El Agente General de Navarra fue nombrado por las Cortes de Pamplona por primera vez en 1569 para representar a la misma en la Corte de Madrid, durante el reinado de Felipe II.
Asentado en Madrid, el agente recibía la correspondencia de Navarra y actuaba según sus consignas. Cuando la gravedad del caso lo requería, se reforzaba esta presencia del reino ante el monarca con la legacía de algún diputado.
El origen del Agente General del Reino se remontaba al siglo XVI. Aunque esta función se realizó generalmente por personas de rango inferior al de diputado, a quienes estaba subordinado, a mediados del siglo XVIII se hizo necesario que uno de los diputados residiese permanentemente en Madrid en defensa del Reino.
El Agente General, que desempeña su embajada en Madrid, fue establecido el 2 de agosto de 1569, día en que se acuerda en Pamplona:
"Lo primero que haya persona deste Reyno en la Corte Real de su Majestad para los negocios que al Reyno se le ofrecerán de Cortes a Cortes, y que la tal persona vaya, acabadas las presentes Cortes y vuelva para el principio de las primeras que se celebrarán en este Reyno, y que el poder se le dé hasta ser acabadas aquellas, y que venida la tal persona y dada cuenta de los negocios que habrá hecho, y siendo el Reyno y los tres Brazos y Estados del, conformes en que vuelva a la Corte, pueda volver a entender en los negocios del dicho Reyno.
Lo segundo que se dé poder a la tal persona por el Reyno, como el que se da a los síndicos con su instrucción.
Lo tercero que a la tal persona que hubiere de asistir en las Cortes del monarca en elos negocios del Reyno, se le den quinientos ducados en cada un año para su costa.
Lo cuarto de cualquier estado que pareciere al Reyno vaya y se dipute la tal persona.
Lo quinto que por esta vez vaya y sea tal persona del estado militar, con que esto del nombramiento de agora no se traiga en consecuencia en tiempo alguno para que no pueda ir de cualquiera de los otros Brazos y tres Estados en corformidad de todo el Reyno.
Lo sexo que haya seys diputados del Reyno..."
De esta manera se crearon a la vez el Agente General y la Diputación, reforzando así la gestión continua del reino en defensa de sus fueros.
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| ESCUDO DE NAVARRA EN LA DIPUTACIÓN |
Para hacer la elección de agente, se nombraron el día 5 de agosto de 1569 a seis individuos del estamento militar y de ellos se designó a uno. Se disponía que si enfermara entonces se nombrara a otro de los cinco restantes. El primero fue Pedro de Berrio, señor de Otazu, y se le entregaron los despachos el 27 de septiembre de siguiente.
El 18 de septiembre de 1617 "acordaron que el doctor Marquelayn, agente del Reyno en todos los negocios de su instrucción, yaha de guardar las órdenes que le diere la Diputación, porque en todo esto ha de quedar subordinado a los señores diputados, executando lo que le ordenaren, excepto lo que queda reservado al Reyno junto en Cortes generales, y el dicho doctor ha de hacer cuenta con puntualidad de todo lo que se fuere haciendo, a la dica Diputación...", y es que el nombramiento del agente puede hacerlo también la Diputación.
Los Tres Estados de Navarra (aristocracia, nobleza y clero) habían creído tiempo atrás, en 1600, que no era necesaria la presencia del agente, por ello seis años después, por no haber negocios con la Corte, se despidió por la Diputación del reino a quien desempeñaba este oficio. El 9 de mayo de 1653, decidieron la supresión este agente. No obstante, en 1657, se hizo nuevo nombramiento de agente a quien se le entregó una instrucción con asuntos a solucionar.
Se ensayaron diferentes formas de elección, en servicio de los intereses del reino y tratando de proteger la gestión de posibles influencias.
Si bien el agente vivía en la Corte, es verdad que con frecuencia era auxiliado por legacías especiales que se trasladaban desde Pamplona y en las que se integraban algunos diputados.
El Agente en Corte también tenía quien se ocupase en favorecer al Reino de Navarra en una serie de señores de prestigio y competencia cerca del monarca, como secretarios, consejeros, militares, etc.
En 1649, el virrey de Navarra Luis Ponce de León notificaba a la Diputación el nombramiento de Capitán de las Guardias Españolas por parte del rey Felipe IV, por lo que se despedía, a la vez que se ofrecía para ser agente ante el rey de cuanto necesite Navarra.
Otro tipo de sucesos fue el ocurrido con Ventura de San Juan, comisario del Reino en 1751 de forma estable y a sueldo de la diputación. Este decidió abandonar el cargo de representación cuando las autoridades de las villas Los Arcos y Ochagavía protestaron acusándoles de que era juez y parte, por tanto no defendiendo los intereses forales. Sin embargo, la Diputación consideró que el reino se estaba beneficiando por su trabajo en Corte, y acordó escribirle pidiéndole en qué condiciones le serviría.
| MONUMENTO A LOS FUEROS EN PAMPLONA |

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