PATRIOTAS VASCONGADOS Y NAVARROS

TERRITORIO

ANTROPOLOGÍA SOCIAL Y CULTURAL

08/03/2021

Santiago Agustín de Zuloaga


Capitán de fragata de la Expedición de Límites al Orinoco de 1751, maestro de la Academia de Guardiamarinas, y escritor náutico que publicó Cartilla marítima para instrucción de guardiamarinas en 1763, y Tratado práctico de maniobras navales para guardias marinas

SANTIAGO AGUSTÍN DE ZULOAGA

Santiago Agustín de Zuloaga era natural de San Sebastián, donde nació en 1715. 

A los catorce años de edad, comenzó sus servicios en la Real Armada española como grumete, donde aprendió conceptos de pilotaje y matemáticas, y conseguía habilidades en maniobra y táctica de bajeles. Sus primeros servicios los hizo en los buques de la Carrera de Indias, por el Atlántico y las Antillas. 

En 1730, realizó su primera navegación atlántica hasta La Habana, embarcado en la fragata Potencia, también llamada Blandón, cuyo su capitán era Ignacio Danteville. Regresó a Cádiz al año siguiente, en el navío el Gallo Indiano, al mando del teniente general Rodrigo de Torres, siendo su capitán de navío Antonio Escudero.

En 1732, embarcó en el navío Sanfranco, cuyo capitán de navío era Francisco Álvarez Cuevas. Partió de Cádiz en operaciones de persecución de piratas, y tras llegar a cabo Francés, volvió a Cádiz en los galeones del teniente general Manuel López Pintado.

Continuó en la fragata Galga, de la división del mando del jefe de escuadra Andrés Reggio, con la que salió para Barcelona, Liorna y Puerto Especie, donde invernó aquel año. Tras trasbordar al navío Guipúzcoa, llegó a la isla de Malta, para formar parte de una flotilla de cuatro navíos de la Orden de Malta. Su misión era alcanzar el cabo Bodo y la isla Pantelaria, en la búsqueda de una escuadra y convoy turcos en la ruta de Constantinopla a Argel, que no se apresó por culpa de un temporal.

Al regresar, trasbordó al navío Reina, de la escuadra del el conde de Clavijo, su capitán de fragata era Bartolomé ArmaoleaAl atracar en el puerto de Barcelona, se embarcaron tropas que condujo a Especie, Nápoles y otros puertos de Italia, regresando a Cádiz a finales de 1734.

En 1735, trasbordó a la fragata Incendio, su comandante era el capitán de fragata Agustín de Iturriaga, estando a las órdenes del capitán de navío Francisco Liaño navegaron hasta el puerto de Portobelo, en el Virreinato de Nueva Granada,  regresando a Cádiz a inicios de 1736.

En la primavera de 1736, formaría parte de una expedición al Virreinato del Río de la Plata. Se encontraba en la fragata San Esteban al mando de su tío segundo, el teniente de navío Jorge de Echavarría, siendo comandante José de Arratia. La nave zarpó desde Cádiz a Buenos Aires, trasportando tropas de dragones, tomando parte de algunos enfrentamientos.

Uno de aquellos combates tuvo lugar al entregar un contingente de armamento para expulsar a los portugueses que habían ocupado las islas de Martin García y las Vacas, bajo las órdenes del teniente de navío Agustín Alduncín, en 1738. En esta expedición solicitó el mando de alguna embarcación, y consiguió dirigir una balandra, en la que permaneció diez y ocho meses desempeñando diversas comisiones a Montevideo, Maldonado y Rio de la Plata y en acciones de castigo de los portugueses.

TRATADO INSTRUCTIVO DE MANIOBRAS NAVALES POR SANTIAGO DE ZULOAGA

En 1744, tomó parte en la acción que la escuadra combinada franco-española sostuvo contra la inglesa del almirante Mateus. Y desde entonces hasta 1748, se dedicó a realizar expedición en corso por el Mediterráneo.

En 1751, participó en la Expedición de Límites al Orinoco, organizada por José de Iturriaga. En esta célebre expedición actuó como capitán de fragata, piloto, maestre y contador mayor, realizando también trabajos cartográficos.

