicaragua sufría un ataque del General inglés Handyse. El 21 de noviembre de mismo año, fue nombrado gobernador de las provincias de Nicaragua y Costa Rica. Marchando en ruta a León, se le informó de una insurrección del mulato Antonio Padilla, capitán de soldados pardos que sofocó con éxito.
A pesar de esto, las incursiones inglesas causan terror en los departamentos del norte de la provincia. Al fin, la Corte de España respondió enviando a Nicaragua 800 fusiles, 12 piezas de artillería, municiones, dinero, 100 soldados de línea de La Habana con sus oficiales, sargentos y artilleros, una galera y algunos otros auxilios. Felipe V ordenó que se organizaran milicia en toda la provincia, y reconocida su aptitud como gobernador, se le expidió título de comandante general de las armas el 4 de mayo de 1745, cesando el 23 de agosto del año 1745, y permaneció en su puesto hasta el mes de diciembre de 1746.
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