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17/10/2025

José de Mazarredo en la Escuadra Naval del Mediterráneo (1759-1771)


José Domingo de Mazarredo y Salazar Muñatones y de Gortázar era natural de Bilbao, Vizcaya, donde nació el 8 de marzo de 1745, un año antes de la muerte del rey Felipe V. Desde joven fue educado en el contexto de una familia vinculada al mayorazgo de los Salazar Muñatones y a los sectores de la alta sociedad urbana. Su padre Antonio José de Salazar Muñatones Mazarredo fue alcalde de Bilbao, y su madre fue María Josefa de Gortazar y Arandia, nacida en Lima. Su abuelo paterno Antonio José Salazar de Muñatones y Mazarredo fue diputado general del Señorío de Vizcaya y regidor capitular de Bilbao, y su abuelo materno Domingo de Gortazar fue caballero de la Orden de Calatrava, ambos naturales de Bilbao.

Criado en el contexto de una ciudad portuaria y marinera y reinando Fernando VI, Mazarredo sentó plaza en la Compañía de Guardiamarinas del Departamento Naval de Cádiz, a la edad de catorce años, en febrero de 1759. Aquella vocación por la Armada española era compartida por otros tantos jóvenes de origen hidalgo contemporáneos suyos nacidos en las poblaciones costeras de Vizcaya y Guipúzcoa. En la Marina Real pasaría toda su vida profesional, alcanzando todos los empleos hasta teniente general y donde desarrollaría una amplia labor militar, científica y organizativa.

VISTA DEL ARENAL DE BILBAO, POR LUIS PARET Y ALCÁZAR

La etapa inicial de Mazarredo transcurrió siendo Julián de Arriaga y Rivera secretario real de Marina, cargo que ocupó entre los años 1754 y 1776. Era un joven oficial que fue ocupando puestos de responsabilidad a las órdenes directas de mandos como Luis de Córdova, Pedro González de Castejón y Juan de Lángara. Entonces, comenzó a formar parte de una red profesional preocupada por la defensa de los intereses de la Armada como mejor instrumento al servicio de la política exterior de la Monarquía hispánica.

Su primera navegación como cadete de la Compañía fue en julio de 1759, sin haber cumplido aún los catorce años, a bordo del buque Fénix. Este navío pertenecía a la escuadra comandada por Juan de Lángara y Aritzmendi, de origen vasco aunque nacido en Cádiz, y estaba destinada a combatir el corso en las costas norteafricanas dentro de la flota del Mediterráneo. Esta era una práctica habitual entre los aprendices a oficiales de marina, comenzar la cerrera profesional en la persecución del corso.

Durante más de diez años, Mazarredo se mantuvo en este destino, trasbordando de barco en barco, y cambiando de comandantes de forma constante, en la Escuadra Naval del Mediterráneo con base en el Departamento Naval de Cartagena.

Sirvió sucesivamente en la fragata Astrea que formaba parte de una división de jabeques comandada por Juan de Bustamante, en el navío Vencedor comandada por José de Ponce, en el navío Héctor a las órdenes del capitán de navío Francisco de Tilly, y en el chambequín Andaluz comandado por el capitán de fragata Francisco de Vera, entre otros.

JOSÉ DE MAZARREDO Y SALAZAR

Siendo guardiamarina, Mazarredo pudo demostrar sus aptitudes para la navegación, acompañadas de las cualidades de valentía y arrojo propias del mando militar. Así tuvo ocasión de hacerlo tempranamente en 1761 embarcado en el chambequín Andaluz, comandado por el capitán de fragata Francisco de Vera, cuando navegaba desde el puerto de Cartagena hasta el de Barcelona con el objetivo de recoger matrículas. Estado de guardia la noche del 13 de abril, soportando un temporal, y habiendo perdido de vista el cabo de Palos y la costa, la embarcación quedó varada después de haber evitado Mazarredo que se estrellara contra las rocas de las Salinas de la Mata. En la maniobra ejecutada, la lancha que iba a ser utilizada para remolcarlo hacia el mar se fue a la deriva en medio de la oscuridad y del temporal. Habiendo dado por perdido el único recurso que podía servir para desencallar el barco, Mazarredo se lanzó en un pequeño bote con nueve marineros ibicencos a la búsqueda. Su acción resultó exitosa pudiendo realizar la operación de remolque y desencallar al navío, salvado la artillería que transportaba y a una dotación de 300 hombres.