Zuloaga escribió esta aventura político-científica a través de una prosa muy ornamentada y descriptiva:
"Eolo regaló a su soberano la llave del subterráneo en que tenía aprisionados los vientos furiosos y sólo daba licencia a las auras pacíficas y regocijadoras que llevaban al navío en mares de leche; obsequio estimable, pero no necesario, para la seguridad de aquella escuadra, no gobernada por pilotos ni palinuros oscilantes, que refiere Virgilio, al avistarse con la flota de turno, sino gobernada por una trenza visible y fortísima, tejida de hilos más finos que el coral, más preciosos que el oro y duros que el diamante que eran los pensamientos, los amores y deseos que constituían el cable fortísimo de las ansias de España, que, prendiendo del tajamar al Fénix , hacía por atraer y sincopar la extensión de los mares y lograr cuanto antes el día feliz de ver al rey venir de Levante a Poniente."

En 1756, fue nombrado maestro de maniobras de la Academia de caballeros Guardiamarinas de Cádiz, en cuyo cargo estuvo empeñado varios años desarrollando una importante actividad pedagógica y en la redacción de reglamentos para el uso de guardiamarinas, obras de las que luego se hicieron reglamentarias para los oficiales. Entre estas obras destacaron dos:

1. Cartilla marítima para la breve instrucción de los guardiamarinas, impresa en Sevilla, en 1763, y reeditada en 1778. Era un manual para oficiales que se inician en la práctica marinera. El texto está acompañado de ilustraciones acerca los nombres y funciones de las partes de un navío sus ligazones más principales, los nombres, usos y método de colocación de los palos y vergas, las jarcias y cabos de labor, las obligaciones del oficial de mar, las voces con que se manejan los marineros en sus faenas.

2. Tratado instructivo y práctico de maniobras navales para el uso de los caballeros guardias marinas, publicada en dos volúmenes, de la que luego se hicieron varias ediciones. Fue texto oficial de la Escuela Naval e influyó en los trabajos de otros profesionales de la navegación como Antonio Gabriel Fernández y Gabriel Ciscar.

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TRATADO INSTRUCTIVO Y PRÁCTICA DE MANIOBRAS NAVALES

En 1759, formaba parte del contingente de oficiales que escoltaron al rey Carlos III en su viaje de toma de posesión al trono español desde Nápoles a Barcelona. Estaba al mando del navío Fénix, y demostró sus habilidades literarias en la redacción de esta real singladura:
"No quiso asomarse Neptuno sobre las espumas volubles para descubrir su rociado semblante y sus líquidas y cristalinas barbas; no se atrevió a mandar siquiera que estuviese sin inquietarse el piélago, porque comprendió que sería inútil su imperio y quedaría ocioso y desairado su afamado tridente. Por instinto iban y venían las olas del mar en volúmenes nevados de espuma al deshacerse al contacto del Fénix…"

En 1770, se le confió el mando del paquebote-escuela, y, 1773, fue ascendido a capitán de navío, siendo nombrado comandante de un navío de gran porte, del que hubo de desembarcar a los dos años por motivos de salud.

Había servido a la Armada española durante cincuenta y dos años, en el transcurso de los cuales realizó veinticinco campañas por aguas europeas y americanas, tomando parte en bastantes combates navales, también dedicado a la docencia de maniobras en la Real Academia de Guardias Marinas de Cádiz, y a la redacción de textos para la enseñanza.

Santiago Agustín de Zuloaga murió en la isla gaditana de León, el 4 de julio de 1780. Se había casa con María Antonia Yurramendi, natural de la villa de Hernani, empezando un saga de marinos que destacaron al servicio de la Armada española. Sus hijos fueron Lucas, Manuel y Santiago, que ingresaron en la Real Compañía de Guardiamarinas. Santiago, nacido en 1768, llegó a ser teniente de navío y murió al mando del Real Carlos en el estrecho de Gibraltar en 1801. Su nieto Lucas fue jefe de escuadra y su biznieto Enrique capitán de navío de primera clase.

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TRATADO INSTRUCTIVO Y PRÁCTICO DE MANIOBRAS NAVALES

AL REY CARLOS III, REY CATHOLICO DE LAS ESPAÑAS



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