Líder de la vanguardia de ataque del Ejército castellano-vasco de Alfonso X que liberó Fuenterrabía en el sitio de 1280 por las tropas navarro-francesas de Felipe III
Natural
de Fuenterrabía, donde nació Machín de Arsu a finales del
siglo XII. Era señor
del Palacio y Casa solar de Arzu en Cornuz (Gornutz). Se le atribuye una gran victoria obtenida sobre los franceses el 20
de diciembre de 1280, en el punto de Cornuz.
En 1280, el rey de Francia Felipe III el Atrevido atacó por sorpresa a Fuenterrabía con un Ejército franco-navarro. Este rey era regente de Navarra ya que consiguió casar a su hijo, el futuro Felipe IV de Francia, con su prima Juana I de Navarra, última reina de la casa de Champaña, que había llegado al trono con tres años de edad, convirtiéndose en el rey Felipe IV de Navarra.
El rey de Castilla, Alfonso X el Sabio, aguardaba un posible encuentro diplomático con el rey de Francia en las llamadas Conferencias de Bayona entre sus embajadores. Pero Felipe III tenía pretensiones de recuperar la ciudad de Hondarribia para Navarra, como ciudad portuaria del reino, tras la vinculación de Guipúzcoa al Reino de Castilla en 1200.
Sucedió entonces el primero de los varios sitios que esta ciudad sufriría en los sucesivos siglos por un Ejército de franceses y en ocasiones aliado y acompañados de navarros. Según la crónica: "y haciendo el daño posible en su comarca tomo un passo estrecho a la parte de Poniente de la Villa, y alojo sobre el su gente estendiendola hasta el termino llamado Cornuz a la falda Oriental del Promontorio Olearso".
Cuando recibió estas noticias, Alfonso X avanzó desde San Sebastián con sus tropas hasta detenerse en lo alto del monte Jaizkibel. Reunió a las personas de más experiencia y con mayor conocimiento de la zona. Asistieron a esta junta algunos vecinos y naturales de Hondarribia que vivían fuera de sus muros. En la reunión estaba presente Machín de Arzu, quien propuso al rey servir de guía a sus tropas para llevarlas a caballo por un camino hasta un punto en el que atacar a los franceses por sorpresa. Además, aconsejó que para marchar sin hacer ruido, es decir "para no ser sentidos de los enemigos mandase que las herraduras de los cavallos fuesen atapadas y cubiertas con paños para que no sonasen hasta que no estuviesen sobre ellos, y para que fuesen conocidos entre si sobrevistiesen sus camisas y caminasen con silencio y veria como succederia bien".
Ante tal muestras de prudencia y valor, Alfonso X confió en su experiencia para organizar su plan de contraataque. Mandó cubrir los cascos de sus caballos con telas, se colocaron las camisas por encima del resto del equipo para diferenciarse de los franceses, y avanzaron en silencio por caminos poco conocidos de Jaizkibel. Antes del amanecer llegaron por sorpresa al campamento principal del Ejército francés.
Aquella vanguardia de ataque logró que el combinado franco-navarro abandonase sus tiendas y sus pertrechos, y huyeron en desorden. Según la crónica: "Cavallero Machin lo fizo también hiriendo y matando hasta llegar a la tienda del dicho Rey de Francia que estaba cerca de un rio", defendida por nobles franceses "de alta guisa". Mató a cinco de ellos "y al mesmo rey le expuso a trance de perder la vida". Felipe III de Francia consiguió escapar y huir con el resto de sus tropas.
Cuando Alfonso X el Sabio tuvo conocimiento del resultado de la acción dirigida por Machín de Arzu y "de lo bien que lo avia hecho, y que por el se avia dado orden de desbaratar el campo de su contrario" quiso conceder grandes mercedes al caballero hondarribiarra.
Además, en recompense a los servicios prestados el rey Alfonso X otorgó a Machín el término de Cornuz y una porción de terreno de Fuenterrabía. Todo ello se hizo constar en el certificado que aún conservan con veneración en la casa solar de Arsu.
Según asegura en 1620 el maestre de armas Diego de Urbina, desde entonces el escudo de la casa de Arsu o Arzzu lo forman "un castillo de oro en campo de gules, que es colorado, al pié de un río con cinco cabezas cortadas y en lo alto del castillo tres flores de lis de oro, y por orla ocho panelas verdes en campo de oro". Las cinco cabezas cortadas hacían alusión a los cinco nobles franceses abatidos por Matxin de Arzu junto a la orilla del río en la que se encontraba la tienda del Felipe III.
Desde entonces, este escudo tallado con el lema "Soy de Arzu" se encuentra en la fachada de la casa solar de Arzu, situada en el número 4 de la calle Ubilla de Hondarribia. Se trata de un edificio construido a comienzos del siglo XVII, cuando el linaje de Arsu se traslado a vivir intramuros.
