27/12/2021

Linaje Soroa de Usúrbil


El linaje nobiliario de Soroa de la villa de Usúrbil destacó durante el siglo XVII gracias a una saga de marineros y constructores navales al servicio de las expediciones y defensas de los territorios de la Monarquía hispánica, especialmente con Felipe IV y Carlos II.

Domingo de Soroa fue vecino de la comunidad de Aguinaga, trabajó durante 1579-1600, en la labra de naos en las gradas de Urdayaga, Rutarte y Aguinaga, todas sitas en esta comunidad.

Todo indica que, aunque hizo un número bastante pequeño de unidades, fue en su tiempo uno de los constructores más notables del Oria. Su producción la integraron naos de medianas y grandes dimensiones para el comercio. Sus clientes fueron los comerciantes guipuzcoanos, especialmente los del puerto de San Sebastián. Entre los barcos que hizo estuvieron la nao que en 1579 ejecutó para los donostiarras Joanes López de Soroa y Cristóbal de Segura; y la nao de 450 toneladas que en el año 1600 hizo por encargo del capitán Miguel de Aburruza.

ESCUDOS DE ARMAS DE SOROA

Ignacio de Soroa, natural de Usúrbil donde nació en 1635, fue reputado en su tiempo como uno de los mejores fabricantes navales del Cantábrico. Ostentó el cargo de capitán de Maestranza de las Fábricas del Rey en Cantabria. Asimismo, su valía profesional hizo que fuera la persona elegida por la Corona para ir a Holanda al desempeño de una comisión técnica. Su buen quehacer en este servicio fue premiado como caballero de la Orden militar de Santiago.

Su carrera profesional la desarrolló por entero en tierras guipuzcoanas; en concreto en los astilleros del Puerto de Pasajes y el Oria, en donde era propietario de dos de estas factorías: las de Mápil y Urdayaga o Urdazaga, ambas en tierras del municipio de Usurbil.

La trayectoria del capitán Ignacio de Soroa como constructor naval estuvo caracterizada por su especialización en la manufactura de galeones de gran tonelaje; y por el importante ritmo de trabajo que mantuvo en estos años. Fue el fabricante que mayor número de buques de gran tonelaje labró entre 1662 y 1686, y uno de los constructores vascos con una de las nóminas de barcos más extensa del XVII.

Ignacio de Soroa fue uno de los constructores guipuzcoanos que se benefició, pero que también colaboró, de la expansión que vivieron los principales centros navales guipuzcoanos entre 1660 y 1683. Soroa tuvo la capacidad de saber captar la diferente demanda que se fue generando en estos años.

Hasta 1664 se dedicó a la labra de galeones para la Corona con destino a la Escuadra del Mar Océano. A partir de esta fecha y al amparo de la tímida reactivación que experimentó el comercio indiano, combinó simultáneamente la manufactura de barcos de guerra y de transportes para las Armadas de  la Carrera de Indias. Finalmente, se dedicó a hacer de forma preferente barcos mercantes por encargo de los particulares.

En 1686, terminó la labra del galeón El Santísimo Sacramento, Nuestra Señora de la Soledad y San Francisco Jabier hecho por encargo del capitán de Mar y de Guerra, Juan de Egües, para la Real Armada de la Guarda de la Carrera de las Indias.

EXPEDICIÓN AL ESTRECHO DE MAGALLANES

Joanes de Soroa fue familiar del constructor Ignacio de Soroa. Comenzó sus servicios a la Monarquía hispánica tomando parte de la expedición al estrecho de Magallanes de 1581, durante tres años. Desde 1621, fue maestre mayor de fábricas y galeones reales de Cantabria, capitán de mar y gran constructor de embarcaciones. En 1632, construyó diversos bajeles en los astilleros de Pasajes y en otros varios de los cuales fueron capitanas reales.

Otro Joanes de Soroa fue un experto fabricante de naves durante los años de 1602-1625, ostentó el cargo de maestro mayor de reales fábricas. Fabricó y dirigió la construcción de muchos galeones y capitanas para la Armada del Mar Océano y las flotas de la Carrera de Indias. Además de estas unidades, hizo varios bajeles y gabarras para algunos particulares. Rentería, Usurbil y Zumaya fueron los centros navales elegidos para llevar a efecto estas fábricas.

Fabricó una gabarra real en Pasajes para conducir a la infanta María Teresa en 1660 a la isla de los Faisanes con motivo de su boda con el rey de Francia Luis XIV.

Por último, otro Ignacio de Soroa, nacido en Usúrbil, en 1635, fue agraciado por el rey Carlos II en 1687 con merced de hábito de una de las órdenes militares y en 1690 con real carta de legitimación de sus hijos, entre quienes se halla Miguel, teniente general de artillería de los presidios de Guipúzcoa.

ASTILLERO DEL SIGLO XVII

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