El jurisconsulto Miguel de Arámburu, natural de la guipuzcoana villa de Tolosa, fue consultor de las Juntas Generales de Guipúzcoa y representante de esta provincial ante la Corte de Carlos II, en 1695.
Su concepción doctrinal se aprecia en la Carta de Miguel de Arámburu a la Provincia de Guipúzcoa y respuesta minuta de una Comisión de Caballeros Junteros de la misma Provincia, expedido en Tolosa en 1691.
La Nueva Recopilación de fueros, leyes, privilegios, ordenanzas, buenos usos y costumbres de la provincia de Guipúzcoa fue presentada en 1696, siendo la última obra digna de mención correspondiente al siglo XVII. Fue una de las principales obras que influyeron al padre Manuel de Larramendi a comienzos del siglo siguiente.
MIGUEL DE ARÁMBURU |
La Nueva Recopilación suponía una actualización de los fueros guipuzcoanos, realizada en una época de Neoforalismo como fue el reinado de Carlos II. Supuso la culminación "aggiornada" de toda la tradición fuerista guipuzcoana, con argumentación isidoriana, sobre todo en el Proemio.
Su concepto de la tierra vasca y de su historia es el propio de la época que supone a los vascos descendientes de Túbal, nieto de Noé, venido de Armenia que llegó en Cantabria debido a la abundancia de recursos naturales y fundó la provincia de Guipúzcoa. La continuidad desde Túbal lo prueba la conservación del vascuence, "idioma natural de los primeros pobladores".
En cuanto a los fueros, defendió que esta legislación propia debía adaptarse a las nuevas circunstancias, sin que por ello se altere ni deba alterarse su substancia fundamental:
"... porque como las propiedades, y ocurrencias particulares de cada región son diversísimas, deben también aplicarse, y adaptarse las leyes a todas las circunstancias."Arámburu fue el primero en asentar la doctrina clásica de las libertades forales guipuzcoanas y el primer recopilador de los preceptos forales escritos en parte pero dispersos unos y orales otros.
Sobre la nobleza universal de los guipuzcoanos, distinguía cuatro tipos de nobleza:
a. La natural primaria: dada por la naturaleza a determinadas personas por sus talentos o bellezas.
b. La natural secundaria: ganada por méritos o virtudes.
c. La teológica: conseguida por la gracia divina.
d. La política: concedida por los príncipes.
Para Arámburu, los guipuzcoanos poseían la natural secundaria, en virtud de haber sido ganada por los méritos de la independencia libre y continuada desde los primeros pobladores, no por haber sido concedida por reyes o príncipes. Por tanto, fueros y nobleza están por encima de la voluntad de reyes.
NUEVA RECOPILACIÓN DE LOS FUEROS DE GUIPÚZCOA |
No hay comentarios:
Publicar un comentario