PLANO DEL SANTUARIO DE JAVIER |
El Santuario de Javier es el conjunto de edificios de carácter religioso, civil y militar construidos en la villa de Javier en torno al linaje nobiliario de los Jaso y Azpilcueta y en especial al patrón navarro San Francisco Javier. Los edificios son: el Castillo de Javier y su Museo, la Basílica y la Cripta de Javier, la explanada, la Comunidad de jesuitas y Centro de Espiritualidad, el Aula Francisco de Jaso y la Exposición-Auditorio, y la Iglesia parroquial de Javier con su Comunidad de misioneras de Cristo Jesús.
El topónimo Javier es una evolución del original Esabierre, término del eusquera navarro que significaba "casa nueva", y que se transformó en Xabier.
En el siglo XI, era una torre defensiva aislada, situada en el límite entre los reinos de Navarra y de Aragón. El infante Fernando de Aragón entregó la villa y la fortaleza al rey navarro Sancho VII el Fuerte en 1223 como garantía de un préstamo que devolvió, por lo que Javier se incorporó definitivamente al Reino de Navarra. Su sucesor, Teobaldo I, encomendó la fortaleza a Adán de Sade en 1236, de cuyo linaje pasó posteriormente a los Azpilcueta y los Jasso.
Juan de Jaso y María de Azpilcueta, señores de Javier, construyeron el Palacio Nuevo. Su trazado puede ver al entrar en la basílica, en la franja de piedras sobrepuesta en el suelo de mármol. El primero en nacer en el mismo fue el menor de sus tres hijo: Francisco de Jaso y Azpilcueta lo hizo el 7 de abril de 1506.
Tras la conquista de Navarra por las tropas castellanas, fueron derruidas las partes defensivas y quedó convertido en un simple caserón.
En 1619, San Francisco de Javier fue beatificado, y en 1622 fue canonizado.
En 1620, Juan de Garro, primer conde de Javier, acomodó la planta baja del Palacio como Capilla del Santo.
En 1684, Juan Antonio de Garro, tercer conde de Javier, realizó la ampliación de la capilla e hizo levantar una cúpula de media naranja, que más tarde se hundió.
CASTILLO DE JAVIER |
Tras dos siglos de semi-abandono, el sitio de Javier fue adquirido por la duquesa de Villahermosa, en 1890. Dio comienzo la rehabilitación de todo el conjunto histórico religioso. Hizo colocar al arquitecto Goicoechea una espadaña con campana, para dotar de carácter religioso al santuario.
En 1893, se construyó una nueva fachada con un dejo medieval acorde con el castillo. Y una espadaña más elegante. Se abrió también una arcada gótica como entrada directa desde la plaza.
El 25 de mayo de 1896, se iniciaron las obras de construcción de la cripta, que se convertiría en mausoleo de la familia Villahermosa. El Cristo de Javier que preside la cripta está esculpido en estilo gótico del siglo XVI, de expresión sonriente y tallada en madera de nogal. Esta escultura sigue la tradición por la cual San Francisco Javier sudó sangre en el justo momento de morir. En las paredes se encuentran dibujadas murales de estilo medieval que representan la Danza de la Muerte, con esqueletos amarillos sobre un tétrico fondo negro, donde también se halla la pila octogonal en la que fue bautizado.
CRISTO DE JAVIER Y TORRE DE SAN MIGUEL |
El 30 de abril de 1897, comenzó la reforma de la basílica de forma más integral, y terminando el 1 de diciembre de 1900. El 19 de junio de 1901, se celebró la inauguración y consagración de la basílica.
Otra fase de restauración tuvo lugar en 1952, quedando como resultado la forma actual. Y una última más, fue ejecutado en vísperas del Quinto Centenario, permitió volver a las partes esenciales del edificio medieval.
Integrada dentro del castillo, el Museo de Javier muestra la historia del edificio y el legado religioso y cultural de San Francisco de Javier y de las misiones católicas, a través de obras pictóricas y esculturales.
La actual Basílica de Javier se erigió a finales del siglo XIX, tras terminar la restauración del castillo, gracias a la aportación de la duquesa de Villahermosa. Fue construido en el espacio donde antes estaba el Palacio Nuevo.
