Tercer señor de Vizcaya, participante en la reconquista de Zaragoza en 1118, mantuvo su fidelidad tanto a Alfonso VII de León como a Alfonso I de Aragón
DIEGO I LÓPEZ DE HARO |
Diego I López de Haro fue el tercer señor de Vizcaya entre 1093 y 1124 y el primer señor con el apellido Haro, apodado "el Blanco". Fue hijo mayor del conde Lope Íñiguez y de la condesa Ticlo Díaz.
Sirvió a los reyes de Castilla, Alfonso VI y Alfonso VII, y se halló en La Rioja, al lado de García Ordoñez, guerreando contra el Cid, que entonces era enemigo del rey castellano. Era señor de Vizcaya y de Álava, además de tenente de Nájera y Haro.
A la muerte de Alfonso VI en 1109, Diego I López siguió fiel a su hija, la reina Urraca, quien le mantuvo la tenencia de los castillos de Haro y Burandón. La reina de León y de Castilla casó con el rey de Aragón, Alfonso I el Batallador.
Diego I López tomó parte de las contiendas de reconquista que mantuvieron tanto Urraca como Alfonso, aportando milicias vizcaínas, incluso cuando el matrimonio terminó en una lucha entre ambas coronas.
Desde este primer Diego I López de Haro hasta casi doscientos años después se fueron sucediendo señores de Vizcaya del linaje de los Haro, entroncados con los Núñez de Lara y con múltiples enlaces con la familia real de Castilla hasta el rey Juan I (1370-1390), a cuya corona se unió definitivamente Vizcaya.
Durante este tiempo, los señores vizcaínos fueron participado de forma activa en la empresa común de Reconquista que tenía como objeto recuperar aquella España perdida del pasado visigótico. Como vasallos del rey de Castilla que eran, estuvieron enrolados en el ejército castellano. En agradecimiento por su participación militar, los reyes otorgaban cargos, honores y estados en sus reinos y los señores de Vizcaya les rendían homenaje como vasallos suyos por los territorios que recibían.
En 1110, fue recompensado con importantes privilegios por la reina Urraca para asegurar su fidelidad en vísperas de la batalla de Candespina. Por contra, Alfonso I retiró la tenencia de Nájera de su poseedor Diego I López, y se la encomendó al noble aragonés Fortún Garcés hasta 1134.
RECONQUISTA DE ZARAGOZA |
En 1118, Diego I López tomó parte de las fuerzas cristianas formadas por aragoneses y navarros y encabezadas por Alfonso I en la toma de Zaragoza. Tal era la buena relación que mantenía con el rey aragonés que fue testigo de la fundación de Alesón como villa aforada en 1123.
Pero al año siguiente, Diego I López y Ladrón Íñiguez comienzan una revuelta contra Alfonso I. Este contraatacó afianzando su autoridad en Logroño y su alianza con Fortún Garcés en Nájera, tomando Haro en poder de Diego, dominando el Condado de Treviño, y arrebatando las villas de Salinas de Añana, Término y Valdegovía a Ladrón Íñiguez. El rey aragonés impuso su dominio en su frontera occidental de Álava, Vizcaya, norte de Burgos y La Rioja.
Cuando Diego I López murió en el transcurso de esta contienda, en 1124, el Señorío de Vizcaya estaba en poder de Alfonso el Batallador.
Estuvo casado con Munia Sánchez de Navarra, hija del conde navarro Sancho Sánchez de Erro, a su vez nieto del rey navarro García III Sánchez el de Nájera. Fue padre de Lope, Sancho, Fortún Díaz y Gil Díaz. Lope I Díaz de Haro sucedió a su padre como señor de Vizcaya.
ALFONSO I Y DIEGO I LÓPEZ EN LA TOMA DE ZARAGOZA |
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