Adelantado y capitán general de Nueva Vizcaya en el siglo XVI. Territorio norteamericano que delimitó y extendió al noroeste de México, fundando ciudades como Durango o Nombre de Dios, descubriendo yacimientos mineros de plata y pacificando la región de los tepehuanes y chichimecas
FRANCISCO DE IBARRA
Francisco de Ibarra era natural de Éibar, Guipúzcoa, donde nació en 1539. Fue sobrino del adelantado y gobernador de Nueva Vizcaya del Virreinato de Nueva España, Diego de Ibarra.
El objetivo de Francisco de Ibarra consistía primordialmente en el descubrimiento de nuevas minas y lo alcanzó plenamente. Más tarde fundó diversas ciudades, entre ellas Durango (Victoria de Durango) y Nombre de Dios. La expansión minera hacia el Norte fue paralela al aumento de las actividades misioneras, y se afirma que desde 1553 existía un hospicio franciscano en Nombre de Dios, al norte de San Martín.
La hostilidad de los indios no obstaculizó las exploraciones hacia el Norte después de 1560, como en la década anterior. Francisco de Ibarra, que en 1554 dirigió su primera expedición, a los dieciséis años de edad, llegó al sitio donde más tarde se levantó Mazapil, a Avino, al valle de Guadiana y quizá regreso a Zacatecas pasando por la zona de Sombrerete, continuó sus exploraciones en la década de 1560-1570.
Las empresas de Francisco fueron financiadas por su tío Diego, con el dinero obtenido de las explotaciones mineras. Poco después de 1560, Francisco ya era un minero importante en los reales del norte, sobre todo en Avino, lugar que él mismo había contribuido a colonizar. También desempeñó un papel importante como minero explorador y defensor contra las incursiones indias en San Martín.
Pero sólo fue, en 1562, cuando emprendió la expedición cuyo resultado fue la creación y colonización de la provincia de Nueva Vizcaya. Fue Diego de Ibarra quien sugirió dicha expedición, reviviendo con su proposición el plan concebido en 1558 por el virrey de Velasco para la conquista de las regiones de Copalá (que más tarde recibieron el nombre de Nuevo México).
Gracias a su valía militar, en 1562 fue nombrado por el virrey Velasco adelantado y capitán general de Nueva Vizcaya, que fue el nombre que recibió la región explorada por Francisco de Ibarra.
Francisco debía encabezar las fuerzas de la expedición y Velasco se mostró conforme con las condiciones, de manera que en 1562 lo nombró gobernador de las tierras que conquistara más allá de San Martín y de Avino. De todo ello resultó una exploración que fue verdaderamente zacatecana, ya que fue financiada con dinero de Diego de Ibarra y estuvo compuesta de hombres reclutados en la ciudad.
ESCULTURA A FRANCISCO IBARRA, FUNDADOR DE LA VILLA DE SAN JUAN BAUTISTA DE SINALOA, EN EL AÑO 1569, HOY CIUDAD DE EL FUERTE
A fines de 1562, Ibarra pasó por San Martín, y por Nombre de Dios que existía como misión franciscana desde 1558, pero Ibarra la dotó de identidad secular, nombrando funcionarios municipales, fijando los límites de la población y otorgando mercedes de tierras a sus habitantes.
A principios de 1563, Ibarra pasó por Durango, situado en el valle de Guadiana, constituyó una fundación completamente nueva creada por Francisco de Ibarra, haciéndola capital de su nueva provincia de Nueva Vizcaya. Construyó edificios con sus fondos personales, llegando hasta ceder la totalidad de la producción de una de sus minas de Avino para el desarrollo de la ciudad. El sitio fue bien escogido, porque estaba rodeado de tierras labrantías y de pastoreo de buena calidad y cuenta también con importantes yacimientos de mineral de plata, algunos señalados por el propio Ibarra y otros descubiertos a posteriori. En los tiempos de Ibarra su población ascendía a unas 500 personas.
Más tarde, continuó sus exploraciones hasta muy al Norte, recorriendo Culiacán, Chiametla y Sinaloa, llegando después hasta el norte de Chihuahua. De cualquier modo, su obra más importante fue la definición de la Nueva Vizcaya y la fundación, en 1563, de la ciudad de Durango, porque éstos fueron dos pasos en firme hacia la colonización de nuevas regiones del Altiplano. Nueva Vizcaya conforma los actuales estados mejicanos de Durango y Chihuahua.
En 1564, realizó diversas expediciones por los territorios más septentrionales, sobre todo por las actuales regiones de Sonora y Sinaloa. En 1565, fundó la ciudad de San Juan Bautista de Carapoa (El Fuerte), y un año más tarde hizo lo propio con San Sebastián (Concordia), en un claro homenaje a sus orígenes guipuzcoanos.
En una expedición a Sinaloa, en 1575, encontró la muerte, a la edad de 37 años.
A fines de 1562, Ibarra pasó por San Martín, y por Nombre de Dios que existía como misión franciscana desde 1558, pero Ibarra la dotó de identidad secular, nombrando funcionarios municipales, fijando los límites de la población y otorgando mercedes de tierras a sus habitantes.
A principios de 1563, Ibarra pasó por Durango, situado en el valle de Guadiana, constituyó una fundación completamente nueva creada por Francisco de Ibarra, haciéndola capital de su nueva provincia de Nueva Vizcaya. Construyó edificios con sus fondos personales, llegando hasta ceder la totalidad de la producción de una de sus minas de Avino para el desarrollo de la ciudad. El sitio fue bien escogido, porque estaba rodeado de tierras labrantías y de pastoreo de buena calidad y cuenta también con importantes yacimientos de mineral de plata, algunos señalados por el propio Ibarra y otros descubiertos a posteriori. En los tiempos de Ibarra su población ascendía a unas 500 personas.
Más tarde, continuó sus exploraciones hasta muy al Norte, recorriendo Culiacán, Chiametla y Sinaloa, llegando después hasta el norte de Chihuahua. De cualquier modo, su obra más importante fue la definición de la Nueva Vizcaya y la fundación, en 1563, de la ciudad de Durango, porque éstos fueron dos pasos en firme hacia la colonización de nuevas regiones del Altiplano. Nueva Vizcaya conforma los actuales estados mejicanos de Durango y Chihuahua.
En 1564, realizó diversas expediciones por los territorios más septentrionales, sobre todo por las actuales regiones de Sonora y Sinaloa. En 1565, fundó la ciudad de San Juan Bautista de Carapoa (El Fuerte), y un año más tarde hizo lo propio con San Sebastián (Concordia), en un claro homenaje a sus orígenes guipuzcoanos.
En una expedición a Sinaloa, en 1575, encontró la muerte, a la edad de 37 años.
PLACA HOMENAJE A LOS FUNDADORES DE DURANGO
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