FRONTAL DE LA BASÍLICA DE JAVIER |
CAPILLA DE LA BASÍLICA DE JAVIER |
El el pórtico de la basílica escupido en mármol blanco aparece la estatua de Francisco Javier predicando, queda enmarcada por una especie de arco iris que contiene una frase latina que dice: "¿Qué aprovecharía ganar todo el mundo si se pierde lo más valioso de sí mismo?"
A ambos lados los nombres de los archipiélagos y ciudades por los que pasó a lo largo de su vida: Javier, París, Roma, Venecia, Lisboa, Mozambique, Goa, Molucas, Ceilán, Sancian, etc.
Los capiteles de las columnas narran en piedra distintos episodios y leyendas de su vida:
1. muerte de su hermana Magdalena (abadesa de Clarisas en Gandía)
2. bendición de San Ignacio antes de partir a las Indias
3. tormenta le arrebata el crucifijo
4. devuelve en la playa un cangrejo
5. convierte el agua salobre del mar en agua dulce
6. predica a sus cristianos
7. cuando quieren apedrearlo, atraviesa el río en un madero
8. muere en la isla de Sancián (China)
BASÍLICA DE JAVIER |
En la explanada frente a la basílica y el castillo y llegados de todos los rincones de Navarra, se congregan miles de cristianos en las peregrinaciones al santo conocidas como las "Javieradas". Estas marchas se celebran desde 1885, los dos primeros fines de semana santa entre el cuatro y el doce de marzo, coincidiendo con la Novena de la Gracia. Todo comenzó por la promesa realizada por la Diputación tras una terrible epidemia de cólera. Con la celebración del viacrucis y la misa, se recuerda a San Francisco Javier y con las ampollas en los pies se comprende mejor sus muchos esfuerzos de este santo caminante.
BASÍLICA DE JAVIER |
Al otro lado de ese patio empedrado se encuentra la Parroquia de la Anunciación, una iglesia construida en estilo barroco en 1702. En ella se guarda la pila del siglo XV en la que San Francisco Javier recibió el bautismo y una imagen de la Virgen en madre policromada de la segunda mitad del siglo XIII.
PARROQUIA DE LA ANUNCIACIÓN DE JAVIER |
A pocos pasos, detrás del castillo, se halla el Centro de Espiritualidad de la comunidad de jesuitas pertenecientes a la Compañía de Jesús. Al otro lado del merendero está el Centro diocesano Javier, que hace las funciones de hospedería para peregrinos del Camino de Santiago. Y completamente al otro lado del pueblo hay un Centro de misioneras de Cristo Rey que alberga el Museo Misionero.
CENTRO DE ESPIRITUALIDAD DE LA COMPAÑÍA DE JESÚS |
El Aula Francisco de Jasso, que alberga una interesante exposición Las Reducciones jesuitas del Paraguay, sobre las misiones jesuitas en el Paraguay durante los siglos de la colonización española, y su intento por evangelizar y civilizar a los indios guaraníes. Voltaire calificó a estas misiones humanitarias como una de las obras más admirables de la humanidad a través de toda la historia. La película La Misión y también esta exposición reflejan el origen y desarrollo de esta obra, con trágico final debido a la expulsión de los jesuitas de tierras españolas en 1765 y el Tratado de Límites entre España y Portugal.
AULA FRANCISCO DE JASSO |
EXPOSICIÓN LAS REDUCCIONES JESUITAS EN EL PARAGUAY |
El pueblo de Javier tuvo su origen junto al castillo, en la misma explanada. Comenzó siendo un pequeño feudo, en el que los habitantes trabajaban las tierras de los señores de Javier, y paulatinamente pasó de feudo a vecindad. En los años 60 del siglo XX, se trasladó a su situación actual, más alejada del castillo, a unos 500 metros, pero también más tranquila, donde vieven unas 120 personas.
La ubicación de la torre del castillo tenía su estratégico sentido sobre una alta peña, fácil de defender y que dominaba todo el entorno del valle del río Aragón. Está rodeado de la sierra de Leyre, la sierra de Ujué, el pantano de Yesa, ruinas tan emblemáticas como las de El Castellar, la peña del Adiós o el Molinaz.
Desde la explanada Javier parte una serie de recorridos para la práctica de senderismo y para disfrutas de los paisajes de la zona. Además, es paso del Camino de Santiago en una de sus variables, el Camino Aragonés, que parte desde Somport y que confluyen en Puente la Reina con el itinerario principal, el Camino Francés.
CASTILLO DE JAVIER |
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