Los peregrinos que recorren Francia por la vía tolosana, afrontan el siempre duro paso de los Pirineos por el puerto de Somport, el antiguo Summus Portus de los romanos. Tanto estos como los que eligen Somport como punto de partida, realizan en esta etapa una fuerte bajada hacia la ciudad de Jaca junto al caudaloso río Aragón, descubriendo parajes de singular belleza. El río le presta su nombre al reino de Aragón, que tuvo en estas tierras su germen y en Jaca la primera capital.
El Pirineo aragonés es un territorio de gran belleza, el valle del Alto Aragón es un buen punto de partida para llegar a dos lugares de gran importancia en el origen de Aragón: la iglesia de San Adrián de Sasave y de Santa María de Iguacel.
Tras salir de Jaca, el Camino de Santiago gira al oeste y comienza la primera de las tres etapas que recorren por la Canal de Berdún, una profunda depresión natural que separa en los Pirineos las sierras interiores de las sierras exteriores. El río Aragón ha excavado un valle en las blandas y grises margas de la zona facilitando las comunicaciones de este a oeste. Este valle se va ampliando según desciende el Camino dirección Puente la Reina de Jaca, discurriendo entre el cauce del río Aragón y la sierra de San Juan de Peña. Bajo una de las grandes rocas de depósitos de aglomerado que se formaron durante el proceso de elevación de los Pirineos, se encuentra el monasterio de San Juan de Peña, corazón histórico y legendario del medieval reino de Aragón.
MONASTERIO DE SAN JUAN DE PEÑA
La sierra de Leyre es una pequeña cadena montañosa del pre-Pirineo navarro que flanquea el norte el tramo final de la Canal de Berdún. En su vertiente sur, poblada de encinas robles y carracas, encontraron los monjes un locus amoenus para fundar el monasterio de San Salvador de Leyre, la cuna del reino de Navarra. A sus pies, sobre un promontorio rocoso se alza el castillo de Javier, emplazamiento fundamental en la frontera medieval navarro-aragonesa y lugar de nacimiento de San Francisco Javier, evangelizador de la India y Japón.
Dos variantes del Camino de Santiago que discurre por tierras navarras y aragonesas se juntan en el puerto de Loiti. En su bajada, entra en el valle de Ibargoiti. Antes, el río Irati se encaja en las calizas del extremo occidental de la sierra de Leyre formando la foz de Lumbier, uno de los más bellos parajer naturales de Navarra que se puede recorrer por una senda que discurre sobre el antiguo trazado del ferrocarril que unía Sangüesa y Pamplona.
Al salir de Sangüesa, el Camino abandona el valle del río Aragón y asciende desde el Rocaforte al alto de Aibar. Desde Loiti, en la divisoria de las cuencas de los ríos Aragón y Arga, desciende al valle de Ibargoiti, surcado por el río Elorz, entre las sierras de Izco y de Tabar. Salvando su recorrido dos puentes medievales, llega hasta la villa de Monreal, vieja población medieval situada bajo la impresionante mole de la Higa, cuya silueta domina el paisaje durante buena parte de la etapa.
Superadas las soledades aragonesas y del valle de Ibargoiti, la ruta jacobea desemboca en el valle de Elorz y recorre el reborde montañoso de la sierra de Alaiz, donde los pueblos aparece como una sucesión de atalayas sobre la cuenca de Pamplona. Tras Tiebas, fortaleza en el punto estratégico de comunicaciones, la ruta entra en Valdizarbe, comarca que tiene en Puente la Reina su cabeza. Aquí, el ramal de Somport confluye con el de Roncesvalles.
FOZ DE LUMBIER
El Camino de Santiago parte de Puente la Reina dejando definitivamente el valle de Arga y entra en Tierra Estella, por la que discurren hasta Los Arcos. Esta privilegiada comarca navarra es rica en pan, vino, aceite y queso, su territorio es feraz y su paisaje ondulado, de clima suave, protegido por las sierras de Andía, Urbasa y Lokiz que se elevan al norte. El corredor natural y somontano por el que pasa la ruta jacobea era ya un paso estratégico en época romana y en la Edad Media. El itinerario cruza el río Salado, sube a Lorca y llega hasta la pirámide natural de Montejura, la cual anuncia desde lejos la situación de Estella.
Desde Estella la ruta jacobea deja el valle del río Ega y discurre a los pies del Montejura, hito geográfico y emblema carlista. Desde el antiguo monasterio de Santa María de Irache, otro hito del relieve que guía los pasos de los peregrinos es el monasterio de Monjardín, presidido por los restos de su viejo castillo. En Monjardín empieza la sierra de Cábrega, que se extiende al norte del paso del Camino, pero este continua por amplios campos de viñedos primero, y onduladas tierras de cereal y olivos, bordeando la hilera de montes que empieza en el alto de las Cruces.
La siguiente etapa cruza el antiguo enclave de las Cinco Villas de Los Arcos y llega a Viana, en el confín del medieval reino de Navarra. Desde esta antigua población de frontera, desciende al paraje de la ermita de la Virgen de las Cuevas, donde hubo una villa citada en el Codex Calixtinus, y busca el paso del caudaloso río Ebro. Los encuentra en la ciudad de Logroño, capital de la región autónoma de La Rioja, tierra de vino por excelencia que durante una época medieval formó parte del el Reino de Nájera-Pamplona.
La primera etapa del Camino de Santiago que discurre por La Rioja se realiza entre viñedos, alejándose del fondo del valle del río Ebro y en una subida larga y continua, aunque no muy fuerte, supera el alto de San Antón, para descender por el valle de Najerilla hasta cruzar el río en Nájera por el puente que hiciera san Domingo de la Calzada.
La última parte finaliza en la ciudad del santo que tanto hizo por facilitar las peregrinaciones y proteger a los peregrinos, Santo Domingo de la Calzada. Junto a ella discurre el río Oja, que da nombre a la región. El paisaje continúa con enormes superficies onduladas de viñedos y campos de cereal.
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