Consejero real de Hacienda y de Estado durante el reinado de Felipe V de Borbón
JOSÉ DE GRIMALDO Y GUTIÉRREZ SOLORZANO |
De origen vizcaíno, José de Grimaldo y Gutiérrez Solorzano había nacido en el año 1660. Tanto su padre como su abuelo, vizcaínos, habían sido oficiales en la Secretaría del Consejo de Indias y en ella empezó a trabajar también él mismo, con apenas catorce años, como entretenido. En 1683 era ya oficial en propiedad y fue admitido como caballero en la Orden de Santiago, ascendiendo paralelamente en grados administrativos y en honores.
Durante la nueva dinastía Borbónica, fue nombrado para desempeñar la Secretaría del Despacho de Guerra y Hacienda y en ella se mantuvo hasta 1714 en que pasó al Despacho de Estado, que abandonó en 1724 para seguir al rey en su retiro en San Ildefonso. Volvió a ocupar el puesto, por breve tiempo, en 1726, tras la caída de Ripperdá, pero los achaques no le perdonaron. Cesó debido a su edad y murió en 1733 como Consejero de Estado, ennoblecido con el título de marqués y como caballero de la Orden del Toisón de Oro.
Grimaldo era, según sus contemporáneos, un hombre inteligente y trabajador y fue capaz de dar un aire nuevo a la administración de los asuntos que le eran confiados. Tenía fama de rectitud y de profesar un singular amor al rey, que demostró en más de una ocasión. Bien fuera por su personalidad o por la importancia de los asuntos que pasaban por sus manos, su trato con Felipe V fue directo y frecuente, gozando durante toda su vida de su estima, lo que explica que permaneciera en su puesto en la etapa de Alberoni y ejerciera una especie de gobierno en la sombra durante el reinado de Luis I. También gozó del reconocimiento de sus contemporáneos que, le apreciaran o no, reconocían su influencia, destacándose como uno de sus principales rasgos el que, por sus méritos ha subido desde empleado hasta secretario de Estado en asuntos exteriores, como único y verdadero ministro.
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