Fraile y cosmógrafo en la Expedición de las especies a las Molucas por Jofre García de Loaysa en 1525, descubriendo el acceso al Virreinato de Nueva España a través del Pacífico
JUAN DE AREIZAGA Y GUEVARA |
Juan de Areizaga y Guevara era natural de Zumarraga, Guipúzcoa, donde nació aproximadamente en 1500. Aunque otras fuentes sitúan su villa de nacimiento en la próxima Villarreal de Urrechu, y relacionado con el linaje de los Areizaga de Urrechu, saga de militares y consejeros reales que se convertiría en baronía en el siglo XVI.
Fue clérigo y beneficiado de la Iglesia de San Pedro de Zumaya, era primo del capitán Santiago de Guevara, y amigo del gran marino Juan Sebastián Elcano. Fue este último almirante quien el introdujo en la Expedición a las islas de las Especias o Armada mercante de la Especiería a las Molucas, que dirigía Jofre García de Loaysa. Su puesto fue el de capellán de la expedición.
La expedición zarpó del puerto de La Coruña en julio de 1525, con la misión de tomar posesión de las islas Molucas para el emperador Carlos V. Areizaga se embarcó en el patache Santiago, al mando de Santiago de Guevara, con el cargo de capellán, además de realizar labores científicas como cosmógrafo.
El 14 de enero de 1526, Elcano ordenó inspeccionar el estuario del Río Gallegos, creyendo que era la entrada del Estrecho de Magallanes. Las naves fueron detenidas en la costa, mientras un chalupa realizaría la exploración del estuario. En la expedición iban el piloto Martín Pérez de Elcano, hermano del capitán, el artillero Roldán, el tesorero Bustamante, superviviente de la expedición de Magallanes y conocedor del estrecho, y el propio Areizaga, junto con otros cuatro hombres. Surgió el debate, pues mientras que Roldán y Bustamante consideraron el paso como accesible al Pacífico, Elcano y Areizaga decidieron seguir avanzando para una mejor comprobación. Tras avanzar más en el estuario, se dieron cuenta que no era el estrecho que buscaba. Para entonces la subida de la marea hizo desencallar las naves atracadas, la marea las hizo alejarse de Areizaga y sus compañeros, los cuales se quedaron en tierra. Areizaga tuvo la oportunidad de explorar la costa de Patagonia y tomar contacto con los nativos, los llamados patagones. Más tarde, pudieron reintegrarse en la expedición.
EXPEDICIÓN A LA ESPECIERÍA ZARPANDO DE LA CORUÑA |
En 1526, las cuatro naves de la expedición doblaron el estrecho de Magallanes. Una tormenta las dispersó el 6 de junio, por lo que la Santiago hubo de proseguir el viaje en solitario sin apenas víveres. El patache Santiago se aproximó a las costas de actual estado de México, a la altura del golfo de Tehuantepec.
Areizaga debe su celebridad a la aventura que protagonizó en la costa occidental del recién fundado Virreinato de la Nueva España. Tras varios días de navegación con la tripulación enferma y carente de provisiones, el 11 de julio avistó tierra, así como grupos de indígenas que los observaban desde el litoral. El guipuzcoano se ofreció voluntario para alcanzar la costa en busca de auxilio, misión que culminó con éxito, no sin riesgo de perecer ahogado. No quedando botes a bordo, intentó llegar a tierra dentro de un cajón primero, nadando después, y pudo ganar la costa de Tehuantepec ayudado por unos indios, el 15 de julio de 1526.
Tuvo la precaución de llevar consigo una espada y un saco con regalos "porque no le matassen o comiessen". Pero éstos les depararon un amistoso recibimiento y ayudaron a desembarcar en tierra firme a los 50 tripulantes supervivientes del patache y a recuperarse en el poblado de Mazatán. El capitán Guevara pudo ponerse en contacto con el gobernador cristiano de la zona, quien les informó de que se hallaban en Nueva España.
Una vez recuperado Areizaga, el 31 de julio partió a la ciudad de México para dar cuenta al recién nombrado virrey de la Nueva España, Hernán Cortés, en representación del capitán Guevara, demasiado enfermo para hacerlo personalmente. La llegada de Areizaga y el resto de la comitiva causó una gran impresión en México. Cortés lo recibió con grandes muestras de distinción y afecto, admirado del relato de las peripecias y desgracias acaecidas a la expedición. Por eso, ordenó que se preparase otra expedición en la costa occidental de Nueva España a las órdenes de Álvaro de Saavedra, con el objetivo de buscar y rescatar de los restos de la maltrecha Armada de García de Loaysa, en 1527.
MAPA DEL VIRREINATO DE NUEVA ESPAÑA |
El guipuzcoano Areizaga regresó a España en 1534, y a la iglesia de Zumaya al año siguiente. Con el circuito de su viaje, Areizaga demostró el acceso oceánico desde el Pacífico a Nueva España, confirmando el descubrimiento de Vasco Núñez de Balboa años atrás.
Gonzalo Fernández de Oviedo, cronista oficial de Indias, lo conoció un año después para que Areizaga le ofreciese un relató de su periplo americano que incluyó en su Historia de las Indias. Este autor lo describió como un hombre "de buena estatura de cuerpo" y comentó que "disposición tenía para trabajar". Sin embargo, ciertos detalles fantásticos del relato, que describe a los patagones como gigantes que doblaban en altura a los cristianos restan verosimilitud a la descripción que hizo Areizaga de las costumbres nativas.
La Colección de los Viajes y descubrimientos por los Españoles, la Historia de la Marina Real Española y otros libros, cuentan también esta aventura.
JUAN DE AREIZAGA Y HERNÁN CORTÉS |
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