El lazo jurídico que unía al linaje nobiliario de los Loyola
con la corona de Castilla era el vasallaje. En su caso, era un vasallaje real,
lo cual suponía realizar de forma más cumplida los deberes de súbdito,
comparecer en la defensa de los intereses reales con mayor dedicación poniendo,
incluso, la vida en peligro.
Una de las cualidades más altas del buen vasallo era
sobresalir en grandes hazañas militares a favor del Reino de Castilla, como lo
hizo Gil López de Oñaz Loyola en la Batalla de Beotibar.
ESCUDO DE ARMAS DE LOS OÑAZ LOYOLA |
Gil López de Oñaz Loyola fue pariente mayor guipuzcoano del siglo XIV, banderizo de los oñacinos e hijo del señor de la casa de Larrea, en la jurisdicción de Amasa, que heredó. Fue caudillo de los tolosarras y otros guipuzcoanos en la batalla de Beotibar, el 19 de septiembre de 1321, contra navarros y gascones, al servicio de la Corona de Castilla. Puesto al frente de los oñacinos, atacó a los navarros en el valle de Beotibar, cercano a Tolosa, infligiéndoles una grave derrota. Además, participó en las negociaciones de treguas con Navarra en 1329.
CASA-TORRE DE LOS OÑAZ LOYOLA |
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