Durante la Alta Edad Media, los recursos de la población del Reino de Navarra estaban basados principalmente la agricultura de la rica vega tudelana y las rentas de situación producidas por el Camino de Santiago.
Los recursos del rey Sancho VII el Fuerte estaban constituidos por los derechos sobre las transacciones de los navarros y los derechos directos, por posesión de tierras, solares y casas. Entre los primeros estaba los de saca (de las exportaciones) y de peaje (de las importaciones), con los impuestos subsidiarios de pontaje, más otras gabelas sobre molinos, juego, etc. En realidad, la forma más estable de ingresar recursos eran los impuestos directos, pues los otros estaban sujetos a las alternativas del comercio, la guerra las malas cosechas, etc.
El deber de pagar impuestos por tierras, casas, cabezas de ganado, etc., era una forma racional de transformar las viejas obligaciones de servidumbre, como la de trabajar la tierra en beneficio del señor, para objetivarlas en unidades contables y monetizadas. Sancho VI el Sabio había iniciado un proceso de unificación de pechas (tributos), que benefició a su sucesor y que fue perfeccionado por él. Especialmente eficaz era este sistema para asegurarse la contribución de los habitantes rurales, ya que a una villa o pueblo se le hacía una evaluación global (pecha tasada). Sancho VII concedió durante su reinado treinta de estos arreglos, a los que se llamaba fueros. En definitiva, perfeccionó el sistema del rendimiento iniciado por su padre y le sacó más del doble de rendimiento por año: se ha calculado que la media de ingresos de Sancho VI el Sabio era de 24.753 sueldos anuales, pero con Sancho VII llegó a 56.442 sueldos.VII
1. SANCIUS DEI GRACIA REX NAVARRE
2. VII CENTENARIO DE LA BATALLA DE LAS NAVAS DE TOLOSA
Sancho VII se ocupó tanto o más del patrimonio personal que de la tesorería real. Fue un gran inversor de bienes raíces y hasta un especulador consumado. Tenía particular querencia por las tierras, casas y molinos de Tudela. Hay dieciséis documentos relativos a comprar en Tudela y su alfoz (territorio jurisdiccional). Algunas de las propiedades no eran exactamente bienes inmuebles, sino poblaciones, como Buñuel, Cadreita, Cintruénigo y Urzante, y se hizo así con las servidumbres de sus pobladores. Otro lugar preferente de compras fue Fontellas, en la Ribera navarra, con seis propiedades. Hizo otras compras en Murillo, Cabanillas, Pullera, Arguedas, Cárcar, Resa, etc. Invirtió también en la cuenca de Pamplona, como Esquiroz, Espilce, Cordovilla, Oteiza, Berbinzana, Mues, Oro y sus salinas, etc.
Algunas de estas adquisiciones revestían la forma legal de prohijamiento, por el que Sancho se "hacía hijo" de un propietario para heredar algún bien particular bajo la promesa de proteger a él y su familia. Por lo menos hay un caso, el de los cinco hijos de Pedro Martínez de Subiza, en que no hubo proteccionismo sino despojo.
Sancho VII tuvo un notable éxito con su programa de fortificaciones. De cara a Aragón, consiguió el castillo y villa de Buñuel, por préstamo y empeño. Por el mismo procedimiento consiguió la villa y castillo de Javier y la villa y castillo de la aragonesa Sábada, que se unía a las otras posesiones que tenía dentro de Aragón, como Escó, Petilla y Peña, y más tarde Grisén. En las Bardenas Reales construyó los castillos de Sancho Abarca, La Hoz, La Estaca y Peñaflor, contribuyendo así a la consolidación de esta zona desértica. También en el corazón de Aragón, en la comarca del Moncayo, se hizo con propiedades empleando su conocido método de conceder hipotecas que acababan siendo gravosas para sus titulares.
2. VII CENTENARIO DE LA BATALLA DE LAS NAVAS DE TOLOSA
Sancho VII se ocupó tanto o más del patrimonio personal que de la tesorería real. Fue un gran inversor de bienes raíces y hasta un especulador consumado. Tenía particular querencia por las tierras, casas y molinos de Tudela. Hay dieciséis documentos relativos a comprar en Tudela y su alfoz (territorio jurisdiccional). Algunas de las propiedades no eran exactamente bienes inmuebles, sino poblaciones, como Buñuel, Cadreita, Cintruénigo y Urzante, y se hizo así con las servidumbres de sus pobladores. Otro lugar preferente de compras fue Fontellas, en la Ribera navarra, con seis propiedades. Hizo otras compras en Murillo, Cabanillas, Pullera, Arguedas, Cárcar, Resa, etc. Invirtió también en la cuenca de Pamplona, como Esquiroz, Espilce, Cordovilla, Oteiza, Berbinzana, Mues, Oro y sus salinas, etc.
Algunas de estas adquisiciones revestían la forma legal de prohijamiento, por el que Sancho se "hacía hijo" de un propietario para heredar algún bien particular bajo la promesa de proteger a él y su familia. Por lo menos hay un caso, el de los cinco hijos de Pedro Martínez de Subiza, en que no hubo proteccionismo sino despojo.
Sancho VII tuvo un notable éxito con su programa de fortificaciones. De cara a Aragón, consiguió el castillo y villa de Buñuel, por préstamo y empeño. Por el mismo procedimiento consiguió la villa y castillo de Javier y la villa y castillo de la aragonesa Sábada, que se unía a las otras posesiones que tenía dentro de Aragón, como Escó, Petilla y Peña, y más tarde Grisén. En las Bardenas Reales construyó los castillos de Sancho Abarca, La Hoz, La Estaca y Peñaflor, contribuyendo así a la consolidación de esta zona desértica. También en el corazón de Aragón, en la comarca del Moncayo, se hizo con propiedades empleando su conocido método de conceder hipotecas que acababan siendo gravosas para sus titulares.
AJUSTES TERRITORIALES Y ACTIVIDAD EXTERNA DEL REINADO DE SANCHO VII (1194-1234)
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