Mariscal de Campo durante la Guerra de la Independencia y ministro de Hacienda además de otros cargos administrativos de relevancia, durante las primeras décadas del siglo XIX
ESCUDO DE ARMAS DE IMAZ
José
Javier Ignacio de Imaz y Altolaguirre nació en Ataún, Guipúzcoa, en 1761.
Inició
su carrera militar en el Perú, en 1780, sentando plaza de cadete en el
Regimiento de Infantería Real de Lima. Combatió contra la sublevación de los
nativos liderados por Tupac Amaru, en las acciones de Sangara y Vilcamayu.
En
1782, fue trasladado a la península con el rango de subteniente, para combatir
al Ejército francés en las campañas del Rosellón, Masdeu, Truillas, Boulou y en
la batalla de Plá del Rey.
En
1794, por méritos propios fue ascendido a capitán y destinado a Guipúzcoa, para
combatir a las órdenes del general Caro y del conde de Colomera, durante la Guerra del Rosellón, en los
combates del Bidasoa, Vera, Irún, San Marcial, Pasajes, Fuenterrabía y San
Sebastián, y en las de Arizcun y Peñón de Comisary.
En
1795, estuvo en Cataluña con su nuevo Regimiento de Zamora bajo el rango de sargento
mayor, con el que participó en la acción de Pontós el 14 de julio. Pasó a
incorporarse a la Escuadra franco-española de Brest, con el objetivo de
embarcar con el contingente que marchó hacia las costas de Inglaterra, aunque
abortada la operación militar, se le destinó finalmente al Ejército de Galicia.
Destinado en la plaza de Tuy, prestó desde allí servicios de vigilancia y
guarnición en la frontera portuguesa delimitada por el río Miño.
En
1799, fue nombrado caballero de la Orden de Calatrava. Nuevos destinos le llevaron
a las plazas de Ferrol, Zaragoza y Valencia.
En
octubre de 1802, fue ascendido a teniente coronel y reorganizó la expedición
que al mando de O´Farril marchó al Reino de Etruria. En 1807, desde Italia,
atravesando Alemania, marchó a incorporarse a los fiordos daneses como
componente de las tropas que mandaba el marqués de La Romana.
EL REGIMIENTO ESPAÑA CARGANDO CONTRA LOS FRANCESES EN 1793,
POR AUGUSTO FERRER DALMAU
Iniciada
la Guerra de Independencia, aquellas tropas amotinadas contra Napoleón cruzaron
el estrecho de Belt por Kolding, pasado a Fionia, y el 9 de agosto desde Jutland
a Nieborg a donde llegaron el 10, embarcando en la escuadra británica del
almirante Keats que les llevó a La Coruña, donde no pudiendo desembarcar, lo
harían en octubre en el puerto de Santander, incorporándose desde allí al
Ejército de Galicia, a las órdenes del general Blake.
Siguiendo
las vicisitudes de aquellos días, participó el 10 de noviembre de 1808 en la
desastrosa batalla de Espinosa de los Monteros (Burgos).
En
1809, fue coronel del Regimiento de Sevilla, y al año siguiente brigadier. Como
comandante general de la primera División de Extremadura, estuvo combatiendo en
Castilla, Extremadura y Aragón, participando en la batalla de Jerez de los
Caballeros en julio de 1810.
En
febrero de 1811, siendo mariscal de campo, participó en la defensa de Badajoz,
haciéndose cargo de su gobierno al mes siguiente. Pero finalmente, esta plaza
cayó a manos de los franceses el 10 de marzo. Tras ser hecho prisionero, fue
rescatado desde Francia por un grupo de guerrilleros.
En
la isla de León, fue arrestado y sometido a un juicio de guerra. Durante un año
estuvo defendiendo su resistencia y no entrega por la ciudad de Badajoz ante el
Ejército napoleónico, hasta que fue puesto en libertad y absuelto de cargos.
A
pesar de esta rendición, durante la Guerra de la Independencia, José Imaz y
Altolaguirre obtuvo un notable reconocimiento a su heroica labor militar en la
defensa de España. Así, recibió las condecoraciones de las acciones de Medina
del Campo y Lugo, batalla de Tamames, ejército de la Izquierda, reconquista de
Villafranca, Estrella del Norte y cruz de San Fernando de 3ª clase.
MUERTE DEL GENERAL MENACHÓ EN LA DEFENSA DE BADAJOZ,
POR JULIO BORRELL PLA
En
julio de 1815, se puso al servicio de la cuarta División de Milicias en
Galicia, como subinspector, derrotando la insurrección del general Juan Díaz Porlier
en La Coruña.
En
1816, fue galardonado con la gran cruz de San Hermenegildo. Desde entonces,
ocupó varios cargos de manera sucesiva: director general de Rentas en 1817 y
1818; ministro de Hacienda bajo la gobernación de Casa-Irujo y Mataflorida
entre 1818 y 1819; superintendente de Loterías y protector de la Junta del
Montepío en 1819; presidente de la Compañía de Filipinas en 1819; gobernador de
Tuy entre 1819 y 1820; fiscal de la Orden de San Fernando entre 1818 y 1820;
ministro de Hacienda en 1822; director general de Aduanas y Resguardos así como
consejero de Estado honorario entre 1822 y 1823.
Partidario
del bando liberal, el 7 de julio de 1822, fue declarado benemérito de la Patria
por su contribución en defensa de la Constitución.
Por
último, en 1834, fue nombrado ministro de Hacienda durante el primer año del
gobierno liberal de Isabel II.
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