General de la Real Armada que estuvo 35 años al servicio de la Monarquía española durante los reinados de Felipe III y de Felipe IV, especialmente de la Flota de la Carrera de Indias
Sancho de Topalda y Urdanibia era natural de Irún, donde nació en 1585. Procedía de una poderosa y enriquecida familia nobiliaria, siendo sus padres Sancho Topalda y Magdalena de Urdanibia. Tomó el apellido de la madre, porque era un influyente linaje en Irún desde la Edad Media, que formó parte de la llamada Casa Urdanibia. Siendo joven se instaló en la ciudad de Cádiz para desarrollar en ella su Carrera como marino.
En Cádiz, fijó su residencia en la calle San Francisco, cerca de la iglesia de San Agustín, donde los vascongados de la épocas tenían su capilla.
En 1608, Sancho ya aparece como maestre en la nave de aviso Nuestra Señora del Juncal. Y en 1614, fue ascendido a como capitán, y desde entonces tuvo una relevancia importante en las misiones marítimas de la Monarquía española, especialmente en las relacionadas con el comercio americano.
En 1622, el gobernador de Salinas de Araya, situada en el Virreinato de Nueva Granada (Venezuela), solicitó a la Corte española la construcción de una fortaleza militar en la ciudad con la intención defenderse los continuos asedios que las armadas holandesas estaban realizando. Poseían una explotación de sal, un bien muy preciado en la época. Se ordenó al capitán Sancho de Urdanibia zarpar desde el Puerto de Sevilla al mando de una embarcación dotada de maestre, piloto, contramaestre, grumete, condestable, 96 soldados de infantería, 6 artilleros y 23 pajes. Cuando llegaron a Salinas de Araya, derrotaron a las embarcaciones holandesas que intentaron sitiar la ciudad, y posteriormente, construyeron la fortaleza, hoy en día en estado de ruinas.
Después de regresar a Cádiz, partió de nuevo hacia el Virreinato de Nueva España al mando de una nave de aviso. Durante la singladura, fue sorprendido por una nave holandesa a la altura de la isla Tercera (islas Azores). Era habitual encontrar en estas aguas flotas enemigas o embarcaciones de corsarios con la intención de apoderarse de los barcos que hacían la Carrera de Indias y sus mercancías, ya que la isla Tercera era un punto de repostaje en la ruta atlántica. Perteneciendo esta isla a la Monarquía hispánica, pudo repostar en su puerto durante dos semanas y reparar los daños. Pero al reanudar la marcha fue atacado de nuevo que inutilizó el barco. Con una nave nueva adquirida en la isla, pudo terminar su misión.
COMBATE DE CABAÑAS
En 1638, en plena Guerra de los Treinta Años, la Monarquía hispánica estaba muy mermada, teniendo como enemigos a potencias como Inglaterra, Holanda y Portugal. Ese año, Sancho de Urdanibia se hallaba en el Virreinato de Nueva Granada. Desde Cartagena de Indias tomó parte del viaje de vuelta de la Flota de la Carrera de Indias con destino a Sevilla y Cádiz. La flota estaba compuesta de 7 galeones, uno de ellos capitaneado por Sancho de Urdanibia, el galeón Nuestra Señora del Carmen. Durante la travesía por el mar Caribe encontraron presencia embarcaciones enemigas de España, pero la peor parte la encontrarían en la bahía de Cabañas (isla de Cuba), cuando fueron atacados por una imponente armada holandesa. Esta flota, compuesta de 24 naves, había partido de Brasil al mando de Cornelius Jol, alias Pie de palo.
Sancho participó en el combate de Cabañas, primero en una defensa y posteriormente intentando el contraataque. Después de ocho horas de dura lucha, los contendientes establecieron una tregua para reparar los desperfectos de las naves. De vuelta al ataque, el barco de Sancho quedaba inutilizado y para que no caiga en poder enemigo, ordenó quemarlo y su tripulación trasladada a otros galeones.
En 1640, de nuevo en el Departamento marítimo de Cádiz se hizo cargo de la Flota de la Carrera de Indias. Al salir de la bahía gaditana, sufría el acoso de una potente armada francesa de 36 naves. Pero pudo esquivarlos y tras semanas de intense persecución, consiguió llegar al destino americano sin abrir fuego contra sus perseguidores. Este fue el último viaje de Sancho de Urdanibia a América.
PALACIO DE SANCHO DE URDANIBIA EN IRÚN |
De nuevo en Cádiz, la Monarquía ordenó a las naves dirigirse a Cataluña para frenar el ataque francés. Sancho de Urdanibia participó en la defensa de Barcelona de 1642. Al término de la misma fue ascendido a almirante general por el rey Felipe IV. Era la culminación a una exitosa y sufrida carrera de 35 años al servicio de la Real Armada española, salvaguardando las mercancías de la Flota de la Carrera de Indias y entablando combates contra embarcaciones corsarias y armadas enemigas de la Monarquía hispánica.
Tras regresar a Cádiz, moría dos años después, en 1644. Su cuerpo fue enterrado en el convento gaditano de San Francisco.
En su testamento, fechado el 23 de septiembre de 1644, dejó en herencia una dote monetaria para la reconstrucción del hospital de Santa Margarita de Irún, destruido por las tropas francesas en 1638. Hoy en día, el renombrado hospital Sancho de Urdanibia, es el palacio Sancho de Urdanibia, sede del Euskaltegi Municipal y de la Sala de Exposiciones Menchu Gal. En la fachada principal se halla el escudo del linaje nobiliario de Urdanibia.
También legó varias aportaciones caritativas en Cádiz, para la fábrica y reforma de gran número de iglesias y conventos de la ciudad, siendo la más significativa la dote a la iglesia de San Agustín. En su fachada principal existe una obra esculpida en mármol con la inscripción:
"Esta portada mando hacer el General Sancho de Urdanivia que Dios haya. Años 1647"
ESCUDO DE ARMAS DE SANCHO DE URDANIBIA |
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