Con tan solo dieciséis años, despuntaban algunas de las cualidades del liderazgo naval como la destreza marinera y la valentía militar. El marino e historiador Martín Fernández de Navarrete lo narró de esta forma:
"… por sus acertadas disposiciones y por su firmeza en sostenerlas contra el dictamen de hombres prácticos en la mar, y por su osadía en embarcarse de noche en medio de un fuerte temporal en un pequeño bote, a recoger la lancha perdida y ver de salvar el buque, logró al menos sacar a salvo toda la tripulación de trescientos hombres."

ESCUELA DE FORMACIÓN DE GUARDIAMARINAS DE CARTAGENA

Esta acción le valió el nombramiento como sub-brigadier de guardiamarinas y que el comandante de la escuadra en Cartagena, el alavés Agustín de Idiáquez, se fijase en sus cualidades, nombrándole ayudante del oficial de órdenes. Sustituía a un oficial enfermo, y lo lógico es que lo hubiese hecho otro oficial y no un brigadier de guardiamarinas. Idiáquez lo mantuvo hasta en tres salidas que realizó en la escuadra del Mediterráneo en aquel verano. Pero, un brote de fiebres teresianas en la escuadra lo obligó a retirarse a Bilbao para recuperarse.

De regreso a Cartagena, en 1766, Mazarredo alcanzó el cargo de alférez de fragata y, en 1767 el de alférez de navío. Ya era oficial de marina, dejaba de ser guardiamarina, y le esperaba una brillante carrera como militar científico y marino ilustrado en la Real Armada española durante décadas. Ocupó diversos destinos embarcado, entre otros, a bordo de la goleta Brillante que formaba parte de una división de galeotes comandada por Félix Ignacio de Tejada, con la que realizó una travesía desde Alicante hasta la costa del Reino de Nápoles y regresando a Cartagena, entre los días 31 de mayo y el 21 de septiembre de 1766. El entonces teniente de fragata Félix de Tejada había estado desempeñando sus misiones en el Mediterráneo luchando contra el corso, participando en las dieciséis expediciones ejecutadas en aquel intervalo de tiempo, desde 1755 hasta el momento.

En el caso de Mazarredo, todas aquellas intervenciones demostraron su capacitación permitiéndole la promoción rápida en las escalas medias. Las acciones bélicas servirían para demostrar sus habilidades ante sus mandos, pero especialmente para ganarse la confianza de sus subordinados, quienes percibían en su éxito la mejor garantía de supervivencia a bordo.

JUAN DE LÁNGARA Y FÉLIX DE TEJADA

En la goleta Brillante, Mazarredo redactó un Cuaderno de diario del alférez de fragata don José de Mazarredo embarcado en la goleta Brillante, dando pruebas de la pericia como navegante e inquietud por la hidrografía. Anexó al mismo una memoria de los fondeaderos en los que ancló la división, anotando de forma exhaustiva las brazas obtenidas en diferentes puntos de aproximación a la costa española, francesa e italiana, desde Alicante hasta Nápoles, reconociendo las bahías y costa de los puertos de Barcelona, Sanint-Tropez, Niza, Génova, Civitavechia, etc. Junto a estos datos, añadió comentarios sobre las condiciones meteorológicas diarias como vientos, las maniobras realizadas por su goleta, y la forma de aproximarse a los puertos dependiendo del tipo de barco.

A los pocos días de embarcar en el Brillante, tuvo la oportunidad de protagonizar una acción militar que concluyó con el apresamiento de un barco corsario argelino. Las autoridades del puerto de Palamós informaron a Félix de Tejada la preocupación por el acoso continuado de las poblaciones de la Costa Brava por parte de dos galeotas berberiscas. Por la descripción minuciosa que recogió Mazarredo en su Diario, el apresamiento se consiguió después de ofrecerles combate hasta que "arriaron la bandera (tras un enfrentamiento de artillería) pero continuaron ofendiendo con quanto podían hasta ser rendidos al abordaje".

COMBATE ENTRE JABEQUE ESPAÑOL Y DOS GELOTAS ARGELINAS

Ya desembarcado en Cartagena, Mazarredo concluiría la primera etapa de su vida profesional en la Real Armada española en la Escuadra del Mediterráneo, primero como cadete de la Compañía de Guardiamarinas del Departamento Naval de Cartagena, después como oficial en diversas expediciones científicas y militares. Fue requerido para desempeñar el cargo de ayudante de la mayoría general del Departamento Naval de Cartagena, alcanzando el rango de teniente de fragata, en enero de 1771.

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