En 1280, el rey de Francia Felipe III el Atrevido atacó por sorpresa a Fuenterrabía con un Ejército franco-navarro. Este rey era regente de Navarra ya que consiguió casar a su hijo, el futuro Felipe IV de Francia, con su prima Juana I de Navarra, última reina de la casa de Champaña, que había llegado al trono con tres años de edad, convirtiéndose en el rey Felipe IV de Navarra.
El rey de Castilla, Alfonso X el Sabio, aguardaba un posible encuentro diplomático con el rey de Francia en las llamadas Conferencias de Bayona entre sus embajadores. Pero Felipe III tenía pretensiones de recuperar la ciudad de Hondarribia para Navarra, como ciudad portuaria del reino, tras la vinculación de Guipúzcoa al Reino de Castilla en 1200.
Sucedió entonces el primero de los varios sitios que esta ciudad sufriría en los sucesivos siglos por un Ejército de franceses y en ocasiones aliado y acompañados de navarros. Según la crónica: "y haciendo el daño posible en su comarca tomo un passo estrecho a la parte de Poniente de la Villa, y alojo sobre el su gente estendiendola hasta el termino llamado Cornuz a la falda Oriental del Promontorio Olearso".
Cuando recibió estas noticias, Alfonso X avanzó desde San Sebastián con sus tropas hasta detenerse en lo alto del monte Jaizkibel. Reunió a las personas de más experiencia y con mayor conocimiento de la zona. Asistieron a esta junta algunos vecinos y naturales de Hondarribia que vivían fuera de sus muros. En la reunión estaba presente Machín de Arzu, quien propuso al rey servir de guía a sus tropas para llevarlas a caballo por un camino hasta un punto en el que atacar a los franceses por sorpresa. Además, aconsejó que para marchar sin hacer ruido, es decir "para no ser sentidos de los enemigos mandase que las herraduras de los cavallos fuesen atapadas y cubiertas con paños para que no sonasen hasta que no estuviesen sobre ellos, y para que fuesen conocidos entre si sobrevistiesen sus camisas y caminasen con silencio y veria como succederia bien".
Ante tal muestras de prudencia y valor, Alfonso X confió en su experiencia para organizar su plan de contraataque. Mandó cubrir los cascos de sus caballos con telas, se colocaron las camisas por encima del resto del equipo para diferenciarse de los franceses, y avanzaron en silencio por caminos poco conocidos de Jaizkibel. Antes del amanecer llegaron por sorpresa al campamento principal del Ejército francés.
ALFONSO X DE CASTILLA Y FELIPE IV DE NAVARRA |
Aquella vanguardia de ataque logró que el combinado franco-navarro abandonase sus tiendas y sus pertrechos, y huyeron en desorden. Según la crónica: "Cavallero Machin lo fizo también hiriendo y matando hasta llegar a la tienda del dicho Rey de Francia que estaba cerca de un rio", defendida por nobles franceses "de alta guisa". Mató a cinco de ellos "y al mesmo rey le expuso a trance de perder la vida". Felipe III de Francia consiguió escapar y huir con el resto de sus tropas.
Cuando Alfonso X el Sabio tuvo conocimiento del resultado de la acción dirigida por Machín de Arzu y "de lo bien que lo avia hecho, y que por el se avia dado orden de desbaratar el campo de su contrario" quiso conceder grandes mercedes al caballero hondarribiarra.
Además, en recompense a los servicios prestados el rey Alfonso X otorgó a Machín el término de Cornuz y una porción de terreno de Fuenterrabía. Todo ello se hizo constar en el certificado que aún conservan con veneración en la casa solar de Arsu.
Según asegura en 1620 el maestre de armas Diego de Urbina, desde entonces el escudo de la casa de Arsu o Arzzu lo forman "un castillo de oro en campo de gules, que es colorado, al pié de un río con cinco cabezas cortadas y en lo alto del castillo tres flores de lis de oro, y por orla ocho panelas verdes en campo de oro". Las cinco cabezas cortadas hacían alusión a los cinco nobles franceses abatidos por Matxin de Arzu junto a la orilla del río en la que se encontraba la tienda del Felipe III.
Desde entonces, este escudo tallado con el lema "Soy de Arzu" se encuentra en la fachada de la casa solar de Arzu, situada en el número 4 de la calle Ubilla de Hondarribia. Se trata de un edificio construido a comienzos del siglo XVII, cuando el linaje de Arsu se traslado a vivir intramuros.
Machin de arsu es antepasado de Álvaro Arzú, alcalde y presidente de Guatemala
ResponderEliminarHay muchísimos hispanoamericanos con apellidos de origen vascongado, participaron muy activamente en la colonización de América como españoles privilegiados.
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