Capitán General y gobernador de Chile, además de presidente de su Real Audiencia en el siglo XVII
MARTÍN DE MÚGICA Y BUTRÓN |
Martín de Mújica y Butrón era natural de Villafranca de Ordicia, Guipúzcoa, donde nació en 1574.
Tras ingresar al Ejército de la Monarquía española, muy joven, hizo carrera militar escalando los grados de capitán y sargento mayor, en las Guerras de Flandes y de Italia. En este último país se destacó durante la lucha contra los franceses por el control del Piamonte. En 1638, dirigió un asalto nocturno contra la plaza fortificada de Vercelli que lo reputó frente a sus superiores.
De vuelta a España, participó como maestre de campo en la represión de la rebelión catalana de los segadores. En 1642, su división fue sorprendida y hecha completamente prisionera en Granata por tropas francesas que apoyaban la revuelta local.
En 1644, Martín de Mujica ya había recobrado su libertad y estaba reincorporado en las filas españolas de Cataluña. Ostentaba el hábito de la Orden de Santiago. Desde hacía unos años, allí se desempeñaba el capitán Alonso de Mújica y Buitrón, aparente hermano de Martín, quien había participado en Chiloé en operaciones tardías en contra de la incursión holandesa del general Elías Herckmans.
A este antecedente se sumó la presencia en Chile, en la primera mitad del siglo XVII de un capitán Antonio Buitrón Mújica. Para entonces, ya existía una larga conexión familiar con aquella Capitanía General, que podría haber influido en la destinación del gobernador.
MAPA DE LA GOBERNACIÓN DE CHILE SIGLO XVI BATALLA ENTRE ESPAÑOLES Y MAPUCHES |
En 1646, fue nombrado gobernador de Chile en Concepción, advertido del peligro de una invasión holandesa. Se dedicó a la resolución de problemas internos: el ejército estaba desmoralizado, una administración pública corrupta y un bandidaje rural en incremento. Estos problemas estaban originados por el mal comportamiento del ejército, que potenciaba los demás aspectos.
La simple medida de prohibir a la soldadesca permisos para pasar períodos de descanso en Santiago, evitó que ésta aprovechara los trayectos entre la frontera y la capital para cometer robos contra indígenas y hacendados. El agradecimiento popular fue tal, que cuando se dirigió a Santiago una multitud le recibió con vítores y aplausos.
Mújica pronto se formó una buena imagen entre los vecinos a los que tenía que gobernar. Le sorprendió la pobreza local y escribió al rey buscando una reducción de los impuestos.
En 1646, convocó una asamblea militar en Concepción, para decidir el camino a seguir respecto de la ya casi centenaria Guerra de Arauco. En esa reunión se resolvió intentar pactar nuevas paces. Para ello se realizó el Parlamento de Quilín, en 1647, que resultó muy accidentado e ineficaz. Tras descubrirse un complot contra el gobernador para matarlos, una serie de caciques mapuches fueron detenidos y ejecutados.
En 1646, convocó una asamblea militar en Concepción, para decidir el camino a seguir respecto de la ya casi centenaria Guerra de Arauco. En esa reunión se resolvió intentar pactar nuevas paces. Para ello se realizó el Parlamento de Quilín, en 1647, que resultó muy accidentado e ineficaz. Tras descubrirse un complot contra el gobernador para matarlos, una serie de caciques mapuches fueron detenidos y ejecutados.
En 1647, Santiago fue destruido por un terremoto, lo que ayudó a que el rey finalmente librara de impuestos a Chile por el lapso de 6 años, desde 1649. Mujica por su parte, trató de desgravar a la población eliminado algunos cobros y suspendiendo el funcionamiento de la Real Audiencia.
Pasó casi todo el año de 1648 en operaciones militares contra los mapuches, con la esperanza de pacificar la frontera. Cuando volvió a Santiago, Martín de Mújica murió de forma repentina, aparentemente envenenado, en 1649.
Pasó casi todo el año de 1648 en operaciones militares contra los mapuches, con la esperanza de pacificar la frontera. Cuando volvió a Santiago, Martín de Mújica murió de forma repentina, aparentemente envenenado, en 1649.
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